sábado, 20 de febrero de 2016

Lo que cuesta una sesión

El otro día alguien se sorprendía de que exigiese tributos por realizar sesiones. Y aun le parecía caro 50e una sesión suelta y los 20e en bono de 10 sesiones. Mientras otros se me echan encima porque ellos cobran entre 200 y 500e una sesión de las características que yo puedo ofrecer. Si algunos lo dudan pueden buscar por Internet. Voy a intentar responder aquí a las dos propuestas y algunas cosas más adelante. 



¡Que caro! ¿Seguro?

En este año es cuando estoy empezando a pedir un tributo por las sesiones. Ahora bien, el tributo
puede ser tanto en trueque de servicios que me puedan interesar, ofreciéndote para que te preste a otras personas, o bien ofreciendo juguetes (puede ser hechos a mano) que me puedan interesar. Lo único que pretendo con los tributos es que el otro ofrezca un mínimo de compromiso. Por eso hay diversas formas de tener una sesión sin soltar un duro. 

Ahora si lo que prefieres es colaborar con un tributo monetario se agradece. Irán destinados íntegramente a comprar juguetes, ropa, utensilios desgastables, restaurar juguetes por desuso y otros temas para acondicionar la mazmorra. Todo ello demostrable por recibos si alguien no se lo cree. Por lo tanto, esa colaboración hace que primero yo disfrute de más juguetes y segundo que los puedan disfrutar todos aquellos que pasan por la mazmorra. 

El precio desde luego me parece más que razonable, echando cuentas en horas, sale algo así por sesión 

6 horas de charla (que te gusta, limites, conocimiento personal de aficiones)
2 horas de sesión
1h de preparación y recogida de la sala, desinfección de los juguetes (como mínimo)
Total, 9h, que si lo dividimos entre 50€ sale poco más que a 5€ la hora. Y si ya se coge el bono sale a 2€ la hora. De todas formas si solo nos ceñimos a las horas por sesión sale a 25€ por hora o 10€ dependiendo si es bono o sesión suelta. Que ya de por si es adaptable a todo el mundo. 

Por otro lado, tengo otro trabajo cuyo horario suele ser de 10 a 23h. En horario liberal. Restar horas para hacer las sesiones, supone que no dedique esas horas a mi trabajo, con la consiguiente pérdida económica por mi parte. Además de usar mi tiempo libre para contestar los mensajes. Tanto en el Facebook, como en otras redes sociales, o en el wasap, se puede ver como estoy disponible casi las 24h del día para atender y animar a la gente. 

Además, a lo largo del día recibo diversas consultas sobre el mundo BDSM que respondo encantado. Gente con dudas sobre prácticas, temas de iniciación, temas de seguridad. Y por todo ello no exijo ningún tipo de tributo, y me lleva a veces más tiempo que responder a las personas cercanas de mi vida diaria. Lo hago de forma vocacional y porque deseo que la gente practique y ahonde en el mundo BDSM y Fetish. 

Por otro lado, además de comprar aparatos nuevos, también se produce un desgaste de los mismos. Unos son económicos, pero otros realmente cuestan bastante dinero. Al usarlos se rompe el cuero, el látex, la silicona, y si quiero volver a usarlos tengo que enviarlos a reparar. 

¡Que barato!

En el otro lado están las personas que consideran demasiado baratos mis tributos porque en lugar de cobrar 200 o 500e por sesión, es lo mismo menos un cero. Con ello no intento hacer la competencia a nadie. Es mas muy probablemente solo cobraré tributos este año y me quedaré solamente con los sumisos que ya tenía antes y con los que vaya conociendo durante este año, intentando que sean relaciones estables. La idea no es hacer la competencia a nadie, sino montarme poco a poco una mazmorra interesante. 

Además, los servicios que suelen ofrecer son diferentes. Suele ser más sexo y menos seso. A mí me interesa más que la gente disfrute de la práctica, que profundice en ella, que se plantee cosas, que siga aprendiendo por su cuenta, que encuentren Amos/as o sumisos/as con los que desarrollarlas. Mientras que los otros servicios es una práctica sexual en sí misma. Yo intento ofrecer más un servicio de coach, de ayudar andar, adentrarse en ciertas prácticas. En fin, son servicios diferentes. Y por lo tanto la gente que acude a unos y a otros entiendo que también son diferentes, por lo que no nos hacemos la competencia. 

