Relato de sesión con Gus, spank, humbler y castidad

Llegué a su blog a través de otro blog de bdsm, y desde el principio me llamó la atención:  blog muy trabajado, respuestas a la mayoría de los comentarios y sobre todo la forma en que explicaba como entendía el bdsm. El dinero me echaba hacia atrás, pero al explicarlo como si fuera un tributo, le quitaba muchos de las connotaciones negativas que tiene el pagar por sexo.

Después de leer su blog durante un par de meses, me decidí a escribirle; primero por mail que es menos personal, pero rápidamente pasamos a Wassup, y en un par de mensajes quedamos para una sesión. A mí me pone sobre todo el bondage, el control, el spank, la sumisión al Amo. También soy muy abierto a probar cosas nuevas, por lo que aunque ya tenía experiencia, estaba seguro que me podía enseñar mucho. Posteriores mensajes para concretar la sesión me fueron dando la confianza que se necesita para ponerme en manos de un Amo. No pregunté mucho en qué consistiría la sesión, ni como era él (aunque en alguna foto aparece algo), me gusta el morbo de lo desconocido.

Llegó el día, y cómo no podía ser de otra forma, estaba supernervioso: ¿le gustaré? ¿qué me hará? ¿estaré a su nivel? Supongo que las misma preguntas que nos hacemos cada uno de nosotros en una situación como ésta. Llamé a la puerta, tras unos segundos, que me parecieron horas, me abrió y por fin pude verle, todo vestido de cuero. Me impresionó, la verdad, estaba increíble, la gente de cuero me impone mucho, y encima estaba muy bueno.

Entré y ahí me quedé yo,  parado, sin moverme, expectante, esperando instrucciones. Me empezó a desnudar, lentamente, es superexcitante, que te quiten la ropa, me ordenó que cuando terminara de quitarla, la recogiera y la colgara en la percha, así lo hice por supuesto. Me preguntó que si me gustaba el sexo guarro, nunca había entendido muy bien qué significaba eso, y para enseñármelo, me hizo oler su sobaco. Tenía un olor fuerte, pero no desagradable, más tarde acabé apreciándolo.

Una vez desnudo delante de él, me cogió la polla, y me empezó a poner un cb, no la tengo grande (por no decir pequeña) y entro perfectamente, pero solo con el hecho de ser ‘castrado’ hizo que mi polla empezara a crece y a babear. Soy muy propenso a rezumar, pero esta vez no paraba de echar liquido.

Me ató los brazos en alto a una cadena que atravesaba la habitación. Siempre preocupándose de que estuviera bien, que no se me durmieran las manos.

En este momento ya era suyo, y tras vendarme los ojos empezó a usar distintos aparatos en mí: ruedas de pincho, una especie de vibrador. Recorría todas y cada una de las partes de mi cuerpo, yo no podía hacer otra cosas que estremecerme.

Posteriormente uso otro aparato que me pareció muy morboso. Su propio nombre lo describe: humbler  (no sé cómo se traduciría. humilde?, humillador?) Es un aparato alargado que se te cierra sobre los huevos y se coloca en la parte de atrás de las piernas, de forma que la posición que debes tener una vez puesto es a cuatro patas, sometido al Amo. También me colocó agarrado la collar una cuerda terminada en unas bolas de metal que se introducen en los agujeros de la nariz: A cuatro patas, collar, y con la cabeza forzada por esa cuerda, estaba totalmente sumiso, mientras mi polla seguía rezumando. Al rato me encontré atado en el suelo boca arriba, seguía vendado, y no pude ver lo que me esperaba. Note que jugaba con mi polla, y empecé a notar una sensación muy extraña, no sabía lo que era. No me era especialmente placentero, hasta que al final me mostró que estaba siendo sondado!!! Es una practica que me había prometido no hacer nunca, pero la verdad que confiaba en él, y que sabía lo que hacía. Seguimos probando un poco, pero no conseguí encontrar el punto.

Pronto vino la sesión de spank. Esta práctica me causa sentimientos contradictorios. No me atrae especialmente, y parece ser que depende de la persona que me lo haga, y no solo por su destreza, sino por mi sentimiento hacia él. Y Amo  Jaime lo hace especialmente bien, me sentía excitado con cada golpe, incluso le pedí más, me puso apoyado en una camilla que tenia, y tras el spank se echó sobre mí. En esa posición estaba deseando que me follara, pero a mi pesar, tengo el culo estrecho, y ya habíamos hablado de no hacerlo. Pero en ese momento estaba deseando entregarle mi culo totalmente. Quizás en otra ocasión.

La sesión evoluciono a manoseos, besos, algo más íntimo. Y la verdad que fue espectacular, sentirme en sus manos, pudiendo tocar cada parte de su cuerpo, poderme entregarme a él de esa forma. Fue increíble.

Estuvimos luego hablando largo tiempo. Sentía que era capaz de adivinar todo sobre mí, a pesar del poco tiempo que habíamos pasado. Sólo falló en mi profesión, que pensó que era militar. Es un amo que te transmite tranquilidad, superioridad, saber hacer. Tras la sesión, pensé que no me había entregado lo suficiente, comparado con otros relatos que leo por aquí, quizás no soy 100% sumiso, no lo sé. Estuve pensando en él toda la semana siguiente, no se me quitaba de la cabeza. Quizás otro día podamos quedar.