martes, 2 de marzo de 2021

El dolor, entre lo erótico, la transformación y el placer


Como algunos sabéis ya, especialmente los que me seguís en Instagram, estos días ha sido mi cumpleaños. Una de las cosas que me han regalado, es un hermoso látigo. Un látigo trenzado, realizado por un artesano al que además aprecio mucho. Gracias X por este regalo. Estaba tan emocionado, que le envié una foto a un sumiso, y me dijo “uy, yo dolor no”. Asique pensé que un artículo interesante para escribir podría ser esa mezcla de sensaciones que produce el dolor,  vehículo del erotismo, la transformación y el placer.

Los azotes, pueden despertar cierta curiosidad, incluso en los que no están metidos en el mundillo del BDSMk. Pero el dolor, eso a es otra cosa, y a veces es hasta difícil de explicar (y para otros aun mas difícil de entender) el por qué te gusta darlo o recibirlo. A muchos Amos y sumisos, lo desean, y les tranquiliza. Ya en su día escribí un artículo sobre las bases fisicoquímicas que se tienen en el dolor. Pero en resumen, se produce una liberación de endorfinas cuando el cuerpo recibe azotes. Es una forma de “subidón”  que puede ser incluso adictiva. 


Si se sabe hacer, es fácil llegar al subespace con el dolor. En alguno de mis workshops y talleres lo enseño. Es una especie de entrar en trance, y puede ser tanto topspace como subespace. Es una actitud de entrega, de desconexión. Ese dolor, también ayuda apagar la mente, para que sea libre de sentir y responder. Cuando uno recibe (o provoca) dolor, su mente se centra en la sensación. Da igual si habitualmente tienes mil cosas en la mente, el dolor te sitúa en el presente, en el sentir. Y esa sensación, sobre todo para las personas con mucho estrés, es liberadora. Y a la vez, las sensaciones eróticas son diferentes. Si habéis leído el artículo que dejé en el enlace de arriba, veréis que el dolor es una forma de “drogarse” pero de forma natural.
Dolor y placer van pues, unidos. Aunque el dolor tiene que ser administrado en unas dosis y unas circunstancias. No nos olvidemos tampoco de la seguridad. La forma en la que se percibe la sensación, también influye. Elementos como la intensidad de la sensación, la zona del cuerpo, el grado de excitación sexual, y el estado mental/emocional de ambos. Todo eso en su justa medida hace que se produzca la magia.

Los azotes, muchas veces nos llevan a la infancia. Aunque seas como yo, que no te han pegado nunca. La idea que tenemos, es el castigo de un niño que ha hecho algo mal. Pero ojo, el inconsciente también te lleva al momento de la infancia, seguramente uno de tus momentos con más felicidad y menos preocupaciones. Otra de las sensaciones es la de impotencia, la de no tener más remedio que ofrecer su espalda o trasero para ser azotados. Y eso es liberador. Durante los azotes, estas mostrando quien tiene el control, y que él acepta ese control. De hecho,  esto se intensifica, a más duro es el azote, más se sienten los roles. También hay una rama del spank que es la disciplina doméstica.

Los azotes también tienen una parte de redención. Se dan como castigo. Un castigo no es porque si, sino porque te preocupas de la otra persona, y quieres amoldarla a ti, enseñarla. Él sabe que cuando el castigo termine, todo habrá terminado, y que tendrá tu perdón. E intentará enmendarse para que no vuelva a suceder.

Un buen punto, es hacer que él de las gracias por cada azote. Eso le colocará en una posición aun más sumiso y entregado. Y es una forma también de evaluar cómo va, por el tono de su voz. Hay que evitar no hacer reacciones o palabras, que le lleven a su pensamiento crítico, ya que le sacarías de ese estado. Y no es lo que queremos.  De ahí ya podemos entrar en el subespace, una especie de hipnosis, y ayudar al sumiso (no lo recomiendo si no eres terapeuta o tienes esa experiencia) a superar diversos traumas, o a programarle, o  simplemente disfrutar de ese estado. Es este punto del dolor, el que nos puede ayudar en la transformación.

