Estuve más de un mes ideando y organizando esa noche, quería que fuese algo especial, que me uniese más a mi Amo, ser solo uno, viajar dentro de él, ver por sus ojos, respirar su mismo aire, amar a quien él ama. La ceremonia seria en un barco. Anclados, como me gustaría estar anclado a él, pero aún así, me parecía un lugar interesante para esa noche. Preparé un ikebana, arreglo floral japonés que representa el principio de tres. Consta de tres elementos principales, el universo o cielo (sin), que sería la parte alta, hombre (gyo), que sería el elemento que se encuentra en medio y tierra (tome), que sería el elemento donde todo se sujeta. Todo esto representa que lo que hay en el universo, sol, estrellas, luna, lluvia... dan energía y alimentan a la tierra y ésta la transmite a los seres vivos. Este arte representa la armonía del universo para descubrir nuestra situación en él. Yo escogí una hoja de palmera para representar el cielo, corteza de eucalipto para representar el suelo, un par de flores rojas y buganvillas para representar al hombre. La buganvilla tenía que estar presente en mi arreglo, esta "flor" siempre me recordará a mi Amo, cada vez que la vea me acordaré de él, gracias a una tarde maravillosa en nuestro encuentro anterior en la que me tapó con ellas la cara mientras orinaba sobre mí. Este arreglo es indispensable para realizar la ceremonia del té y yo sabía las ganas que él tenía de que yo le hiciese ese ritual. Al llegar al barco, dispusimos las cosas, puse algunas velas, encendí incienso, coloqué el ikebana sobre una pequeña mesita y llegó el momento de transformarme en geisha para mi Amo.
Lo hablamos antes, no quería que llevase ropa interior bajo el kimono, así lo hice, me puse un kimono negro de seda con motivos florales y gueishas, me puse los tabi (calcetín japones que separa el dedo gordo del pie del resto) y las getas (sandalias de madera). Me sonrojé cuando me dijo que estaba muy guapo. Me dijo que esperara un momento, entró al camarote y cerró la puerta, eterna se me hizo la espera y la incertidumbre se apoderó de mi. Cuando abrió la puerta me sorprendió vestido con una yukata (kimono/bata masculino) de color blanco, yo quería sorprenderle y me sorprendió él a mi, estaba guapisimo, me miró con esos ojos y empecé a temblar. Decidimos comenzar por la ceremonia del té, deseaba hacer realidad sus deseos. Él se sentó y yo me arodillé ante él. Comencé por limpiar el borde del cuenco donde prepararía el té con un trapo, ese es el comienzo de la ceremonia, quitar cualquier resto de polvo o suciedad que pudiese haber. Seguidamente vertí tres cucharaditas de té matcha, agua caliente y removí con un agitador para preparar el té. Cogí su mano y le ofrecí el cuenco. Él bebió mientras me miraba y decía cosas hermosas de mi, mientras se me escapaba una risa nerviosa, mi Amo me tocaba la cara mientras bebía, creo que le gustaba tenerme ahí, delante de él de rodillas mirándole a los ojos. Me ofreció a mí el cuenco para beber. En la ceremonia del té se beben dos tipos de té diferentes, para la segunda cata escogí un te rojo aderezado con confitura de manzana y canela. Limpié el cuenco de los restos del té anterior, limpié el borde y preparé el segundo té. Se lo ofrecí, bebió y volvió a entregarme el cuenco para que yo lo terminara.
Para mi el BDSM japonés, tal y como pretenciosamente lo llamo. Esta siendo todo un descubrimiento. Ambos vamos aprendiendo cosas de la cultura japonesa, que vamos poco a poco adaptándolas con elementos del BSDM. Con lo que queda una cosa casi exclusivamente nuestra. Es interesante porque los dos aprendemos cosas nuevas. Para mi el momento que relatamos aquí es casi como una ceremonia del collar. Es la adaptación de una ceremonia de maiko a Gueisha. Para mi gusto demasiado precipitada en el tiempo, porque el debería haber estado mas tiempo de maiko, asique fue el equivalente a un collar de entrenamiento. El que fuese en un barco me encantó, jamas había echo bdsm en uno (y espero volver a repetirlo con esta y otras prácticas). El mar mecía el barco de una manera suave, es como si el universo nos estubiese acunando. Un cielo estrellado perfecto, y una luna que nos iluminaba, junto con alguna farola del puerto. No se podía pedir mas.
