viernes, 25 de agosto de 2017

San Sebastián, icono bedesemero para nuestros antepasados

San Sebastíán es una de las imágenes mas bedesemeras por excelencia. Podemos encontrarle en muchísimas representaciones. Hace poco he podido disfrutar de una exposición, de la que os he hablado en un artículo, sobre las representaciones de San Sebastián a lo largo de la historia.  No voy a repetir datos, asique si queréis podéis ir al artículo y darle un vistazo.

¿Pero quién era San Sebastián? Fue una persona que nació en Narbona Francia en el año 256, aunque se educó en Milán. En aquella época el Imperio Romano dominaba casi toda Europa, y había una religión que hoy llamaríamos antisistema, el cristianismo. Los cristianos estaban perseguidos y eran condenados a muerte si no renunciaban a ser antisistemas y apoyaban al Imperio Romano. Nuestro Santo, servía al ejercito de este imperio, y no como soldado raso sino que llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Pero a la vez visitaba y ayudaba  en las cárceles a otros compañeros que tenían el mismo “credo antisistema”.  También tendría reuniones clandestinas en la catacumbas, donde los rebeldes proclamaban la fraternidad como único vínculo por encima del del Imperio, lo que hoy llamamos Misas. Le descubren realizando estas actividades y esto llega a oídos del emperador Maximino. El cual le llama personalmente para darle la oportunidad de que se arrepienta y abrace al imperio. Como este se resiste, lo llevan al estadio, donde delante de todos los romanos, para dar ejemplo de lo que se hace con los rebeldes, le martirizan. Le desnudan, le quitan la túnica, y le atan a un poste, tiene delante de el a varios soldados apuntándole con las flechas, entoncnes el emperador le pregunta en alto, y el se declara rebelde. En ese momento aquellas flechas atraviesan diversas partes de su cuerpo, piernas, brazos, costados. Esta es la imagen mas popular que tenemos del santo.

Todos le creyeron muerto, asique le sacaron del estadio y otros cristianos (que veneraban a los rebeldes que habían muerto) le fueron enterrar. Pero Irene, se dio cuenta de que respiraba. Imaginaos a Irene, una joven, teniendo en sus manos a un fornido soldado desfallecido, y con las marcas de las cuerdas en sus manos y pies. Se lo lleva a casa, cura sus heridas, hasta que queda sano. Irene quiere escaparse con el fuera de Roma, para que no se enterasen de que no había muerto. Pero San Sebastián, quiso ir a presentarse delante del Emperador, el cual al principio creía que era un fantasma. Después le reprochó que persiguiese a los cristianos, y se proclamó rebelde (cristiano). El emperador entonces mandó que lo azotasen hasta morir. Algunos de estos soldados serían compañeros suyos de milicia, pero tenían que seguir la orden del emperador.  Le volvieron atar, y a desnudar, y con flagelos de cuerda y de cadenas, iban azotando su cuerpo. Una vez que lo creían muerto, desangrado y con heridas y marcas en todas las partes de su cuerpo, los soldados tiraron su cuerpo a un lodazal. Comprobando que se había ahogado, por si después de aquellos azotes todavía seguía vivo. Los cristianos de nuevo lo recogieron y lo enterraron en las catacumbas que ahora llevan su nombre de San Sebastián. Aquellas mismas catacumbas donde él había participado en las reuniones clandestinas con sus hermanos.



¿Interesante historia verdad? Por eso la he querido compartir con vosotros. Generalmente lo que el pueblo llano sabía sobre San Sebastián es que había muerto a flechazos por ser cristiano. Pero te imaginas lo que puede pensar aquel chaval o chavala, que dentro de el late el BDSM. Alguien, un desconocido, en cualquier parte del mundo y de la historia. Ve esa imagen y en ella siente lo que desea ser y estar. Atado, y a merced de unos soldados que le sometan. Donde el puede “salvarse” si dice “la palabra de seguridad”, pero que decide no hacerlo y entregarse. Aquellas flechas y señales en la piel, se convierten en azotes bien sea con martinete (floguer) o con sus fuertes manos. Son las imágenes de Tom of Finlad. O aquel Amo/a, que ve la imagen y sabe que así es como le gustaría tener a su sumiso/a. Maniatado y a su merced.

No había pornografía, las únicas imágenes sexuales que podía ver era la de los animales en las calles, o algunas personas que haya podido ver por la esquina de una puerta. Y se encuentra con la imagen de este santo desnudo, maniatado y con cara de placer. ¿Qué creéis que podía pensar ese chaval?. Tristemente el estaba condenado, como San Sebastián, a guardarse esos deseos e instintos, o a desarrollarlos entre sus sábanas. Ante el miedo, de decirlos, y que fuese la burla de sus compañeros, en el mejor de los casos, y en el peor ser apaleado o llevado a un sanatorio. Incluso por el mero echo de desear a otro hombre, ya no digamos por sus tendencias bedesemeras.

