Muchos cuando escuchamos Molino Rojo, nos imaginamos a señoritas francesas bailando el cancan y con un aroma de fondo de crep. Pero no, existió un Molino Rojo, en Madrid, con señoritas bailando revista y con un aroma de chocolate con churros. Era un local a imitación del de Paris, pero muy en la línea del Molino de Barcelona, Plata de Zaragoza, o el PayPay de Cadiz. Un teatro, donde se cuestionan las formas escénicas de la cultura oficial. E inlcuso uno de los primeros locales donde habia encuentros entre personas del mismo sexo, encuentros bizarros, y encuentros de lo que entonces se llamada sado, por aquel entonces no existia el "palabro" BDSM. En el Molino Rojo, se cruzaban los limites de la moralidad, con provocación, humor y lo grotesco. Un oasis de diversión y libertad.
Empezó siendo un local de revista, pero también cantaron grupos de rock. ¿Y a que se debía?. Quizas a que se adaptaba a los gustos del momento, pero quizás también, porque parte del publico, además de gente que deseaba ver las carnes de las vedettes y disfrutar de su arte, eran “invertidos” divertidos. Seguramente algunos de cuero (en la época tardia de los 70-80), seguramente algunos se perdían en los camerinos, o en los baños. Que había este tipo de ambiente, queda reflejado en la película La chica del Molino Rojo (1973), donde salía como en esa sala, se iba mas allá del baile.
Hay muy poca información sobre este Molino Rojo, incluso su derrumbe fue deprisa y corriendo. Como queriendo eliminar “eso” de Madrid. Fue considerada una de las salas de referencia en el Madrid canalla. Abre sus puertas el 2 de febrero de 1955, en la calle Tribulete, en los bajos del cine Lavapies. A muchos os sonara la fiesta “chocochurros”, que se celebra en una salas enormes en los bajos de lo que es el teatro Pavon. El Pavon era uno de los cines mas grandes, inaugurado por el rey Alfonso XIII y con capacidad para casi 2.000 personas. En el 53, el cine Pavon se convirtió en teatro. Algo similar debió pasar con los cines Lavapies. En aquella época había nada mas y nada menos que ocho cines en el barrio, quizás había demasiada competencia y había que innovar. Los 50 era una época donde empezaba la apertura de España, los pactos con Estados Unidos se firman en el 1953. España intenta parecer mas abierta y “moderna”. Por eso encajaba muy bien el que existiese un Molino Rojo. Como comentaba antes, era un espacio mas amplio del que podríamos esperar, en el escenario entraban mas de 24 vedettes y había música en directo a cargo de dos orquestas. La gente se disponía en mesas, donde se servían también comidas. Había dos pases uno de 19 a 22, y otro de 23 a 4. Era en este último donde había pases mas eroticofestivos, “porque de esta plaga no se libra nadie” según anunciaban y seguramente criticaban en la época. A una primera sección de variedades, le seguía un show arrevistado, al que la gente acudía sobre todo porque actuaban figuras de la época. Las orquestas también eran de cierto nivel, de hecho había “intercambios” de orquestas con el Moulin Rouge de Paris. Posteriormente al show, había un encuentro entre artistas y el público, este tiempo lo denominaban Foyer. Había cupletistas y bailarinas que obtenían mas beneficio haciendo consumir al cliente, que con lo convenido en su contrato por actuar. Curiosamente fue un sitio, cuyo único censor fue el espectador. No le toco la censura de la época de Franco.
Fue tal el éxito de la sala, que se hicieron obras y ampliación, leyendo la noticia del ABC del 2 de diciembre 1958 podemos imaginarnos la sala: “Mucho dinero y un derroche de buen gusto se han invertido en esta renovación. Un alto friso de azulejos con alegres siluetas de un nocturno de madrugada, abrazan motivos muy de Montmatre y de Lavapies al mismo tiempo. Luz azulesca de neón que imita las viejas luces de gas….motivos de rejería negra uniéndose fantásticas flores de cristal policromo… suaves decorados con pinturas a lo Lautrec, rememorando escenas del Mouling Rouge”. Fue un lugar donde llegaron a estrenarse varias revistas, pasando por allí estrellas de la época como Celia Gámez, Lola Flores, Trini Alonso, “la Chunga”, Estrellita Castro, lo mas granado del artisteo nacional de la época, pero también incorporaciones francesas y del Caribe. Sin olvidarnos de los espectáculos travestis como los de Tino Bernal, e incluso de uno de los pioneros del transformismo Egmond de Bries. Retana, el periodista Antonio de Hoyos y Vicent, el dibujante Pepito Zamora y la bailarina Tórtola Valencia , todos ellos pululaban por el Molino Rojo. Para los que no los conozcáis eran personas que era vox populi que eran “invertidos”, gay y lesbianas. Muy cerca de aquí en el Teatro Pavón, fue donde a Miguel de Molina, le dieron una brutal paliza al gruto de “maricon y rojo”. Por lo que entiendo que el Molino Rojo, era un sitio mucho mas “seguro”. Para que os hagáis una idea de los asistentes, dependiendo del tipo de sesiones, podíamos encontrarnos castizos, salidos y modernos, intelectuales a la páge, gentes de farándula, trabajadores venidos de provincias, gente que estaba deseando disfrutar y descontectar, del arte y de la sensualidad.
Empezó siendo un local de revista, pero también cantaron grupos de rock. ¿Y a que se debía?. Quizas a que se adaptaba a los gustos del momento, pero quizás también, porque parte del publico, además de gente que deseaba ver las carnes de las vedettes y disfrutar de su arte, eran “invertidos” divertidos. Seguramente algunos de cuero (en la época tardia de los 70-80), seguramente algunos se perdían en los camerinos, o en los baños. Que había este tipo de ambiente, queda reflejado en la película La chica del Molino Rojo (1973), donde salía como en esa sala, se iba mas allá del baile.