El con el kimono, estaba terriblemente seductor. Poco a poco le voy enseñando el refinamiento y la lentitud de las gueishas. Ochan es muy nervioso, lo cual para otras cosas es sensacional. Ademas ¿que cachorrillo no lo es?. La ceremonia fue fascinante. La ceremonia del te fuimos preparándola conjuntamente mediante whasap. Yo quería algo elaborado pero sencillo. Y fue como salió... una vela, un incienso, y el estupendo ikebana que había preparado Ochan... y el ahí arrodillado con el kimono, mirándome como fiel cachorro. Me hubiese fundido con el universo en ese momento.
Era hora de cenar, hice un poco de sushi, yo no me defiendo muy bien con los palillos, pero mi Amo es todo un experto, me estuvo enseñando como cogerlos, nos dimos de comer mutuamente. Gracias Amo por tu paciencia a la hora de darte de comer, disculpa mi torpeza por tardar tanto en conseguir coger el sushi, se me escapaba continuamente. El me miraba amorosamente, la noche era ideal, buena conversación y la mejor compañía posible, él. Acompañamos la cena con sake. Como postre preparé algo nada japonés, una pequeña tarta red velvet, pero me pareció apropiado el color rojo de ésta, en la que escribí "koishiteru, Amo". Como imaginareis, koishiteru significa "te quiero" pero no un te quiero común, es un te quiero que se dice a la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida. Creo que esta palabra representa perfectamente lo que siento por mi Amo.
Me encanta que se le cayese el shusi!!, le hacia tan entrañable!, y a mi me daba otra oportunidad de seguirle enseñando cosas. El sushi lo había preparado para mi, requiere de una gran elaboración, y ademas lo hizo con ingredientes especiales que sabe que me gusta. No se si es amor o sumisión, o ambas cosas, pero desde luego ¡bienvenido sea!. Y todo ello regado, como no podría ser de otra manera con un sake. Como Amo me encanta dar de comer a mi sumiso, tanto si es con palillos como con cubiertos normales, aunque mi debilidad es que coman de mi mano. Me parece una entrega total.
Koishiteru Ochan. Lo cierto es que yo desconocía la palabra Koishiteru, si la de Ashiteru, la cual he usado durante mucho tiempo y aun sigo usándola con mi pareja. Ademas de darle un concepto japones, a las veces que trasmitimos nuestro afecto, creo que es una buena palabra que delimita lo que es y lo que no es. Cierto que a veces las palabras son solo eso, y los sentimientos van mucho mas alla, arastrándolas como un torrente. No creo en los "para siempre", pero lo cierto es que esta locura a la japonesa me encanta y me encanta Ochan. Y si me gustaría que durase tanto como ese mar que nos ofrecia sus olas para mecer el barco.
Tras la cena, volvió a sorprenderme, sin yo saber nada organizó una ceremonia que me transformaría en gueisha, en su geisha. Colocó sobre la pequeña mesa tres elementos, una vela, un poco de aceite y un cuchillo. Llenó un pequeño vaso de sake y bebió un sorbo, luego me lo ofreció a mí y di otro sorbo. Tomó mi mano derecha y la masajeó tiernamente. Vertió tres gotas de cera roja en la palma de mi mano, que iban en linea desde la Unión de la muñeca, hasta la unión de los dedos, sopló suavemente para endurecer la cera mientras decía " esta cera representa el poder de mi sangre que se unirá a la tuya, alimentándote, dándote la vida y haciendo latir tu corazón. Cada gota representa un kanji, uno será la J perteneciente a mi nombre, Jaime, otro será un guión y el tercero será tu nuevo nombre que será Ochan. A partir de hoy te llamaré Ochan, pudiendo también llamarte Jochan. Ochan significa "pequeño" y por siempre serás mi pequeño". Quitó la cera con el cuchillo.
Yo soy mucho de rituales y ceremoniales. Y en el BDSM los hay y muy variados. No podía dejar aquello así, tenia que elaborar un ritual para formalizar ese paso a ser mi gueisha. Todo lo que pude encontrar era que se hacia intercambiando varios sorbos de sake. Asique el ritual debía de tener ese elemento. El ritual fue aconteciendo a la luz de la vela, con el sonido de las olas, haciendo que respirase lentamente, realizando el ritual con voz pausada, masculina, y el arrodillado a mis pies. Después del sorbito de sake le derramé cera en la mano, comentándole que todos tenemos lacres que nos cierran, y en ese momento yo quería abrirle, que todo el pasado fuese eso pasado. Por eso una vez abierto, volví a lacrarlo, pero ya con mi esencia dentro de él.