Para ir trabajando los límites del dolor, hay que tener una exploración mutua. Y mucha confianza en ti, y en tus conocimientos y experiencia. Y si no la tienes ve poco a poco, si la tienes ya sabes que hay que ir poco a poco jaja. Abusar de sus emociones hacia ti, sería una completa traición hacia su entrega y confianza en ti, y tendría consecuencias desastrosas para los dos. Hay que encontrar un equilibrio, entre lo que quieres, lo que él quiere y lo que él puede recibir. Y ahí es donde se encuentra una gran parte de la conexión emocioncial. Una buena paliza debe ser como un baile.

Y como tal baile, hay diferentes pasos y ritmos. Hay quien le gusta bailar a ritmo de paleta, de cane, o con la mano. No es lo mismo con una mano desnuda, que con un guante de rubber o de cuero. Y no es lo mismo un floguer que otro. El látigo, sin duda es el más peligroso, y sobre el que tienes que entrenar mejor cuando estés solo en casa. Una fusta, o una cane, sabes dónde está el principio y el fin, donde va a dar el golpe, y controlar tanto la intensidad como el lugar es más sencillo. El látigo, es un tercer elemento. Es un elemento muy sensual, no en vano es uno de los elementos que más pueden verse en escenas o imaginarios de BDSM. Incluso el erotismo de Indiana Jones en su día. Pero también es peligroso, hay que saber manejarlo. Con el látigo se puede acariciar a distancia, pero también con un mal golpe puedes lesionar o sacar un ojo. Asique ojo.

Hay que diferenciar completamente de lo que es el spank erótico y el spank de castigo. Suelen diferir tanto en intensidad, como en la motivación, y la forma de realizarlo. En los azotes eróticos hay que buscar el placer de ambos. Y por supuesto, la palabra de seguridad debe de estar siempre presente. Aunque hay recursos para ir explorando y sabiendo cómo va evolucionando tu sumiso en la sesión. Todo debe ser consensuado y nunca debe hacerle ningún daño a su cuerpo salvo unos moretones o rayas, que seguramente le recuerden a ti y las luzca con admiración. 


Si te han gustado la paleta, la mascara de cerdo, el rimchair, son de www.meo.de. Puedes acceder a ellos pulsando encima de los nombres.



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6 comentarios:

  1. Me ha encantado lo que has plasmado entre lo erótico y la transformación de el dolor y el placer. Es cierto que muchas personas sumisas huyen del dolor... Yo misma siendo spankee reconozco que el dolor no es algo que me agrade, jajaaa de hecho no es algo que busque perooo por supuesto soy consciente que forma parte de un todo. En los azotes va implícito el dolor, si son suaves o eróticos no tiene por qué. Pero sí, el spanking de castigo que de eso sé un rato el dolor forma parte.

    Por cierto, Muchas Felicidades con ligero retraso, no lo sabía... Espero que lo disfrutaras, seguro que sí. ;-)

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    1. Efectivamente, y en tu estupendo blog, das buena reseña de ello. Muchas gracias por las felicitaciones!.

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  2. Respuestas
    1. Y os lo agradezco mucho, y mas aún que escribais aqui.

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  3. Brillante articulo lleno de verdades como puños.
    Aprender a erotizar el dolor fue todo un descubrimiento en su día.
    Aunque evidentemtente cada uno tiene su límite de tolerancia, también resulta interesante explorar el intentar superarlos.
    Aunque entrar en subspace no es para mi un objetivo, pues no siempre se llega, la sensación que deja al salir realmente es de una profundisima sensación de relax y bienestar, físico y mental, que ya se quisiera obtener siempre después de una buena sesión de yoga.

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    1. Efectivamente, cada uno es un mundo. Y ese mundo esta bien.
      Me alegro que te haya gustado el articulo

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