¿Quién no conoce el caso del cipote de Archidona? Para los que no lo sabéis se trata del caso de que una pareja de jóvenes fueron a un espectáculo de flamenco. Y en medio de él, ella saca el pene al hombre y empieza a masturbarle hasta que termina corriéndose. La cosa hubiese quedado ahí, si no fuese porque mojó a las personas que había alrededor. Con tal fortuna que fueron llevados por la policía y posteriormente juzgados. Aquello sucedía en la España de Franco, en su ocaso, en 1972.
Pero hay un echo, que no se narra en casi ningún lado. Por todos es conocido el tamaño y la fuerza de su corrida. Pero como se inició tal hazaña. Mi opinión, basándome en las palabras de Alfonso Canales, es que ella le obligó. Los espectáculos de flamenco son muy eróticos, la mezcla de danza y por las relaciones que hay entre la gente que “siente el cante”. No es raro, que en algunos casos la mujer sea quien lleva el mando. Andalucía en general, es disimuladamente matriarcal y en muchos casos nada disimuladamente.
Alfonso Canales, miembro de la Real Academia de la Lengua, en su carta del 1 de febrero de 1972, decía “El cateto debía ser consentidor, pues nada opuso a los vehementes deseos de su prójima. Dejola hacer complacido, sin previsión de las consecuencias que habría de tener su regalada conducta. Según parece, el manipulado, hombre robusto por demás, era tan virgen como López Rodó o, al menos, llevaba mucho tiempo domeñando sus instintos”.
Así pues nos comenta como el no puso freno a los deseos de ella. Me recuerda sin duda a la relación que tenía una dómina amiga mía B, con un sumiso de características similares llamado Z. El dominando sus instintos por orden de B, y siendo inocente y casi virgen. Llevando B a Z, comiendo de su mano a donde quería. Lo mismo pudo pasar en este caso.
Sin duda fue un echo, que desarrolló un cachondeo nacional, prueba de ello son estas dos cartas. El Dr J. de P. A., profesor adjunto de patología médica, a C. J. C., le escribía el 10 de abril de 1972: Hemos sostenido, en algunos trabajos realizados por un equipo rigurosamente científico, con el asesoramiento de diversas colaboradoras escandinavas, conocedoras de la cuestión a nivel internacional, que la potencia de la musculatura penal y vésico–excretora del varón español está muy por encima del resto de los varones, y se aproxima a la del toro. Formamos un apretado grupo de médicos, científicos e investigadores, a cual se ha unido un físico, especialista en las leyes de Poiseuille y Venturi y en la ecuación de la dinámica de líquidos de Reynolds, y ha prometido su colaboración el funcionario municipal encargado del uso y conservación de las mangueras de riego.
De ahí le pregunta a su colega médico sobre datos físicos del hecho. Y este le responde en una carta el 29 de abril de 1972 "a) De forma cilíndrica —o quizá levemente troncocónica— el cipote de Archidona da, en estado de lucimiento y descapullez, las siguientes medidas: diámetro de la base, 8,5 cm.; longitud, 42 cm.; diámetro de la cúspide, 7,6 cm. ¡Qué los clementes dioses lo bendigan! b) El mozo archidonero se corrió de cuchara, esto es, hacia atrás y por encima de la cabeza, como chutaba Zarra, y su engrudo vital, en el suceso que nos ocupa, describió una trayectoria parabólica de 5,40 m. de alcance. Como verá se trata de un problema de balística y opino que quizá fuera prudente que consultara usted a un artillero. c) Acostumbra a autocascársela tres veces al día —al despertarse, de postre del almuerzo y al acostarse para adecuarlos buenos sueños— salvo moza propicia a la que, claro es, no desaira. Su ritmo es rápido y breve y no suele pasar más allá de los primeros compases del pasodoble El gato montés. Se la zurra con la derecha porque, dada su edad y prepotencia, no precisa cambiar de mano"
Fue tal que Camilo Jose Cela escribió un libro titulado La insólita y gloriosa hazaña del Cipote de Archidona, y publicado en 1977. Mas tarde el 2 de marzo de 1979, el director Ramón Fernandez, convertiría este libro, en una película con el mismo título. Nada menos que de una duración de 1h y 20 min.
A modo de colonario, señalaré que el pertenecer a la zona de Antequera, es casi equivalente a tener una
buena herramienta y una buena resistencia a la hora de tener sexo. Hasta el punto de que cuando hacia trios con mi pareja, el cual es demostradamente falocentrico y “amigo de los rabos grandes”, y la persona en cuestión nos decía que era de Antequera, era como ver el sello de calidad. Tanto en longitud como en grosor como en resistencia.Y es que eso parece darlo la tierra, tal y como podemos ver en esta foto sacada en el Torcal. Con absolutamente todos los detalles, aunque claro está, echo por la madre naturaleza ¿o quizás fue una talla antigua?.
La cuestión del tamaño antequerano no es de los años 70 o de ahora, esto viene de muy lejos. En Antequera existen los celebres dólmenes, que pudieron no ser sino otra cosa que simbolos fálicos. En el cerro de Marimacho (curioso nombre no?) existíó una aldea a finales de la Edad de Cobre, Tambien nos encontramos en la zona del Torcal de Antequera, con la cueva del Toro ¿otra flecha a favor del vigor Antequerano?. Independientemente del nombre de la cueva, nos encontramos a la llamada “Venus del Torcal”, su singularidad para este caso, es el gran tamaño de su vagina. Quizás para recibir el también gran rabo de sus compañeros masculinos. Generalmente otras Venus de la época, símbolo de fertilidad, tenían unas caderas, pechos y torsos anchos. Pero aquí el elemento que mas llama la atención es su vagina. Otro dato es el nombre de Archidona, algunos investigadores piensan que puede venir de Arx Domina o Arcis Dómina, que significa señora de las alturas. Otro dato es que en esta zona existe una población llamada Villa Nueva del Trabuco, su nombre se ha registrado desde 1478, antes de que se inventase el trabuco como arma. Por si algunos tenéis la duda de que pueda referirse al trabuco de Arma. De esta zona también es el plato “porra caliente”, la porra en esta zona se conoce al salmorejo, esto es una especie de salmorejo pero con patatas y caliente. Salga el sol por Antequera, y pongase por donde quiera. Una frase del refranero español, que bien podría ser el hagamoslo, y luego ya veremos las consencuencias y los resultados, pero hagamoslo.
El fandango antequerano, es un baile típico de esta zona. El folcklore no deja de ser una forma de expresión de la zona donde se genera. Y en este se usa un almirez, que va marcando el compás del fandango, y se creó para el coqueteo de hombres y mujeres. Es un baile reposado y ceremonioso, pero con mucha fuerza. ¿Puede ser el almirez un símbolo fálico? Es curioso que el mazo del almirez sea el que marque el paso, fijaos en su forma ¿Pudo ser en un espectáculo de fandango antequerano donde sucedió el famoso caso del cipote de Archidona?
Curiosa historia que desconocía completamente, y que me cuesta creer que sucediera en público y en pleno franquismo.
ResponderEliminarLas dimensiones del trabuco también son un poco increíbles, 42 cm son muchos centimetros, pero bueno, jejeje