Bebimos otro sorbo de sake. Cogió una gota de aceite y la puso en su dedo índice, colocandolo en mi entrecejo, mientras decía "con este aceite quiero abrir un tercer ojo para que veas más allá de lo que todos pueden ver, quiero ser tu mentor, que caminemos juntos por la vida, en las risas y en los llantos, aprender juntos". Con su dedo cerró mis ojos y los acarició, mientras decía " quiero que estos preciosos ojos azules solo vean a través de mi, que solo tengas ojos para mi" sus dedos se posaron en mis labios, acariciándolos, mientras decía " quiero ser merecedor de cada koishiteru que salga de tus labios, los cuales, cada vez que los dices me llenan de orgullo, quiero que todo lo que salga de estos labios sea sinceridad" me besó.
Que hermoso el poder del aceite en los rituales. Aceite con el que se ungen los reyes y profetas. Y yo quería ungirle como mi gueisha. El sumiso dispuesto a obedecer a su Rey y Señor, por medio del refinamiento y cuidado de una gueisha. Fue un momento único.
Bebió un trago largo de sake, esta vez no me ofreció el vaso para beber, me dió de beber de su boca, el del sake mezclado con el suyo era increíble. Hubo un beso largo y profundo. Luego volvió a verter tres gotas de cera sobre mi palma, las cuales juntó con sus dedos pulgares haciendo una sola linea de cera mientras decía " así como se juntan estos kanjis, se unirán nuestros lazos, quedando ligados tu y yo ligados para siempre. Me miró a los ojos y volvió a besarme. Estaba tan sorprendido y emocionado.... sin saberlo mi Amo había organizado la ceremonia san san kudo, para festejar mi nacimiento como su geisha. Le di las gracias por todo lo que había hecho por mi. Me miró con cara pícara y me pregunto que ahora que soy geisha a quién ofreceríamos mi mizuage(desvirgue de una geisha) mientras tenía una sonrisa burlona,a lo que respondí mirando fijamente a sus ojos y le dije "a ti, por supuesto, Amo". Me tomó en sus brazos y me llevó al camarote, me tumbó en el colchón, se desnudó mientras yo lo observaba, me encanta mirar sus cuerpo. Luego abrió mi kimono y comenzó a acariciarme, recorriendo todo mi cuerpo durante un buen rato, haciéndome cerrar los ojos de vez en cuando por el placer que me daba. Me ordenó darme media vuelta ofreciéndole toda mi parte posterior. Levantó el kimono hasta los hombros, jugó en mi espalda, trasero y piernas primero con una pluma, haciéndome cosquillas, una sensación muy agradable. Luego jugó con un cuchillo, pasándome la punta por la espalda y trasero, me decía que me estaba dejando marcas, que más da, soy suyo, si a él le gusta hacerme eso, yo también lo disfruto. Volvió a ordenarme darme media vuelta, dejando a su servicio mi sexo, me puso muy cachondo la cara de sádico que tenia con el cuchillo en la mano mientras me miraba, notaba como su mirada recorría mi cuerpo semidesnudo, sus ojos se posaron en mis partes y hacia allí dirigió el cuchillo. Pasándolo por mis testículos y mi rabo duro. Era una sensación extraña que no conocía, nada desagradable y muy morbosa. Me miraba a los ojos y yo me derretía.
Me encantó, fue una ceremonia hermosa... pero no quería que se quedase ahí. Quería sellarlo con algo mas, su primer servicio como gueisha. Por otro lado quería jugar con él, porque se que le horrorizaría que ofreciese su culo a otro que no fuese yo, y el pedirle eso y ver su cara de miedo/vergüenza, me fascina. Asique lo llevé al camarote. Me parecía un sitio super excitante y muy viril. Rodeados de aparejos de pesca, cañas, y con un toque japones que le habíamos dado. Ya solo quedaba dejar posar mis garras de águila sobre él y eso es lo que hice, mostrar a mi “presa” que era mía.
Sacó una cuerda de terciopelo negra y me ató las piernas a la escotilla del camarote, dejando mi trasero algo levantado e invitándole a entrar en mí. Puso un poco de aceite en mi agujero y otro poco en su rabo y lo fue introduciendo con sumo cuidado en mí, una vez dentro del todo, echó su peso sobre mi y me besó apasionadamente mientras comenzaron sus envestidas, con cada envestida pretendía entrar un poco mas adentro de mí. Es curioso, pero a pesar de que me ha follado muchas veces ya... me sentía realmente virgen, no recuerdo más allá de él, el ha sido el primero y el único. Me soltó las piernas, dándome besos en los tobillos. Me hizo tumbarme bocabajo y volvió a entrar en mí, esta vez de forma brusca, arrancándome un grito, volvió a echar su peso sobre mi, me mordió la oreja haciéndome estremecer, me besó el cuello, todo esto sin dejar de balancearse sobre mi. Me preguntó al oído "¿De quién eres?", "tuyo Amo". "Eres solo mio, Ochan, nunca lo olvides" "lo tengo presente cada día en mi vida Amo, no se me ocurre nadie mejor que tu a quien pertenecerle".
