A
todos nos gusta tener poder sobre los demás, incluso a los sumisos. La
censura es la herramienta más poderosa de poder. Decía Antonio Gramsci "La realidad está definida con palabras. Por lo tanto, el que controla las palabras, controla la realidad".
La censura es una forma de guiarnos hacia lo que está bien o lo que
está mal, lo verdadero y lo falso, y muestran como lo falso, la
sexualidad. Aquello en lo cual somos libres, aquello que tenemos al
alcance de nuestras manos y que podemos autogestionar. Es ese poder de
sentirnos superiores moralmente y tener poder sobre los demás. Poder
señalar con el dedo, mientras los otros cuatro dedos de la mano te están
señalando a ti. El poder sobre la sexualidad y la reproducción humana
es realmente un poder sobre la vida y sobre el placer, sobre nuestro
instinto básico de animal. Si nos controlan eso, es un pasito más hacia
la esclavitud.
Y
estos pasos hacia la esclavitud, la encaminan, además de otros medios
de comunicación, las redes sociales, especialmente Instagram con 600
millones de usuarios, Facebook 1.800 millones de usuarios, y youtube
1.000 millones de usuarios. Facebook compró Instagram en 2012, así que
son de la misma “famiglia” (si como la de la mafia). En el entorno
digital es posible implementar procesos que hagan compatibles la
libertad de expresión y la protección de usuarios. Tal como lo hace por
ejemplo Twitter. Por lo tanto esta censura no nace desde una necesidad
de protección, sino una necesidad de control. Ese control que nos acerca
a la sumisión, a aceptar normas que nos reprimen.
No
es una represión positiva. A mi, personalmente, me parece bien una
represión donde se dañe al otro, donde se de un perjuicio o una
manipulación. Pero no es así en las redes sociales. Mientras se censura
la sexualidad, contenidos que atentan contra otras personas,
decapitaciones, violencia , apología de movimientos, bullyng, insultos,
no son censurables de inmediato, hace falta de varias denuncias de los
usuarios para que se elimine esa imagen, generalmente nunca el perfil de
esa persona, como si pasa con la censura sexual.
Es una herramienta clásica para dominar a las personas. En el mundo judeocristiano, se empeñaba a poner “hojas de parra” contra la desnudez. En Afganistán lo primero que han hecho los talibanes al llegar al poder es imponer el burka. El burka es la gran herramienta de censura y control en África y en Oriente Medio. De esa forma controlan a la mitad de la población y la tienen sometida sus maridos. Por no hablar de la ablación, eliminar por completo el placer en la mujer. En China, tenemos una censura férrea, controlando no solo la sexualidad, sino el movimiento de las personas.
Orwell dijo “Cuando el fascismo llegue finalmente a Occidente, lo hará en nombre de la libertad”.
Esa es la libertad que dicen dar a los usuarios que se suponen que
protegen. La misma libertad de los hijos de Dios, la misma que dicen los
políticos que hay en Irán o en China. Una libertad, para elegir que
collar ponernos, pero sabiendo que estamos a los pies del poder.
Pero
no todo es culpa de las redes sociales. Un gran número de censuras se
provocan por las denuncias de los usuarios. Si varios usuarios denuncian
una manzana como objeto ofensivo, las redes sociales terminan
retirándola. Y es que las redes sociales son un reflejo de la sociedad.
Es más, destapan lo peor de la sociedad. La misma persona que te deja un
like es la que puede hacer la denuncia. Recordemos cómo hace poco la
actriz Verónica Forqué precipitó su suicidio debido a las innumerables
críticas que la gente hizo en las redes sociales. Conozco muchas
personas que han llegado a ese punto, o a tener ansiedad o depresión por
lo que les llega a través de las redes sociales o aplicaciones como
Grinder u otras aplicaciones de contactos.
Ese
vacío interior que promueve esos troll y denuncias, son un clásico. En
la edad antigua (y vigente a día de hoy en algunos países) existía la
lapidación. Jesús dijo una vez cuando iban a apedrear a una mujer “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.
