He estado todo un mes esperando con con ansia la llegada de mí Amo. Por fin llegó el día del reencuentro. Esta vez, estaba de vacaciones, por lo que podría disfrutar más de su compañía. Llego al sitio indicado y me abre la puerta, simplemente hermoso, aún más de lo que lo recordaba. Me hace pasar mientras atiende una llamada de teléfono. Cuando termina nos abrazamos, haciéndonos saber lo que nos hemos echado de menos el uno al otro. Comienza a desvestirse y yo hago lo mismo. ¿Quién te ha dicho que te desvistas? Me dice en tono reprobatorio y golpeó con sus nudillos mi pecho desnudo. Luego me hizo tumbarme bocabajo en la cama y me susurra al oido... «te he traído regalitos, no mires» oí como vaciaba la bolsa y el sonido de metales contra el suelo. Me colocó unas esposas con candado en mis finas muñecas. Jugó a acariciar mi cuerpo mientras notaba sus firmes manos, pero a la vez delicadas deslizarse con sabiduría por mi espalda, culo y piernas. Se tumbó a mi lado y entonces coloqué mi cabeza sobre su masculino torso embriagándome de su aroma. Un aroma fuerte, varonil... el mas increíble de los olores que jamás haya percibido en un hombre, un olor que me hacía desearle con locura. Pude poner mis manos alrededor de su cabeza, pudiendo acariciarla y ver como al hablar pone los ojillos en blanco, me encanta eso de él. Por fin noto que su rabo está duro y comienzo a chupárselo. Como lo había echado de menos... me puso un frío collar de metal alrededor del cuello. Adoro la sensación que me produce cuando me lo pone, me hace sentir más suyo que nunca. Lo siento mi dueño con más fuerza. Luego colocó en mi sexo una jaula de castidad de un frío metal. Me ordenó ponerme bocabajo mirando al espejo. Se puso encima mio e introdujo su rabo por mi agujero. Como me gusta sentirlo dentro... es recordarlo y ponerseme dura. Se corrió dentro de mí, preguntándome si era así como lo había fantaseado, en verdad... fue mucho mejor, porque fue real. Me dio las gracias por haberle dejado usarme y nos acurrucamos abrazándonos mutuamente. Para mi gusto, esta ha sido la sesión más especial que he tenido con mi Amo hasta la fecha. Puede... no, no puede, lo es... la más light y la que recuerdo con más cariño.
SEGUNDO DÍA
Hoy toca playa... nudista... jamás en mi vida he hecho nudismo, no me gusta enseñar mi cuerpo, no porque piense que es algo malo. Más bien lo mio es algo personal... odio mi cuerpo, no lo veo proporcionado, me veo gordo, fofo, blanco, muy blanco diría yo. Teníamos pensado ir a Cabopino... pero una vez más mi sentido de la orientación estaba estropeado y terminamos en Benalnatura. No estuvo mal el cambio, aunque para llegar a un lugar tranquilo fue algo complicado e incluso peligroso. Por suerte llevaba ante mi a mi Amo protector que cuidó de mi en cada momento, en cada pisada de roca que daba, cada salto... y para colmo, como iba desnudo... podía verle ese precioso culo. Llegamos a un sitio que nos parecía perfecto para los dos. Se sentó frente a mí, pero algo alejado. Me ordenó que me acercara y me sentara frente a él muy cerca. Comenzó a besarme y decirme lo guapo que soy, los ojazos que tengo, reconozco que me gusta todas estas cosas que me dice, pero no termino de creérmelas, no por él, por mi, nunca me he visto guapo y se ve que los demás tampoco, porque siempre soy el que tiene menos éxito en el grupo. Se levantó y fue detrás de una roca apartada y escondida, me ordenó ir con él. Siguió basándome y me pidió que bajara a comerle el rabo, por muy tonto que parezca... nunca he hecho eso en público, eso si es por pudor, soy extremadamente vergonzoso y tímido y lo paso fatal. Lo hice porque él me lo pidió. Luego me ordenó subir para besarme y hacerme quitar el bañador, cosa que hice, me daba un poco de vergüenza, pero eran ordenes.
