Esta es una sesión escrita por Spiculus, sin duda alguna uno de los sumisos a los que más cariño tengo. Y sin duda también el más masoca, lo digo con orgullo. A él le debo el alimentar durante bastante tiempo mi lado BDSM y es uno de los “responsables” de que yo me haya lanzado a montar esto, con su ilusión y apoyo. Con su permiso pongo aquí un relato de la sesión del otro día, con un Pinwheel. Es el juguete de metal que puedes ver al lado de este texto. Las puntas están afiladas casi como agujas. Sin duda es un juguete interesante.
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Llegaba tarde, y no eso q no suelo llegar tarde. Pero se me echó el tiempo encima y cuando me quise dar cuenta ya debería haber salido. Había quedado con mi amo a las 17.00 justo a l hora q estaba saliendo de casa. Y aún me quedaba un rato para llegar. Le puse un mensaje para avisarle. Casi corría para llegar a su casa lo antes posible; es el lugar donde me siento seguro, donde sé que todo puede pasar (y lo digo literalmente) A pesar del dolor que puede hacerme sentir, lo sigo buscando. Porque solo él sabe cuánto disfruto con el castigo corporal. Verle deleitarse con mi polla a punto de estallar cada vez q me azota o me abofetea es paga de sobra para mí. Sé que quiere q le pida más. Más dolor. Y se lo pido por supuesto. Todo con tal de verle feliz y orgulloso de mi.
Al llegar a la puerta de su casa y llamar tardó un poco en abrir. Me extrañé porque le oía por dentro pero al abrir entendí el porqué. Estaba desnudo. Entre y me apresuré a desvestirme yo también pq no me parecía correcto estar delante del amo vestido. Y menos estando él desnudo. No soy muy experimentado en estas lides pero a raíz de compartir experiencias con él algo he aprendido.
Así que, ahí estaba yo, hablando de las fiestas de Navidad y del regreso al trabajo tras las vacaciones mientras guardaba el instrumental usado en la sesión anterior (ha hablado hace unos post sobre ella). Todo un arsenal de aparatos médicos incluyendo estetoscopio, sondas, mascarillas y espéculos. Nunca he sido muy fan de los médicos ni sus aparatos pero mis ojos se pararon en un instrumento q siempre me ha llamado la atención. Siempre he sentido curiosidad por saber q sensaciones producía un pinwheel (ya sabéis cual, la rueda con pinchos en toda su circunferencia). Sé que se usa para testar la sensibilidad pero no entendía porque salía en tantas películas porno. Le hice saber a mi amo que el aparato me ponía muy cerdo pero q en realidad no lo había usado nunca. Así q con una mirada de haber descubierto otro punto flaco en mí, lo cogió y lo empezó a pasar suavemente por mi brazo. Me estremecí de gusto ya q lo hizo lo suficientemente flojo para no hacerme daño, pero en breve repitió en sentido contrario más fuerte. Parece mentira pero dolía de verdad, por ese motivo la polla empezó a ponerse dura y a babear gotas de precum (siempre he tenido mucho y en esta ocasión el dolor ocasionó tener todavía más) Posicionó el pinwheel en el hombro y empezó a bajar por el pecho, los pezones y el estómago. Al llegar al estómago empezó a regodearse en la zona, tuve que cerrar los ojos para concentrarme en aguantar. También quería analizar la sensación, supuse que era como el electro (aún no lo he probado, es una de mis asignaturas pendientes) una mezcla de dolor extremo y placer sin tener muy claro donde estaba el límite entre uno y otro. Le tuve que pedir que parase porque me conozco lo suficiente para saber que si hubiese seguido, hubiese terminado corriéndome ya que tenía esa sensación de gusto en los huevos que me hace estallar.
Me pregunto si estaba bien, como siempre. Siempre lo hace, y el simple hecho de preguntarlo ya te relaja y te hace querer más. Le pedí por favor que siguiese. Así que, comenzó a jugar con el aparato en la parte interna de los muslos. Creo que gemí unas cuantas veces, pero no se muy bien si por gusto o por lo contrario. En cualquier caso, me encontraba en el cielo en ese momento. Decidió que ya era tiempo de aumentar la dosis, así que paso directamente a los huevos. Ahora sí que no tenía duda, es como el electro. Miles de descargas me recorrieron las pelotas mientras él no dejaba de moverlo hacia arriba y hacia abajo, hacia ambos lados. De pronto noté que subía por la polla, abrí los ojos y recuerdo haber pensado que me iba a dejar llenos de marcas, pero no me importó. No quería que parase bajo ninguna circunstancia. El dolor era tremendo. Los que hayáis experimentado con el pinwheel sabéis a que me refiero, no es dolor, son descargas, múltiples descargas, una detrás de otra sin parar un momento. Abrí los ojos y vi cómo se acercaba al glande, Estaba tenso e hinchado debido a tanto placer y pensé que debía controlar los espasmos del rabo ya que con el aparato lleno de pinchos pasando por esa zona, cualquier movimiento por leve que fuese seria causa de una herida. No dejaba de pasarlo por el glande, por el agujero, por el pellejo retirado completamente en la base del capullo (no estoy circuncidado) No podía pensar, no podía parar, solo quería mas y más dolor,
Abrí los ojos solo para ver algo increíble, ni yo mismo pensé que fuese capaz de esa reacción (está claro que mi amo Jaime me conoce mejor que yo), poco a poco empecé a correrme, mi amo no paró de usarlo por el glande por lo que seguí corriéndome estallando y un chorro de leche que incluso salpico en el vientre a mi señor. No os podéis imaginar cómo disfrute en ese momento, dolor y placer a la vez. Todo buen perro sabe lo que es eso y lo sabe valorar.
Le pedí perdón por haberme corrido y sobre todo por haberle manchado, pero el me respondió con una caricia y un abrazó.
Por todas estas razones son por las que adoro a mi amo Dominus Jaime
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