viernes, 29 de enero de 2016

Sesión con Javi, iniciación, compartirlo, pinzas, spank, lamer, pies


Javi tiene 32 años, cuerpo sin vello y más pequeño que yo. El mes pasado me quedé con ganas de ir a la fiesta que organiza Organic de Amos y esclavos, asique este mes tenía planificado ir. Yo iba todo guapo, pantalones de cuero, camiseta blanca, chaqueta de cuero y las botas nuevas. Y me había metido una serie pequeña de instrumentales (pinzas, regla de metal, flogger, collar, correa, un pintalabios, bridas, y alguna cosilla mas), lo justo para que no abulte mucho, pero poder jugar un poco, nunca sabes lo que se puede presentar. 

Avisé a un sumiso que se que le gustan las fiestas, le puse como requisito que me enviase el cuestionario si quería quedar. Realmente tenía muchas ganas de verle, es muy guarrete y buen tío, lo malo es que es muy indisciplinado, y a veces se cree que el Amo es un juguete para el sumiso, cuando es todo lo contra-rio. Tal es así que eran las 21h y todavía no había tenido respuesta por parte del sumiso. Total, que me presenté allí con la sorpresa de que en el local éramos 4 personas. Me puse con el móvil, a contestar wa-sap, correos y actualizar cosas de Facebook. Hora y pico más tarde se empieza animar, en lugar de 4 personas éramos 6. Hay que decir a su favor que hace frío y además estaba lloviendo tema que no fa-vorece para nada cualquier tipo de eventos. Entra un tío que llama la atención, pero que a mi juicio había venido buscando sexo fácil, asique pasé de él. Al rato subí al baño, ya lo he dicho en algún lado del blog, pero lo repito, me encanta el sistema de mampara del baño, se puede orinar y desde el otro lado pueden ver cómo sale el chorro y como discurre por el cristal, además de estético me parece morboso. Allí estaba el chaval que había entrado, nos acercamos y le pregunto “¿Te gusta lamer los pies?”. Mi intención con esa pregunta no era otra que me dijese que no, y decirle yo que había venido a una fiesta de Amos y esclavos y que pasaba de follar en plan vainilla. Pero en lugar de un no, me dice mirándome con unos ojos tiernos “yo hago todo lo que quieras”. ¿Quién puede resistirse a una proposición así?

Entré al baño, oriné y le dije que me siguiera. Me puse en un banco, y le dije que se colocase delante mía y me quitase una bota. Con el pie le acaricié todo el cuerpo, piernas, torso y zonas genitales. Él ya estaba empalmado. Fue a quítame la otra bota, y jugué con el y mis dos pies. Estaba calentito y era muy agra-dable. El chaval estaba siendo muy servicial y tierno. Le llevé a un sitio nuevo que han colocado que es como una minicolchoneta encerrada dentro de una especie de biombo, y allí le quité la camiseta, mien-tras le agarraba fuertemente. Le rocé de nuevo su cuerpo con mis pies e hice que de nuevo me los comie-se. Ya estábamos siendo centro de atención de varias personas. 

Hice una pequeña pausa, le abracé y le dije que me había encantado como me estaba comiendo los pies. Mi idea era saber si realmente le molaban los juegos BDSM. Y efectivamente tal y como pensaba era novato. Se pasó hace unos días por el Organic, unos 10 min y se piró. Hoy habíamos tenido la suerte de que se había vuelto a pasar. Asique por decirlo de alguna forma era un chico virgen en lo que a prác-ticas se refiere. Le estuve explicando lo de sano, seguro y consensuado, así como la palabra de seguri-dad. Le pregunté si quería seguir jugando, el jadeó y me dijo que si, tenía el rabo duro, asique imaginaba ya la respuesta. Le traté más fuerte que antes, forcejeé con el contra las paredes, sujetándolo de los bra-zos, del cuello. Le puse un par de pinzas en los pezones a ver cuánto aguantaba. Le di una serie de 10 azotes. Cada nueva práctica que iba haciendo le iba gustando. Y yo iba saboreando poco a poco de su lengua en mi cuerpo. En algunas prácticas le puse antifaz, incluso dije a otro tío que le tocase, a lo que el pegó un salto. Quería que el viese lo diferente que se sienten las cosas con los ojos tapados. Empecé a masturbarle mientras hacía le controlaba la respiración. Y al rato empecé a tocarle el culo, dilataba muy bien, asique decidí hacer como que lo follaba, con el puño cerrado poniéndolo la altura de la cadera y embistiéndole con mi dedo.  Y cuando estaba a punto de correrse le dije, ale vistámonos y nos bajamos.