¿Eres un chapero?


Según la RAE, puto es sinónimo de sodomita, y créeme me encanta ser sodomita, y sodomizar tanto a hombres como a mujeres. En cuanto al sentido real de la palabra, personalmente no siento que sea cha-pero haciendo lo que hago. No solo porque no realice penetraciones con mi pene sino con un plug. Sino porque creo que hago más una labor de ayuda que una labor sexual, además de que mi foco principal en las sesiones son las prácticas en sí, el sexo como tal toma un plano secundario (como mínimo).  Y además porque lo uso como medio para conseguir difundir el BDSM. Y sobre todo porque salen mejor las sesiones cobrando que sin cobrar, eso lo explico más adelante Asique no, no me considero chapero ni puto. 

No me importaría serlo y unirme con ello a una legión de personas que ofrecen algo a cambio de sexo. De hecho lo he hecho, más de una vez cuando he tenido pareja, ofrecerle sexo cuando no tenía ganas a cambio de estar tranquilo. Lo he visto en locales cuando la gente ofrece sexo a cambio de drogas. En las relaciones donde no se quieren pero que por motivos económicos tienen que estar juntos y tener sexo. Podría citar así muchos ejemplos y para terminar diciendo que el 90% de la población lo ha hecho. Y a veces las que me parecen menos denigrantes, son esas mujeres que están en la calle pasando frio, por dar de comer a sus hijos. Hace tiempo hacia voluntariado con trabajadoras del sexo, y son las personas más humanas y más buenas que me he podido echar en la calle. Mejor que muchos compañeros de trabajo. Te animo a que compartas un café caliente con estas mujeres, y luego me cuentas lo que es ser prostituta o puta. Yo estaría muy pero muy orgulloso de ser un “hijo de puta”, un hijo de alguien que me ha amado tanto como para entregar su cuerpo a desconocidos y pasar frio en las calles. 

Salen mejor

Además de todo lo anterior mente expuesto, en estos dos meses que llevo con el tema de los tributos, estoy viendo que la gente se implica más. Yo me resigno a creer que para valorar algo, este algo tenga que costar algo. Pero realmente parece que tenemos un mecanismo psicológico, que cuanto más caro es una cosa más en serio nos lo tomamos. Pues bien, con esto pasa parecido, tengo sumisos de años anteriores a los que no les cobro, que se toman menos en serio las sesiones que los que están abonando los tributos. Incluso alguna persona que este año me ha dicho que no tenía dinero, que se le daba mal el bricolaje, y he aceptado hacer alguna sesión con ellos, y ni han aparecido a la hora citada y cuando lo han hecho ha sido tarde, recuerdo el caso de uno de dos horas tarde sin causa justificada. 

Además, cuando una persona ofrece un tributo, se siente más seguro en la sesión. Lo ve como más profesional y por lo tanto menos peligro. Es una forma estupenda para que se adentre en este mundo de la mano de alguien. Por otro lado, lo ve también como más discreto, ya que está confiando en alguien, que está acostumbrado a guardar secretos. Además, lo tiene más a su disposición y es más fácil cuadrar las citas, ya que en cierta forma él tiene el mango de cuando se puede quedar. 

A donde va destinado

Ya lo he comentado anteriormente, va destinado a tener materiales para que la gente practique. Y mu-chas veces estos materiales son caros. Además, que no hay un solo morbo, a unos les gustan unas cosas y a otros otras, y a otros otras parecidas, pero con su toque especial, y eso supone que hay que hacerse con dichos materiales para que esas personas puedan probar eso que desean. 

El fin de semana pasado estaba hablando con un sumiso que no solo me entrega los tributos, sino que me suele hacer algún regalo extra, que habíamos llegado a un grado de complicidad y química muy importante y que si él quería que no hacía falta que abonase los tributos. Su respuesta fue que no, que veía como eso que él estaba aportando, se transformaba en juguetes y poco a poco podía jugar con él con nuevas cosas. 

Últimamente si me estoy planteando, que cuando termine este año, seguir con los tributos. No ya para la mazmorra, sino para destinar ese dinero a buenas causas. A diversas ONG, a entregar café caliente a gente de la calle, a causas que defiendan a los que menos tienen, a los que no tienen voz, en definitiva, a esas víctimas no consensuadas de esta sociedad. 

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