Hay muy poca información sobre este Molino Rojo, incluso su derrumbe fue deprisa y corriendo. Como queriendo eliminar “eso” de Madrid. Fue considerada una de las salas de referencia en el Madrid canalla. Abre sus puertas el 2 de febrero de 1955, en la calle Tribulete, en los bajos del cine Lavapies. A muchos os sonara la fiesta “chocochurros”, que se celebra en una salas enormes en los bajos de lo que es el teatro Pavon. El Pavon era uno de los cines mas grandes, inaugurado por el rey Alfonso XIII y con capacidad para casi 2.000 personas. En el 53, el cine Pavon se convirtió en teatro. Algo similar debió pasar con los cines Lavapies. En aquella época había nada mas y nada menos que ocho cines en el barrio, quizás había demasiada competencia y había que innovar. Los 50 era una época donde empezaba la apertura de España, los pactos con Estados Unidos se firman en el 1953. España intenta parecer mas abierta y “moderna”. Por eso encajaba muy bien el que existiese un Molino Rojo. Como comentaba antes, era un espacio mas amplio del que podríamos esperar, en el escenario entraban mas de 24 vedettes y había música en directo a cargo de dos orquestas. La gente se disponía en mesas, donde se servían también comidas. Había dos pases uno de 19 a 22, y otro de 23 a 4. Era en este último donde había pases mas eroticofestivos, “porque de esta plaga no se libra nadie” según anunciaban y seguramente criticaban en la época. A una primera sección de variedades, le seguía un show arrevistado, al que la gente acudía sobre todo porque actuaban figuras de la época. Las orquestas también eran de cierto nivel, de hecho había “intercambios” de orquestas con el Moulin Rouge de Paris. Posteriormente al show, había un encuentro entre artistas y el público, este tiempo lo denominaban Foyer. Había cupletistas y bailarinas que obtenían mas beneficio haciendo consumir al cliente, que con lo convenido en su contrato por actuar. Curiosamente fue un sitio, cuyo único censor fue el espectador. No le toco la censura de la época de Franco.
Fue tal el éxito de la sala, que se hicieron obras y ampliación, leyendo la noticia del ABC del 2 de diciembre 1958 podemos imaginarnos la sala: “Mucho dinero y un derroche de buen gusto se han invertido en esta renovación. Un alto friso de azulejos con alegres siluetas de un nocturno de madrugada, abrazan motivos muy de Montmatre y de Lavapies al mismo tiempo. Luz azulesca de neón que imita las viejas luces de gas….motivos de rejería negra uniéndose fantásticas flores de cristal policromo… suaves decorados con pinturas a lo Lautrec, rememorando escenas del Mouling Rouge”. Fue un lugar donde llegaron a estrenarse varias revistas, pasando por allí estrellas de la época como Celia Gámez, Lola Flores, Trini Alonso, “la Chunga”, Estrellita Castro, lo mas granado del artisteo nacional de la época, pero también incorporaciones francesas y del Caribe. Sin olvidarnos de los espectáculos travestis como los de Tino Bernal, e incluso de uno de los pioneros del transformismo Egmond de Bries. Retana, el periodista Antonio de Hoyos y Vicent, el dibujante Pepito Zamora y la bailarina Tórtola Valencia , todos ellos pululaban por el Molino Rojo. Para los que no los conozcáis eran personas que era vox populi que eran “invertidos”, gay y lesbianas. Muy cerca de aquí en el Teatro Pavón, fue donde a Miguel de Molina, le dieron una brutal paliza al gruto de “maricon y rojo”. Por lo que entiendo que el Molino Rojo, era un sitio mucho mas “seguro”. Para que os hagáis una idea de los asistentes, dependiendo del tipo de sesiones, podíamos encontrarnos castizos, salidos y modernos, intelectuales a la páge, gentes de farándula, trabajadores venidos de provincias, gente que estaba deseando disfrutar y descontectar, del arte y de la sensualidad.
Y es por eso que lo traigo a este blog. No solo por ser un sitio "con encanto" de Madrid, sino porque sin duda fue uno de los primeros sitios donde se dio alas a los contactos entre personas LGTBI, pero tambien porque sin duda seria de los primeros sitios de encuentros BDSM. No solo por las relaciones de poder de las cabaretistas y los clientes y viceversa, sino por la aparición del cuero y rock, en un ambiente sexualmente libre. Seguro que habia fetichistas del cuero. Tan seguro, porque este articulo lo he escrito porque un conocido, ya mayor, me ha comentado en varias ocasiones las "lides" que tubo en el Molino Rojo. Según el un "oasis de libertad".
A pesar de todo, una de las últimas actuaciones fue en 1983 fue de la mano de Loles León. Cerró definitivamente en 1983, estando en perfecto estado. Hasta el punto que después fue teatro y el Centro Cultural Asociación de Actores. Pero “misteriosamente” 10 años después en 1993, se supone que estaba en ruinas y había que derribarlo. No se trataba de otra cosa que de motivos políticos. Una destrucción paulatina que termino con esos ocho cines, locales de flamenco y tabernas oscuras que poblaban lavapies. Actualmente, en lo que antes era el cine, hoy se levanta la sede de la UNED "Escuelas Pias". Curiosamente uno de los grados que se da es el de derecho, cuando a los que iban al Molino Rojo, eran los invertidos, los que iban “torcidos de moral”.
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