Mientras estábamos arriba jugando, apareció el sumiso, pero tres horas más tarde, serían las 00. Le saludé, le presenté a Javi, pero seguí jugando con Javi. Pasó varias veces a verme, supongo que con la inten-ción de que jugase con él. Le expliqué que yo le puse una condición y él no la había cumplido, asique tenía que enseñarle a cumplir órdenes, aunque a mí me encantaría tenerlos a los dos de sumisos. Dio tres vueltas más y se marchó. Me despedí de él, y le dije que para otra vez que me envíe el cuestionario y quedamos, que me había quedado con ganas de jugar con él. 

Abajo le felicité por su decisión, le pregunté cómo iba, si tenía alguna fantasía. Estuvimos hablando sobre nuestras respectivas parejas. Nos pusimos en un columpio que han construido como en una rueda, y estuvimos sacando el niño que llevamos dentro, ejerciendo yo el rol de dominante moviendo el colum-pio y parándolo cuando quería. Al rato fuimos a la barra a pedir algo. Yo le di su bebida metiéndolo en mi boca y echándoselo en la suya. Puso su cabeza sobre mis piernas. En ese momento éramos la atrac-ción del bar, había más clientes como unas 30 personas, pero la gente hablando y sin jugar. Le pregunté que, si me quería servir durante el resto de la noche, como me dijo que si, le puse el collar, haciéndole saber que era un premio por cómo se había portado antes.

Se acercó un camarero del bar y se puso hablar con nosotros. Sin duda mis felicitaciones o bien a la dirección de Organic, o bien a los camareros, porque realmente los camareros ahora sí que incentivan el juego. De hecho, eran prácticamente los únicos que estaban jugando con los clientes. Clientes que de otra forma estoy seguro que se hubiesen quedado sin jugar viendo el ambiente. Supongo que porque son muy tímidos o algo similar. Me pidió de forma educada que si podía jugar con mi esclavo. Le dije que era novato, y le miré a Javi para ver si le parecía bien, asique le di la correa y se lo subió a la parte de arriba. Mientras había una persona al lado mía, para mi gusto muy atractivo, hablamos sobre diversas cosas, pero vi que su intención era tírame los trastos, como ya lo habían intentado algunas personas. Nos dimos un beso, y cuando bajó el sumiso, empecé a calentarlo. Mi idea era lo que luego sucedió, cogí al sumiso e hice que nos comiese las poyas a los dos, las dos de un tamaño muy bueno y así estuvimos un rato intercambiándolo delante de la barra. El chaval se corrió, y decidimos volver a jugar arriba. 

Jugamos más soft. Intente organizarle algún juego, y con la intención de hacer después que se corriese pues ya eran las 2:00 de la mañana y el sitio iba a cerrar en una hora. Le metí el dedo en el culete, y estuve masajeándole la próstata mientras con la otra mano le golpeaba el cuerpo, se lo metía en la boca o le masturbaba. Terminó corriéndose y yo le ayudé a limpiarse. Hicimos una revisión lingual de mi cuerpo, y ya encendieron las luces del local. Nos teníamos que ir. Se vistió y fuimos andando por la calle un rato, hablando sobre la experiencia y sobre el hecho de que tendríamos que ver para quedar más veces. De hecho tiene una taladradora y una pistola de silicona que es lo que me hace falta para poder poner ya el sling. Le acompañé a su casa y ya yo me fui para Lavapiés. Sin duda creo que ayer me encontré un buen regalo que espero cuidar, enseñar y disfrutar mucho.


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Para las fotos como para este relato he pedido permiso a la persona que participa en él. Nunca publico nada sin el consentimiento de los que participan en las sesiones. Los datos están modificados para que la persona permanezca en el anonimato, por eso mismo tampoco muestro las caras.

1 comentario:

  1. Me gustaría una sesión parecida en algún Club. Yo no fallaría a Dominus Jaime.

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