Me preguntó, de esa forma que hace el como si fuese una orden, si me parecía bien irnos a una roca enorme que había en mitad del agua a la vista de todos, tras sospechar lo que iba a pasar, decidí que merecía más la pena ir a la roca. Fui desnudo, cosa que le sorprendió, pero es que estaba seguro porque estaba a mi lado. Una vez allí, me puso unas esposas de cuero y un collar a juego, a la vista de todos que miraban incrédulos. Nuevamente me hizo comerle el rabo para luego tenderme en la roca mirando a la gente en la playa y entrar dentro de mi. Tenia mi cabeza agachada, no quería mirar a la gente. Él me ordenó que los mirara, levanté la cabeza un par de segundos para volver a agacharla, me moría de la vergüenza. Salió de mi interior y se tumbó en la roca para masturbarse con violencia, eyaculando sobre su vientre. Como tenía curiosidad por saber a que sabía aquel flujo de mi Amo, lami los restos de esa corrida. Estuvimos un gran ratos tumbados acariciandonos. Yo tocaba su cabeza, memorizando cada curva, cada pico, la dureza de su barba, el grosor de sus labios, su sonrisa retorcida y su aroma, lo tengo grabado en la memoria, como si fuese el perfume más caro y mejor del mundo. Seria capaz de reconocerlo con los ojos vendados por su olor entre todos los habitantes del planeta tierra. Decidimos irnos. De camino decidí llevarlo a otro sitio, se dio cuenta de que no conocía el camino. ¿Dónde me llevas?, preguntó, voy a secuestrarte le respondí. Lo llevé al sitio donde solía llevar a los amantes que hubo antes que él, quería enseñarle ese sitio y que supiera que ahora le pertenecía por derecho propio. Me desnudó, yo le desnude, me pidió que me tumbara bocabajo y entrar de nuevo en mi, con toda su dureza viril. Nuevamente y ya van dos... terminó dentro de mí, llenando todo mi interior de su esencia. Luego me tocó masturbarme a mi. Estuvimos un rato más abrazados y le llevé a casa.
TERCER DÍA
Este día prometía mucho, podía ser de los más felices que he tenido con mi Amo. Teníamos planeadas varias cosas interesantes. Fuimos de nuevo a la playa y buscamos un sitio tranquilo entre unos pinos y me dispuse a hacerle un tratuaje de henna en el brazo del cual estaba mi Amo encaprichado. Eran tres simples líneas de diferente grosor en el antebrazo. Luego me marcó encima del culete con su símbolo de Dominus Jaime, también en henna. Fue a orinar, me quede con las ganas de pedirle que me lo hiciera encima... maldita mi timidez....cuando volvió fuimos a dar un paseo y a buscar un sitio a orillas del mar. Nos metimos en el agua y como si hubiese antes adivinado mis pensamientos y saber que me había quedado con las ganas, descargo su líquido dorado sobre mi pecho. Fuimos a la toalla y hubo mas besos y caricias, mi cabeza recostada sobre su torso... Decidió quitarme la costra de henna de la espalda con sus manos. Y me ordenó no mirar sacó de su bolsa un látigo con varias cuerdas para azotarme en el culete, cada vez un poco mas fuerte hasta que tuve que decir «rojo» sé que no se llama látigo, me dijo el nombre, pero son tantas cosas que desconozco e intenta enseñarme.... que se convierte en demasiada información imposible de recordar todo. Le estuve comiendo la polla un rato. Se quitó la henna del brazo... Como las hormigas nos atacaban, decidimos buscar un sitio libre de estas. Comenzamos a hacer los preparativos para la replica. Puso su pene erecto usando mi culo. Luego voy preparando la mezcla de polvos y agua para hacer el molde, estaba nervioso era la primera vez que hacía eso. Pero el me animaba a seguir.
