miércoles, 24 de agosto de 2016

Sesión con Gahn, según su visión. Tercer encuentro: misterio y fusión


Hace muchos años vi una película cuyo nombre no recuerdo y cuyo final se desarrollaba en un magnifico campo de amapolas azules. Las protagonistas eran dos chicas adolescentes que bailaban entre las flores. A la pregunta que se le hizo sobre la verdadera naturaleza del pecado, una de las dos chicas, mientras acariciaba las amapolas con su mano, contestó : es el pecado contra el espíritu, es no ser capaz de ver esto en consciencia !

La sesión que leva el numero tres, cifra sagrada que en cualquier experiencia vital marca la emergencia de la raíz, es, por así decirlo, la sesión del pecado: Serás capaz, más allá de todo, absolutamente todo, de reconocer al Amo y de verlo con todos tus ojos ?

Dominus Jaime es un Amo de excepción que lleva inscrito en  su ser el genio de su raza, un Amo castellano. He tenido en mi vida la suerte y a la vez la desgracia de conocer a muchos Amos de culturas muy distintas pero nada que se pueda compara con esta intuición prodigiosa que permite dejar que las cosas más profundas se desarrollen con una naturalidad absoluta, sin ningún empuje, este contacto innato con la energía que genera su propia resolución.

Cuando nos vimos me di cuenta de que mi Amo no tenía nada preparado y que iba a dejar que el misterio se desarrollara hasta llegar hasta donde tenía que llegar, como un misterio medieval en las puertas de una catedral.

Y así fué.

El misterio de la cifra 3, la emergencia de la raíz.

Estuvimos como 30 horas sin que prácticamente nada de lo que supuestamente rige una relación bdsm ocurriera. 30 horas de simplicidad y desnudez, 30 horas para enamorarme. Así lo pude observar, lo pude contemplar y lo pude sentir. Abriendo los ojos sobre su persona y sobre su Ser. Enamorándome de su mirada, de su belleza, de su clase.

Paseando por Lavapies tuvimos una conversación que me llevó a volver a conectar con la grandeza de Castilla, lo que corresponde a algo muy sagrado para mi. Estuvimos indagando por el pasado citando a personajes que marcaron mi Alma.

Y me enamoré.

Y al finalizar este recorrido ambos elegimos asentar nuestro amor en el altar de una relación trascendental basada en la disciplina.

Esto es lo más grande que he vivido nunca, y creo que lo más grande que se puede vivir.

Tener frente a ti al Ser del cual te has enamorado, que ya sientes hasta en tus entrañas, el Ser que deseas abrazar y cubrir con un manto de ternura y oír este trueno, en lo alto de la montaña, un trueno tan potente que parte hasta las nubes y resuena en los valles: DE RODILLAS ANTE MI !!!

Dios...

Con anterioridad y en lo que a mi se refiere con un nivel de gozo desconocido lo había contemplado vestirse con nuestra camisa, había sentido la emoción de llevar de nuevo mi collar y sobre todo había sentido la fuerza de la cadena con la que tiraba de mi. Momentos inolvidables.

Pero fué arrodillándome cuando sentí todo el flujo de mi amor circular por mis entrañas ,y, bajo el efecto de una alquimia indescriptible, transmutarse en adoración.

La adoración no es el amor. Un sumiso no está enamorado, vive la adoración. Y la diferencia está en el ojo de Dios. Bendito el que la siente, y no la puede explicar.

Esta nueva realidad, Dominus Jaime quiso bautizarla.

Primero en la sumisión. De rodillas, y luego a 4 patas, adoré sus botas lamiéndolas. Para mi fué
indescriptible, porque siempre había soñado hacer esto inmerso en el verdadero sentimiento de adoración. Sí, ya, se llama adoración de pies, de botas, de no se que, y se habla de adorar al Amo...pero Dios santo que tiene que ver ésto  con que hacerlo con tu ser a punto de romperse bajo este rayo de energía que lo transfigura todo ?

Segundo bautizo: Iniciando el sendero en la ladera de la montaña, hacia lo alto, y sintiendo la magia de lo que algún día será nuestra fusión.

Fui conducido los ojos vendados hasta el jaccuzzi y entré en el agua.

Sentí mi alma abrirse y me abandoné como nunca lo había hecho en mi vida. Mi Amo me guiaba con una dulzura indescriptible. Los dos sabíamos que algo muy especial estaba pasando.

Y de repente sentí lo que todos los corazones sumisos buscan, este instante mágico en el cual el Amo lo llena todo. Cuando solo está El y no hay más espacio. Y se lo dije: Amo, por fin, ya está !

Entonces fué cuando Dominus Jaime empujó mi cabeza bajo el agua, boca cerrada, y cubriendo mi nariz con su boca tal una máscara, me dió de respirar. Lentamente, muy lentamente...

El aire entró y subió hasta mi cerebro, mi cerebro dañado por la enfermedad. Sentí algo que no tiene ni nombre, volví al alfa y al omega, y mi vida se reseteó.

Verde que te quiero verde, el caballo en la montaña...

Este ritual siguió el día siguiente de una forma inesperada para los dos....en el momento de salir a la calle, de repente mi Amo me retuvo y siguiendo su intuición me hizo vivir como un rebirthing, haciéndome respirar como un bebé, y volver al organismo mas simple para desde allí volver a crecer totalmente unido a él. Fusionando...

Y esto es y será siempre la esencia chamánica de nuestra relación, buscando la fusión, día a día, gota a gota.

No puedo añadir ni una sola palabra.

Y así ES.

Gahn.

6 comentarios:

  1. Hay que ver lo que te curras las sesiones siempre, aún cuando dices que son improvisadas se nota que eres muy creativo y quiere que tus sumisos no te olviden nunca.

    Abrazotes.

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    1. Gracias Chris, si claro preparo con antelación pero siempre modifico según me va diciendo mi corazón y mi mente. Abrazote

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  2. Desde luego Gahn, tienes la habilidad de transmitir la magia de los encuentros, cosa poco frecuente. ;-)

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    1. Si desde luego y ademas lo hace de una forma muy diferente.

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  3. Hay una frase que me ha sobrecogido porque surge de lo más hondo de quien la dice: "La adoración no es el amor. Un sumiso no está enamorado, vive la adoración."
    LO de sumergir la cabeza en el agua está tan cargada de simbolismo, morbo y sensualidad que me ha dejado flasheado.

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    1. Pues te recomiendo hacerlo si algún día tienes un Alfa, con una relación de conexión. Es una sensación muy especial para los dos... no es una simple práctica de asfixia.

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