jueves, 18 de agosto de 2016

Posturas del gato y vaca en yoga y su relación con la sumisión


Es curioso pero a veces uno encuentra o intercambia información donde menos se la espera. El otro día estábamos haciendo un trío vainilla con "follamigo" que es profesor de yoga. Es un tipo muy interesante sin duda, y desde luego dió de si para estar bebiendo algo, conversando, entre "arrebato carnal" y "arrebato carnal". Para el eso es básico, porque con la energía sexual enriquece su cuerpo y con la conversación enriquece su mente. Una de las cosas de las que hablamos fue de BDSM. Y me comparaba las posturas de la vaca y del gato en yoga con las actitudes de los pasivos. Luego yo lo aplique a los pasivos, añadiendo algo de etología. Y discutiendo sobre diversos enfoques e ideas que tenía cada uno. Y mi chico... bueno digamos que mi chico nos hizo las demostraciones prácticas. 


Posturas o asanas del gato y la vaca

En yoga las posturas se las llama asanas. Son diversas posturas enfocadas a mantener la salud, para que así el cuerpo se vea libre de enfermedades y poder meditar mejor. El Hata-yoga define los asanas que hay que realizar dependiendo de lo que se quiera conseguir. En origen no eran solo ejercicios posturales, sino que son posturas en los cuales el prana (energía) circula por el cuerpo de una determinada forma. Según esto las diversas posturas no solo tienen un enfoque físico, sino que conllevan una carga psíquica y energética. 

Estas dos asanas, la del gato y la vaca son complementarias. Son ejercicios de calentamiento. La postura del gato estira la cara posterior, y la de la vaca su cara anterior. Es uno de los ejercicios que se suele hacer cuando uno comienza en el yoga por su facilidad de realización.  Antes de comenzar las posturas hay que colocarse a cuatro patas en el suelo. Con las manos a la anchura de los hombros, y estos alineados con los codos. Rodillas a la anchura de las caderas. Hay que colocar la columna en una posición neutra, y mientras se respira y se siente como el corazón se relaja hacia el suelo. Con cada inspiración se deshace la postura, volviendo la espalda a esta posición neutra antes de pasar a la siguiente asana. 

Bitilasana o postura de la vaca
 Alagamos las los costados, el abdomen y la columna, levantamos
los hombros para llevarlos al centro de la espalda, y dirigimos el corazón hacia el suelo, se siente como el corazón se funde con el suelo y se mira hacia arriba extendiendo el cuello. Se lleva la cara interna de los muslos hacia atrás para crear mas curva en la zona lumbar, y se levantan los isquiones hacia el techo. Se realiza cada vez que se inhala. 



Marjaryasana o postura del gato
 Al exhalar, vamos arqueando la columna, dirigimos la frente
hacia el ombligo, y el ombligo hacia la frente. Nos movemos lentamente, sintiendo que se estira la parte posterior de la columna, y como la pelvis se mueve dirigiendo el coxis hacia adelante. Mantenemos unos segundos la postura, mientras retenemos con los pulmones vacíos. 


Análisis de las posturas

Los activos que me leéis habéis visto como muchos pasivos, cuando son penetrados a cuatro patas tienen principalmente estas dos posturas de vaca y gato. Generalmente la postura del gato la ponen los pasivos que no quieren ser follados, o los pasivos primerizos, es una especie de resistencia del cuerpo, principalmente por miedos infundados de que el ser pasivo eres inferior, o miedo a que duela, ansiedad por algún tipo. Esto hace que los músculos se contraigan, no solo los glúteos y los pubocoxigeos, sino también el músculo del esfínter anal. De esa forma no solamente es mas incómodo sino que duele mas al ser penetrado. A no ser que se tenga ya cierta experiencia, porque entonces es una postura que permite acceder al rabo del activo a zonas diferentes y hacer sentir al pasivo otras sensaciones que con la postura "de la vaca". 

Por otro lado, los pasivos deseosos, los pussyboy, entre otros se ponen a cuatro patas y abren el culo. Depende de la habilidad del pasivo, puede incluso dilatarse hasta abrirse el esfinter anal y dejar pasar el aire. Esto se consigue relajando las nalgas , abriendo el culo y exponiéndoselo al activo, confiando y deseando que entre dentro de ti. Aquí también están esos que se dicen "heteros" que luego se abren como... asanas de vacas. 

Esto lo podemos llevar igualmente del sexo vainilla al sexo bedesemero. Cuando un Amo ordena a su sumiso ponerse a cuatro patas, veremos que generalmente la postura que tomará es la del gato, con la espalda arqueada para arriba. Esto no es nada menos que una demostración de orgullo. Cuando el Amo empuja esta zona del sumiso hacia abajo, la actitud del sumiso cambia, hay algo que dentro del sumiso hace click, y depende de como sea algo se le remueve por dentro. Desde luego las primeras veces puede que tienda a tomar de nuevo la misma postura, ya es tarea del Amo tomar los correctivos suficientes para que el sumiso no lo haga y tome esta postura. 