En la época de la quema de brujas, éstas eran denunciadas por sus
ciudadanos. Y más recientemente se señalaba quién era judío o enemigo
del régimen soviético para ir Auschwitz o a los gulags. Por eso son
importantes la salud mental y el empoderamiento personal, para que la
gente no tire “piedras” al otro y use esas piedras para construirse a si
mismo.
Esta presión se ejerce sobre todo lo sexual, pero dentro de los dos géneros, se da más sobre el desnudo femenino. Podemos ver un torso masculino en múltiples anuncios y plataformas. Suele ser símbolo de fuerza y virilidad, mientras que un torso femenino suele tener connotaciones sexuales y de “mala vida”. Es por eso que las redes sociales censuran el femenino y no el masculino.
Hace unos años surgió un movimiento de protesta bajo el hastag #FreetheNipple
Fue un revuelo social entre los internautas y muchos famosos se unieron
a ello como Rihana, Miley Cirus, Cara Delevinge, incluso algunas
políticas. El resultado fue que la censura sobre los pezones que
aparecían dando de mamar a los bebés, dejaron de ser censurables. Nuria
Roca comentó: “La verdadera indecencia parte de la mente que ve algo ofensivo en la sombra de un pecho femenino”,
cuando le censuraron una foto de su cuerpo desnudo. Se dieron pasos,
pero no los suficientes. Hace poco una asociación contra el cáncer de
mama tuvo que usar pechos masculinos para indicar cómo se deben hacer
las exploraciones mamarias las mujeres. Y es que esta censura y otras
censuras, criminalizan la sexualidad, hacen que se vea como algo
negativo, y no permite que las personas sean libres.
Rigoberta, canción protesta contra la censura
La última protesta en este sentido lo ha protagonizado Rigoberta Bandini en el Benidorm Fest. “No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas. Sin ellas no habría humanidad ni habría belleza”. Independientemente de la canción y de la coreo, a mi me gustó porque dio un grito contra la censura. Y así lo expuse en mis historys en las redes sociales. Este himno que es “Ay mamá”, denuncia el miedo que ha despertado la sexualidad y el férreo control sobre nuestros cuerpos y decisiones. Quiero pensar que si esa canción ha triunfado tanto, ha sido también por el hartazgo general contra la censura, que no renunciamos a nuestros cuerpos y nosotros somos los dueños de si los enseñamos o no.
Existe el mito de que la diosa Hera, dio origen a la Vía Láctea con un chorro de su leche. Y por eso de “miedo a las tetas” pasa al reconocimiento a las madres, a ese caldo en la nevera, y a esa voluntad de acabar con esas guerras. Seguramente, si hubiese pesado más el voto del público que el del jurado, e imaginando un poco más, Rigoberta hubiese ganado Eurovisión, los expertos en estos temas, comentan que quedaría descalificada, ya que en las bases del concurso pone “Las letras y/o la interpretación de las canciones no desprestigiarán a los Espectáculos, al Eurovision Song Contest ni a la organización Unión Europea de Radiofusión. No se permitirán letras, discursos, gestos de carácter político, comercial o similar durante Eurovisión”.
Y precisamente por eso es importante “Paremos la ciudad. Sacando un pecho fuera al puro estilo Delacroix”.
¿Cuál es ese estilo?. Se refiere a un cuadro pintado por Delacroix, la
libertad guiando al pueblo. Carlos X de Francia, había suprimido en el
parlamento la libertad de prensa, de nuevo la censura. El pueblo se
levantó en armas, no había cabecillas. El cuadro parece que te arrastra.
Por eso, paremos la ciudad, reflexionemos ante tanto bullicio, y
saquemos nuestras armas contra la censura, que no es otra que nuestro
arte, nuestras fotos y nuestros escritos. Luchando por la libertad de
expresión de nuestros cuerpos y por normalizar la sexualidad.
¿Y tu que vas hacer contra la censura?
P.d: El artículo lo he subido el día 2 del 2 de 2022 a las 2:22.
Para los que creen en la numerología el 2 es símbolo de la empatía y de la cooperación.
Y es que no podremos acabar con la censura, sino luchamos cada uno desde nuestras trincheras, cooperando juntos. Y la mejor herramienta, además de la lucha, es la empatía.
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