Sesión con Nacho: Bondage en la Playa

Publico esta sesión de bondage aparte, porque creo que hay bastantes fotos interesantes. Con Nacho tengo tres pilares para ir trabajando, irle acomodando como mi geisa (adorando mi cuerpo, acariciándolo, y otras cosas propias de ellas), bondage (ir explorando nuevas ataduras, enseñarle hacer algunas) y lluvia dorada (profundizando poco a poco en esta práctica).

Como siempre nos pusimos en una zona apartada de la playa nudista. Le desnudé, me encanta que vea como le voy despojando de su ropa y hago que este desnudo para mi. Extendimos la toalla, y preparamos la zona, porque sabíamos que ademas de las cuerdas haríamos fotos. Desde casa ya le había enviado unos cuantos modelos de ataduras, para ver cuales le interesaba mas aprender. Hicimos seis ataduras diferentes: esposas en pie y mano, atadura de torso tipo corsé, atadura estrella invertida, ataduras con piernas extendidas.

Mientras lo ataba, estábamos de muy buen rollo, acariciándole, riéndome con el, incluso le “amenacé” con violarle una vez atado. Yo también hice de modelo. No estábamos en una sesión de Amo y sumiso, sino que era mas bien de tipo horizontal. Asique yo también le serví de modelo para que fuese practicando los nudos. No es lo mismo ver como lo hace otra persona que hacerlo tu mismo. Y menos si te lo hacen a ti, lo que imposibilita ver la zona de la espalda entre otras. Es curioso, pero resulta que una de las prácticas de las geisas era atar a sus amantes, no como dóminas, sino como “arte sexual”, separándolo de cualquier práctica de tipo BDSM (quitando la B jeje). Y lo cierto es que lo he disfrutado mucho. El roce de las cuerdas, el sentir como tu respiración hace que las cuerdas se muevan, pedirle a otro que te lama, y que te haga caso solamente por tu voz sin moverle con las manos. Y soltarte, conectar simplemente con el placer, sin poder hacer nada mas que disfrutar. Desde luego el bondage es toda una experiencia. Solo dos personas me han atado en mi vida, y creo que es una práctica que voy a repetir bastante con Nacho.

Apareció por alli un pequeño amigo, un pequeño coleóptero (Scaurus vicinus) que siempre que hacemos bondage en esta zona aparece. Quizás atraído por el olor de las cuerdas... o quien sabe lo mismo esta aprendiendo a realizar bondage para atender a su amante Scaurusa. Lo cierto es que viene, pasea, mira y hasta que no nos vamos se queda cerca pero sin incordiar ni pasear por medio. Es cuanto menos curioso. 

Enfocamos la práctica del bondage, por un lado para usarlo en nuestras sesiones y por otro estuvimos buscando diseños que puedan quedar interesantes para llevarlo como “vestido” a fiestas y encuentros.  Incluso probamos a ver como el bondage podía hacer que un tío se feminizase (generandole mas pechos, reformando su figura) un ejemplo de ella es la foto que sale con las cañas cruzadas. Prueba y error, incluso estuvimos desarrollando otros pases de las cuerdas creando diseños nuevos, dejándonos guiar por nuestra imaginación. Como os digo todo un éxito.