sábado, 23 de enero de 2016

Sesión con Pantaleón, su visión

Hoy, jueves 21, me he despertado a mitad de noche. He tenido que quitarme el pantalón del pijama y el slip con los que me había acostado pocas horas antes.. Tenia un impulso a caricias mis nalgas desnudas que seguían ardiéndome y producían un permanente picor, derivado de la soberbia azotaina ( ochenta golpes) recibida. Solo sentían alivio con las caricias de la palma de mi mano.

Otras partes de mi cuerpo pedían un tratamiento análogo. He tenido, también, que acariciar mi bolsa escrotal y mi pequeño pene, en torno al frenillo y a la apertura del meato, doloridos aun por  algunos conatos de  CBT practicada anoche. Pero, sobre todo, mis tetillas, erectas aun, ultrasensibles tras verse repetidamente estrujadas a lo largo de las dos horas y media que duro la sesión sadomasoquista  vivida anoche, pedían también algunas suaves caricias.

Esa sesión BDSM es la primera que he tenido con Dominus Jaime, y la primera, también, con un Amo. He tenido y tengo relaciones regulares con un Ama, y también con otras Amas a las que he sido cedido por ella para usarme, en sesiones FemDom, pero por ello, esta iba a ser - como así fue - diferente.

Dada mi condición de bisexual, que se tratase de un Amo -y no de mi Ama o de otras Amas- esta sesión  tenia un morbo especial. Me imaginaba que ademas de practicas sadomasoquistas, como esa azotaina  que señalaba al principio o las dos tandas de flogging, por delante y por detrás, de veinte vergajos cada una; de la cera caliente derramada en abundancia sobre mi torso y mis tetillas; o de ese continuo estrujar estas ultimas,...también tendrían lugar - como asi fue -,  como actos de sumisión y humillación, algunas practicas homosexuales, como lamer el culo peludo del Amo, tan distinto a ese anilingus que suelo practicar con el agujero depilado de mi Ama, o la felación y la introducción repetida de su hermosa verga en mi cavidad bucal. Ademas, también resultaba distinto ser penetrado con diversos dildos manejados por las manos de una persona de mi mismo sexo y esa sodomización final con el mas grande de ellos, utilizando un strap-on, con esos impulsos mas fuertes de un varón  detrás del arnés. Pero, en todo caso, fue también un hombre, y no una mujer, quien se ocupo de excitar mis partes pubendas con una de sus manos, mientras que con la otra me procuraba dolor, fundamentalmente actuando sobre mis tetillas.
Fue una sesión auténticamente inolvidable porque Dominus Jaime practica también eso que he leído no hace muchos días  en su blog. Que el Amo debe cuidar a su esclavo y que debe procurarle compensaciones tras cualquier humillación o dolor que le provoque. Debe acariciarle, besarle, mimarle,.. Así lo hizo anoche conmigo. Resulta así mucho mas fácil para el sumiso superar cualquier trauma que pudiera producirle haber sido utilizado por el Amo.

Han pasado tan solo unas horas y mis nalgas siguen enrojecidas y hay también en mi cuerpo alguna señal pasajera de los golpes recibidos con fusca o con látigo, pero sueño ya con una próxima cita, que aunque sea difícil admitir que sea mejor que la de anoche, es posible que aun me produzca mayor satisfacción, ya que Dominus Jaime conoce mejor lo que me gusta y mis limites.

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Para las fotos como para este relato he pedido permiso a la persona que participa en él. Nunca publico nada sin el consentimiento de los que participan en las sesiones. Los datos están modificados para que la persona permanezca en el anonimato, por eso mismo tampoco muestro las caras.

4 comentarios:

  1. Muy bien por Dominus Jaime y el sumiso Pantaleón!

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    1. Gracias Señor Germán, la verdad es que hemos tenido suerte mutua al encontrarnos.

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  2. Gracias señor German por ese "muy bien" también por el esclavo, pero todo el mérito del éxito de la sesión del dia 21 como de la ultima, el 26, es de Dominus Jaime, aunque el afirme, con generosidad, que la suerte ha sido mutua por encontrarnos. Procurare -eso si- responder a esa generosidad, ese extraordinario actuar como Amo y su "curar heridas" al sumiso, haciendo todo lo que este en mi mano como esclavo para que Dominus Jaime disfrute utilizandome.

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  3. Es como un buen cocinero, cuando le dan un buen trozo de "carne" hace maravillas con el. Y ese trozo de carne llamado Pantaleón, es un solomillo.

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