Mi Amo sugiere dejar las cosas en el coche e irnos a la zona de cruising... acepte, porque a él le apetecía. Nada mas poner los pies en el descampado sabía lo que iba a ocurrir. NUNCA, repito, NUNCA he hecho cruising, llamadme raro, anticuado, ñoño, infantil, cursi... lo que queráis, pero es la verdad. Dimos una vuelta, buscando gente y enseñándome el lugar. Nos paramos y comienza a besarme, luego me hace bajar a comérsela, yo daba la espalda a los mirones, pero sabía que estaban ahí por el crujir de ramas, me empezaba a sentir muy incómodo. Luego me hace poner mirando a los expectadores para follarme el culo. Es la única vez que he deseado que terminase ya y se corriese. Estaba temblando, mezcla de rabia e impotencia yo no quería estar ahí, no me quería sentir observado, pero al mismo tiempo, quería permanecer ahí porque a él le apetecía aquello y no quería defraudarlo. La saca, me sube los pantalones, se los sube... por un momento pienso... nos vamos, alivio. Falsa alarma, sólo me lleva a un lugar, según él más tranquilo. El sitio era una especie de cueva que formaban las ramas de los árboles. Allí sigue follándome, yo sin disfrutar ese momento que en otras circunstancias ansiaría que lo hiciera. Solo veía piernas acercarse a mi, uno me toca la polla y aparto su mano enseguida. No quiero que nadie me toque, solo quiero que lo haga mi Amo. Mi Amo me pregunta si le quiero comer la polla a uno, le digo que no. Me la saco y me ofreció para chupar, me agache y vi otros pantalones acercarse y pararse junto a mi cara. Me coge del pelo y pretende que se la chupe, lo aparto y le grito « ya te he dicho antes que no» mi Amo se disculpa con el chico. Me levanta y me mira a los ojos preguntándome si estoy bien. Le respondo que no. Me pregunta si me quiero ir y le digo que por favor. Cuando salimos de esa «jungla» le digo que el se puede quedar ahí, que yo lo espero en el coche. Me dice que no, que estoy mal. Me abraza. Me dice, llora si quieres y me derrumbo. Lloro abrazado a él. Sigo insistiendo que si quiere volver, yo lo espero. Quiere saber como estoy... que pasa por mi cabeza. Lo primero que pasa por mi cabeza es que no va a querer volver a verme por mi actitud ahí dentro. Entonces me abraza y me pregunta ¿Quien es el cachorrito mas guapo de Málaga? Le miro y le respondo haciendo pucheros. Vuelve a preguntármelo, esta vez respondo con una pregunta... ¿Yo? Muy bien... y que sepas que para mi lo de ahí dentro no importa, me importas tú, me importa más lo que me das que las dos horas de sexo que pueda tener ahí dentro. Es que yo te pedí que no me compartieras con nadie, yo no te he compartido me dijo, me explico lo que es compartir... es que yo quiero ser tuyo y de nadie más, le dije. Me abrazó y me dijo que estaba muy orgulloso de mi, que le había demostrado que no soy alguien común y que le encantaba lo raro que soy y que por supuesto esto lo iba a contar por ahí para presumir de mi. Nos metimos en el coche y se puso en una postura incomoda encima de la palanca de cambios sólo por mirarme, de vez en cuando aún me venia la llorera.... y el intentaba consolarme. Me preguntó si realmente no me habría molestado que se quedase haciendo cruising y le dije que gracia no me habría echo. Entonces porque me dices que me vaya... porque tu eres libre de hacer lo que quieras, sí, pero sin hacerte daño. Me lo hubiera comido a besos en ese momento. Luego cambiamos de postura y yo eche mi cabeza sobre sus piernas. Le dije que me prometiera que nunca, nunca jamás me haría romper la promesa que le hice de que mi culo sería sólo para él. De momento así sera. Ese de momento me recorcomia por dentro...yo no quiero que nadie más que el me toque, yo no quiero tocar otro cuerpo más que el suyo, no entiendo porqué tiene ese interés en verme en brazos de otros hombre, si yo me he ofrecido por entero a él. Dentro de la jungla me sentí sucio, me sentí una puta, un trozo de carne... y no me molo nada aquello. No me gustaría volver a repetirlo. Poco a poco con sus tonterías logró hacerme sentir mejor... pero yo aún sigo con el miedo de que no quiera volver a verme... o aun peor... que me siga viendo y vuelva a pedirme que rompa mi promesa de ser sólo de él.
P.D: Siempre que sale el tema de follar es con el strapon. El correrme es tan sencillo como quitarme el estrapon, follarle con mis dedos, abrir el culo y... echar mi lefa dentro de su culo.