Esto que también como la historia del santo parece parte de una película, no lo es. Hay varias personas mayores, con las que he tenido la suerte de hablar. Que veían de esta forma la imagen de este Santo, e incluso otras imágenes religiosas relacionadas con martirios. Son casos reales, personas que hoy tienen 90 y 80 años, y que tenían el amanecer de su sexualidad en los años 30. Donde el hambre y la pobreza caminaba por las calles, posteriormente lo harían las balas en una cruel guerra civil, y después 40 años, donde él era un “peligro social”, un apestado. ¿Y sabéis de que es paradógicamente patrono San Sebastián, es abogado contra la peste?.  La imagen de San Sebastían, aportaba un rayo de luz dentro de aquella vida gris.

Podían haber leído a Sade, pero era un “libro prohibido” en las bibliotecas, tal y como otros libros que pudiesen hacer apología o siquiera tratar bien el tema del sadomasoquismo, como se llamaba antes al BDSM. Muy pocos afortunados tenían acceso a estos libros, donde había también excelentes grabados. Y menos aún los que podían hacer realidad estas fantasías, quizás lo podamos contar con los dedos de las manos. Estaban metidos en catacumbas, realizando  reuniones clandestinas, como San Sebastián. Y al fondo, cual apestados, y de forma solitaria, estaban aquellos que no podían acceder a estas reuniones, y cuyo único nexo con el BDSM era su imaginación. Habría que esperar muchos años, para que algunos de ellos viesen los años 80, y poco a poco viesen que aquello era normal, que no se sintiesen raros.  Y por fin practicar aquello que había sido su fantasía durante décadas.

Pero para algunos ya era demasiado tarde,   habían muerto hace siglos. Y su única imagen que les trasladaba a ese mundo, era la imagen de San Sebastián, de aquella estampita que había cogido de aquel pueblecito, o de aquella imagen de su iglesia. La cual miraba con ojos absortos, las beatas y el cura, pensaban que él estaba rezando. Pero estaba recreándose en el santo y esperando a que el rayo de luz que entra por la ventana, iluminase al santo. De esta forma parecía que el santo, ¡estaba vivo!, que recibía algo de calor. Y podía fusionarse con Sebastián, porque tenia otra cosa en común, su piel estaba caliente. Pero su rayo de luz, aquel Amo que le sometiese, tenia que quedarse en sus sueños, porque todavía no había llegado. Y así él se levantaba, y se iba a casa, con esto en la mente. Jugaba entre las sábanas, con esta idea, se auto azotaba, pensando en que el era Sebastíán, ¡que suerte tenia él! Que almenos tenia quien le azotase.

Esto es lo que significaba la imagen de San Sebastián para mucho de nuestros antepasados bedesemeros. Cuando lo más que se podían acercar a esa fantasía era con la imaginación, con ese rayo de sol, tocando los pies del santo, o arreglándolo con flores. Como digo, he tenido la suerte de hablar con personas muy mayores sobre el tema. Y según me comentaban esto, sus brazos les temblaban, seguramente de la emoción, o recordando algún hecho terrible para ellos, incluso alguna lágrima se escapaba entre sus ojos. Una lágrima que parecía que ayudaba a que ese rallo de Sol entrase.  

Aqui podéis leer un relato de una sesión que hice hace un tiempo, y que despues hemos seguido quedando, que se basa precisamente en esto. Su imaginación sadomasoquista quedó anclada con este santo, la entrega, el ser atado a un arbol, y utilizar elementos romanos. Se trata de recrear la fantasía que durante tanto tiempo ha tenido contenida. Y no es una recreación de que el sea San Sebastián, sino de esa actitud de entrega que transmite las imágenes de este santo. Puedes leerla aqui (CLICK AQUI)

Por eso yo, cuando veo una imagen de San Sebastián, me acuerdo de esos Sebastianes de carne y hueso con los que he hablado. Me viene a la mente todo su dolor, pero también aquellos momentos en que estaban en la capilla, y le miraban con una mezcla de devoción, deseo, lujuria y pasión. Sin duda es un símbolo de resistencia y de revolución.  Para mi San Sebastíán, es mucho mas…

2 comentarios:

  1. Un día tendría que hacer un post sobre Santa Eulalia y sus trece martirios, tantos como años tenía, ejemplo en femenino de obstinación y entrega a sus creencias que los martirios a los que fue sometida no consiguieron doblegar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un dia de estos me pondré con ello jeje, aunque no creo que sea el post que me pidas si elijes el premio no? jeje

      Eliminar

Gracias por tus comentarios. Son ladrillos que ayudan a construir el blog y me animan a seguir haciéndolo mas grande. Tus comentarios alimentan el blog.