Mentalmente y energéticamente tiene desde luego su influencia. En la postura de la vaca, levantamos los hombros, mentalmente los hombros son los que llevan la carga, con lo cual elevamos los hombros para ponerlos a disposición de la carga que sea. El corazón/plexo solar le dirigimos al suelo,  es decir nos unimos con el barro y con el fango, nos hacemos inferiores. En lugar de apretar los músculos para correr y huir, les abrirnos, relajamos, con lo que nos entregamos plácidamente a lo que suceda. En el yoga, inspiramos, es decir metemos aire de fuera, es decir, el Amo entra en nosotros, el mismo aire que le rodea entra, nos rodeamos del mismo aire que el respira y que ha pasado por sus pulmones. Es una postura que desde luego llama al cuerpo a la sumisión desde diversos ángulos. 

La postura del gato, es la de la resistencia. Arqueamos la columna, como un animal cuando se pone a la defensiva y eriza el pelo. Es una actitud que el cuerpo la ve como agresiva. El corazón lo elevamos, lo alejamos del fango y del suelo. La cadera la apretamos y la bajamos, es una postura de huida, muy similar a la que tienen los corredores de carreras antes de salir de su puesto. En esta postura se exhala el aire, queremos invadir el exterior con nuestro aire, expulsamos todo lo nuestro.  Mantenemos los pulmones vacíos para no dejar entrar nada. 

Paradógicamente las caras es lo que cambia, en la actitud sumisa de la vaca, la cabeza esta elevada, y en la de resistencia del gato esta gacha. Es el punto ying dentro del yang. Ese punto aunque sea mínimo que es necesario para mantener cierto equilibrio. Al hacer estas posturas también podemos practicar el ser sumisos. Al inspirar pensamos que es al Amo al que metemos dentro, y al expulsar echamos nuestro ego. Y ponemos la postura sumisa pensando en nuestro Amo, y ponemos la actitud de resistencia como aquello que queremos eliminar de nosotros. Es un ejercicio interesante para practicar la sumisión. 

Analisis de las posturas desde la etología

El comportamiento humano, y las posturas tiene que ver mucho con las posturas animales. Vamos a ver unos pequeños retazos de esto. La asana del gato podemos ver en los dos cuadros de imágenes como es muy similar a las posturas de ataque y ansiedad. Vemos como en los gatos, a mas levanta el culo es mas agresivo mientras que cuando lo baja es un acto de sumisión, pero la diferencia radica en que cuando esta agresivo, y por lo tanto en resistencia, levanta mas la columna vertebral, recordemos cualquier gato en una película de terror con el pelo erizado, y tensa los músculos de los glúteos. 


Esto lo podemos ver mucho mas fácil en los perros/lobos. La actitud de juego es la postura de la vaca, el perro tiene el culo levantado, los músculos relajados, la cola la tiene moviendo y alegre. Está entregado al juego del Amo. Incluso puede bajar la parte delantera haciendo realmente tocar su corazón con el suelo. "Ey estoy aquí para tí, ven a jugar conmigo". Muy similar es la actitud de sumiso, salvo que generalmente es tumbado boca arriba, lo que ya es una entrega total. Mientras que la asana del gato podemos ver algunos puntos reflejados en los perros cuando están asustados, ansiosos o con miedo. El culo le bajan, tensan los glúteos y cierran las piernas, a ser posible metiendo el rabo entre las piernas, para nosotros el rabo sería el coxis. Puede incluso que tengan ciertos temblores. Al tomar esta postura arquean la columna también para arriba, cuando tienen mucho miedo o quieren atacar incluso llegan a erizar los pelos. 

Y esto es lo que estuvimos hablando entre los tres. Lo cierto es que me encantó este enfoque multidisciplinar sobre un mismo tema. Lo cual enriquece desde luego la visión que se tenía de antemano. Espero que a vosotros también os sirva y os ayude para vuestra práctica bedesemera. 

4 comentarios:

  1. Pues sí, nunca lo había pensado (también es verdad que no tengo ni puta idea de yoga) pero sí que hay cosas que son extrapolables. Especialmente cuando el sumiso es novato ya que hay el dominante aparte de adoptar la posición de poder también debe saber ser un buen guía.

    Abrazotes.

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    1. Si claro eso solo son añadiduras, lo básico es lo que tu comentas de guiarle

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  2. Jejeje... espero que en mi próxima sesión de yoga después de las vacaciones no me dé por pensar en este articulo cuando realice las dos asanas, tanto por no ponerme cachondo, como por no desconcertrarme.
    Un articulo magistral :-)

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    1. Bueno si te desconcentras un poco me echas la culpa a mi ;-)

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