Pichi, forma parte de la revista musical española Las leandras, estrenada en Madrid en 1931. Incluido en el primer acto de la revista,1 se trata de un chotis que es interpretado por el personaje femenino principal de la obra, pero ataviada de hombre. Concretamente del prototipo de chulo madrileño.
La letra, se refiere al modus vivendi de un hombre dominante para con las mujeres que le rodean, de una forma muy bedesemera ("Pichi es el chulo que castiga... Pero yo que me administro, cuando alguna se me cuela como no suelte la tela dos morrás la suministro que atizándoles candela yo soy un flagelador…," reza la letra). Si es cierto, que hay que ponerle imaginación porque roza bastante el proxenetismo en su versión original. Circunstancias éstas que, sin embargo, no eran objeto de oprobio social en la España del primer tercio del siglo XX e incluso cabía la parodia simpática, como es el caso. Se trata pues de un reflejo del machismo dominante en aquella sociedad.
A lo largo de la canción se hace mención de los límites que fijan la zona de acción del protagonista de la canción, que van desde el Portillo de Embajadores hasta la Arganzuela. Curiosamente el barrio donde vivo.
El tema alude a Victoria Kent, en aquel momento directora general de prisiones y primera mujer en la historia de España que ocupaba un cargo de responsabilidad en la Administración. Durante el franquismo, la alusión a Victoria Kent fue censurada en la letra de la canción y sustituida por la expresión un pollito bien.
Interpretada por primera vez por Celia Gámez, también ha sido cantada, entre otras, por Laura Pinillos (1932, en el estreno de Las leandras en Barcelona), Sara Montiel (1961, en la película Pecado de amor), Rocío Dúrcal (1969, en la versión cinematográfica de Las leandras), María José Cantudo (1969, en el re-estreno de Las leandras), Paloma San Basilio (1985, en la versión de Las leandras para televisión en el espacio La comedia musical española) y Lina Morgan.
Os dejo junto con la letra, tres versiones, una de Rocío Durcal, Celia Gámez, y por último de la entrañable Lina Morgan. Un abrazo de este flagelador de Lavapies.
LETRA
del Portillo a la Arganzuela,
y es que no hay una chicuela
que no quiera ser amiga
de un seguro servidor.
¡Pichi!
Pero yo que me administro,
cuando alguna se me cuela,
como no suelte la tela,
dos morrás la suministro;
que atizándoles candela
yo soy un flagelador.
Pichi
es el chulo que castiga
del Portillo a la Arganzuela,
Es que no hay una chicuela
que no quiera ser amiga
porque es un flagelador.
No reparo en sacrificios:
las educo y estructuro
y las saco luego un duro
pa gastármelo en mis vicios,
y quedar como un señor.
Anda, y que te ondulen
con la 'permanén',
y pa suavizarte, que te den 'col-crém'.
Se lo pués pedir a un pollito bien,
que lo que es a mí, no ha nacido quién.
Anda, y que te ondulen, con la 'permanén',
y si te sofocas, ¡tómalo con seltz!
Eres, Pichi, para mí
de lo que no cabe más,
y yo sé de algunas por ahí
que van desesperás, detrás de ti.
Porque de nén!
¡Bueno soy yo!
Anda, y que te ondulen, con la 'permanén',
y pa suavizarte, que te den 'col-crém'.
Se lo pués pedir, a un pollito bien.
Que lo que es a mí, no ha nacido quién.
Anda, y que te ondulen
con la 'permanén',
y si te sofocas
¡tómalo con seltz!
¿Te puedes que nunca la había escuchado con lo famosa que es? Me hace gracia la letra porque me doy cuenta de que para algunas cosas más que avanzar vamos retrocediendo.
ResponderEliminarAbrazotes desde Castillejos. ;)
Bueno es normal, son canciones de nuestros abuelos. Que envidia! disfrutalo!!
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