Sus embestidas fueron aumentando la velocidad, llegando a ser frenéticas, notaba su respiración en mi nunca, como se iba acelerando, me mordió muy fuerte un lado de la espalda, mientras seguía embistiendo. Luego me mordió aún más fuerte en el otro lado. Notaba como su excitación crecía. De pronto dejó de morderme y acercó sus labios a mi oído, no para decir nada, sino para dejarme escuchar el momento en que se derramaba dentro de mí. Sólo de oírlo terminé corriéndime. Su cuerpo en tensión pasó de estar totalmente tensionado a estar completamente relajado sobre mi. Aún seguía dentro de mi. Sus brazos alrededor de mi cuello y mis manos acariciando sus brazos. Ha sido increíble Ochan, me dijo al oído. Desde luego, lo fué. Gracias por esa noche y esos momentos tan mágicos. KOISHITERU, AMO.
Aquí creo que poco mas hay que decir. Os podéis hacer cargo de la escena y de la sensación de ambos. Aun así las palabras se quedan cortas. Quería marcarle con mi esencia, sentirle, que me sintiera, embestir, hacerle mio físicamente y que notase mi fuerza. El barco se movía, wau!. Y todo con una química impresionante, sabiendo el lugar de cada uno. Me fascinó, asique no pude menos, que después acariciarlo, brindar con un ultimo sake, y apagar la vela, para dejar encendidas las nuestras. Gracias a ti Ochan por ponerte en mis manos, y profundizar en estas cosas que para mi son nuevas, pero las cuales las llenamos de sentido. Gracias mi Gueisha Ochan. Koisiteru, Ochan.
Solo de recordarlo, se me pone la piel de gallina... y otras partes de mi cuerpo se levantan. Te pertenezco, Amo.
ResponderEliminarPara mi también fue un momento único. Gracias por esa entrega Ochan. Koishiteru
EliminarQué romántico todo, ni siquiera os faltaba el sushi, lo que más me ha gustado de la velada es todo el simbolismo que le habéis dado.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado Chris!. Si la verdad es que tenia muchos detalles, y alguno mas que nos hemos reservado.
EliminarUna encantadora, mágica, exótica y sensual velada.
ResponderEliminarMe encanta que la visión de ambos esten entrelazadas.
Es casual que el nombre de Ochan sea el revés de Nacho?
Si desde luego que si, ademas muy exótico para tratarse de BDSM.
Eliminar¿Te gusta mas así entrelazadas o dos versiones por separado?
Buscaba un nombre para el en japones... y resulta que Ochan significa pequeña O, asique por lo que significa escogí ese nombre.
Me gusta más así, versiones entrelazadas.
EliminarY lo ideal, que cada uno escribiera su versión sin tener conocimiento de la otra, y luego intentar encajarlas.
Se vería más el contraste de lo que cada momento ha significado para cada uno, aunque reconozco que puede resultar un poco más complicado.
Supongo que si, ese contraste esta por separado. De echo muchas de las veces yo escribía la mía antes de que lleguen las suyas (para no olvidar detalles)
EliminarAunque quizá no tenga mucho que ver con lo que exponéis, creo que tiene cierta relación. El otro día un amigo me ofreció darme un "masaje japonés" utilizando entre otras cosas aceite y sake, nada de sexo, pero sí mucho erotismo con bastante ritual y todo muy ceremonioso y centrado en las energías, la suavidad y la reciprocidad. Salí en un estado de relajación y paz conmigo mismo bastante alto!
ResponderEliminarBueno si y no. De echo, es curioso, pero estamos buscando algo similar, como forma de satisfacer la gueisha.
EliminarEstá todo tan bien descrito y con tanta emoción que poco más puedo decir. Sentirlo todo: el sabor del té, las olas, el roce del kimono, la cera caliente, el filo del cuchillo.. y más vale que no siga con todo lo demás no vaya a emocionarme más de la cuenta jajjajja
ResponderEliminarHabéis iniciado un camino que sin duda va a ser apasionante cargado de simbolismos y sensaciones. Gracias a los dos por hacernos cómplices al compartirlo.
Me alegro que se pueda sentir eso. Ese es mi deseo, poder trasmitíroslo. Un abrazote
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