Te daría un montón de razones de porque gusta el bdsm. Fíjate que esta creo que es la parte de la web que mas me cuesta escribir, porque casi hay mas razones que personas he conocido. Algunos ha sido porque era la forma que tenían de sentirse libres, aunque estuviesen atados. Otros porque tenían traumas infantiles que les reconvertían ahora en morbos. Otros porque les encanta el olor al cuero. Otros....
Muchos usan el bdsm como medio de conocer gente. Desde luego es una buena idea. No se si es tu caso o no, pero desde luego conocer un amo o una persona que este dispuesta hacer realidad tus fantasías como sumiso no es nada fácil, ni siquiera pagando.
Otros te dirían por las sensaciones que produce!. El sonido de un látigo, esa mirada del otro mientras sabe que eres objeto de su placer deseado, pero mientras aprieta ligeramente tu garganta contra la pared y te mira a los ojos. Otros por esa sensación caliente en el culo tras una sesión o por esas marcas!.
Sin duda la sangre también tiene un papel en esto. El dolor desarrollándose conjuntamente con el sexo desvía los flujos de sangre de la zona cerebral a las zonas donde se produce el dolor y por tanto, puede darse lo que se llama estado de conciencia alterado.
Pero sobre todo esta la química! concretamente la neuroquímica. En una sesión además de las
endorfinas, otros neuroquímicos entran en juego como encefalinas, dopamina, prolactina, cortisol y la oxitocina. Intentaré no ser muy técnico, aunque para mi hermanito será demasiado superficial.
endorfinas, otros neuroquímicos entran en juego como encefalinas, dopamina, prolactina, cortisol y la oxitocina. Intentaré no ser muy técnico, aunque para mi hermanito será demasiado superficial.
Las endorfinas son anestésicos químicos, similares a la morfina, polipéptidos capaces de unirse a nuestros neuro-receptores con el fin de aliviar el dolor. Es el responsable del efecto placebo (entre otros) pero también el que permite que pueda tolerarse el dolor en una sesión. La transmisión de las sensaciones de dolor y/o placer al cerebro existe gracias a los impulsos nerviosos. Estos impulsos se transmiten a través de neurotransmisores químicos causando así la liberación de sustancias químicas neuromoduladores, como las endorfinas. Las endorfinas “apagan” los nervios en el lóbulo frontal, bloqueando la sensación de dolor, y permite que esta zona se inunde con la dopamina, de ahí la euforia.
La dopamina es el neurotransmisor que activa el centro de la gratificación. A medida que los niveles
de dopamina disminuyen, otro neuroquímico llamado prolactina se eleva en una relación inversa, digamos que este ultimo es un regulador. Es la responsable de que algunos les de un "bajón" después de hacer una práctica extrema, o de que nos entre sueño después de tener sexo.
de dopamina disminuyen, otro neuroquímico llamado prolactina se eleva en una relación inversa, digamos que este ultimo es un regulador. Es la responsable de que algunos les de un "bajón" después de hacer una práctica extrema, o de que nos entre sueño después de tener sexo.
¿Lo complicamos o lo aclaramos mas? La atracción sexual esta fuertemente influenciada por las feromonas (olores sexualmente estimulantes) que enviamos de uno a otro, y es impulsada por un grupo de neurotransmisores llamados monoaminas, que incluye la dopamina (sorpresa!), la noradrenalina (también conocida como adrenalina), y la serotonina. La noradrenalina y la serotonina nos excitan, mientras que la dopamina nos hace sentir felices.
Enfoquemos otra luz desde otro lado. Las relaciones cercanas y de confianza fomentan la producción de oxitocina. Cuanta más oxitocina se produce, más receptivos estamos a la misma, y nos sentimos más queridos. Los receptos de oxitocina no disminuyen como hacen los receptores de dopamina. Y esta se genera cuando se genera vínculo entre la parte dominante y dominada.
Normalmente, la estimulación de los pezones, en ritmos constantes, y con subidas y bajadas de intensidad en la fuerza del tacto, suele funcionar para las primeras endorfinas. Sin embargo, si que encuentro importante mantener un cierto ritmo de subidas y bajadas de intensidad, para que entienda que la sensación no es continua, y así el sistema neuroquímico se pone en marcha de una forma muy veloz. Las endorfinas tardan de 5 a 10 minutos en recargarse para poder liberar una nueva oleada. Sin embargo, un pequeño masaje, unos azotes muy suaves, las caricias apenas perceptibles, la voz del Amo/a dando confort y seguridad, suben los niveles de oxitocina mientras se disfruta de la primera dosis de endorfinas.
Resumiendo, y simplificándolo... El dolor y el placer, son las sensaciones más intensas que se pueden experimentar durante las sesiones, es misión del ama graduar la intensidad de su aplicación en el sujeto. Hay quien disfruta únicamente con el placer, y obtiene su excitación sexual sólo a través de prácticas, que no provocan ningún tipo de dolor.
Pero también hay quien obtiene su excitación sexual, mediante prácticas que provocan dolor, obteniendo así placer a través del dolor, esto no es nada extraño ni raro, pues la línea que separa el dolor del placer es muy corta, de hecho ambas sensaciones activan el mismo circuito cerebral, liberando dopamina que es una sustancia química que segrega el cerebro. Cuando hay placer la dopamina genera bienestar y relajación, que puede transformarse en placer sexual. Cuando hay dolor la dopamina recompensa al cuerpo, con una sensación agradable, que se transforma en placer sexual.
Gestionando bien esto, creo que es la base de el porque realmente gusta o no una sesión bdsm. Por supuesto hay muchos mas factores que influyen.
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