miércoles, 6 de diciembre de 2017

Segunda sesión con Jalef, experimentación de dogtraining


Cuando llegué, aún estaba con el chico que estaba antes que yo. Así que me puso un antifaz y me metió al baño mientras se despedía del otro. Me saca del baño y me indica la esquina donde suelo desnudarme para él. Antes de hacerlo, le entregó nuestra cena y le hago un regalo: un par se botes de alcohol isopropilico al 70% para hacer juegos con fuego (me llama la atención y leí en el blog que a él también)

//He de reconocer que me dio mucho morbo que se juntasen los dos. Nunca suele suceder porque siempre dejo espacio suficiente entre uno y otro. Por discrección y para que me de tiempo a recoger e higienizar las cosas. A uno lo puse contra la puerta con los ojos cerrados, y el otro iba con el antifaz. Y yo le iba guiando//

El se sienta en su silla y yo de rodillas en el suelo; y hablamos un rato... Me pregunta que tal el mes. Le hablo del miedo que tuve cuando un amigo se enteró de que me va el BDSM; y de un dominante con el que tenía buena pinta para quedar pero que resultó ser un pseudo (palabras dichas por Jaime y que yo pensaba), pues sin conocernos quería ponerme a dieta, que fuera al gym, que le fuera exclusivamente fiel, etc...

Luego, me pregunta que quiero hacer. Le digo que quiero que me azote, y miro la colección de látigos y fustas colgadas. Se queda sorprendido, no se esperaba que quisiera eso... Le comento que nunca lo he probado (salvo con la mano) y quiero aumentar mi umbral de dolor (además de entregárselo). Me ata las manos a la cadena del techo, dejando todo mi cuerpo a merced de sus látigos. Emplea unos 5, tres eran de tiras cortas, latigazos en la espalda. Pero los otros dos eran largos:  desde mi  lado izquierdo, el látigo me rodeaba toda la espalda y me daba hasta el.pecho. Fue aumentando de intensidad y me dijo que contara los azotes en alto y cerrará los ojos (ayuda bastante). Algunos azotes fueron verdaderamente fuertes, aunque siempre me resisto a decir ¨rojo¨, con los látigos no podía. También 3 de ellos me los gané,  porque hablando le mencioné que tengo complejo de gordito y entonces me pregunta si lo estoy,  y al decir que si... Zas.. Así tres veces hasta que ya le dije que no estaba mal.

Estuvimos casi una hora así, y entre que no había cenado (por deseo mío y orden suya) y la experiencia del dolor (que fue la primera vez que probé el dolor bdsm de verdad), le pedí un breve receso pues se me había dormido las manos y estaba un poco mareado. Me desató y nos volvimos a sentar. Mientras se me pasa, nos ponemos a hablar

//Mas que se mereció ese receso, despues de todo lo que había aguantado. Realmente me sorprendió. Si le veis es un tio con cara de ángel//

Me cuenta que el chico que estuvo antes que yo es activo dominante pero que le encanta que le azoten... Y la sesión con él fue de solo eso: de azotes. Y le propuso que, si yo también aceptaba, hacer sesión los tres. Le dije que no me importa pero que por favor me avise para prepararme. De todas formas el otro no vive en Madrid y no quería.

A raíz de que sabía que venía Uretragay por la quedada de sounding, le pregunté si conocía algún médico de confianza para saber si puedo hacerlo o no (dado que estoy operado de hipospadia). Me dijo que sólo conocida enfermeros pero que hablaría con una domina enfermera que trabaja en urologia. Que sea un límite mío, no significa que quiera probarlo ahora (más adelante quien sabe)  sino por  curiosidad morbosa y sanitaria.

//Realmente en la quedada lo consiguó. Si quereis leerlo LEER AQUI) //

Por último me dijo (idea que me puso burrisimo) que cuando tuviera pareja, si esta no le va el bdsm, le gustaría tener derecho de pernada conmigo-. También empezó a pensar en posibles sumisos suyos que son activos o swich con los que podríamos hacer sesión de tres

Cuando ya me recuperé y terminamos de hablar, me hizo ponerme a cuatro patas. Empezó a hacerme un masaje perianal… os podéis hacer idea de que estaba excitado porque me iba a follar... pero no: me metió un gancho de metal acabado en bola que colgaba de una cuerda elástica del techo. Se puso delante mía (por Gea que visión más gloriosa) y me ordenó comérsela mientras que él tiraba o daba golpes a la cuerda elástica. La bola de metal me comprimía por completo la próstata... Que sensación... Casi me corro ahí mismo (obviamente me lo prohibió). Estuve así un buen tiempo, trabajándole su polla: garganta profunda, chupar de diferentes maneras, comerle las bolas… también le comí el culo.

Luego cenamos. Fue a la cocina y rellenó un cuenco de perro con agua. Con una mirada estaba claro lo que quería y yo estaba sediento… A lengüetazos, me bebí medio cuenco de agua. Luego el se sentó en la silla, cogió un cacho del durum que traje de cena y me lo ofreció desde su mano. Comí de su mano medio kebab!. No me imaginé que me encantaría tanto comer de su mano, un gesto tanto de sumisión como de afecto que mis ojos deberían ser corazones cual emoticono de whatsapp. Le dejaba la mano bien limpia tras comerme cada cacho y lo intercalaba bebiendo de mi nuevo bebedero. Luego me puso la otra mitad del durum desmigada en un cuenco de perros y me dijo que comiera ahí mientras él comía el suyo y alternaba caricias con cachetadas y con besos. Sabía que me gustaba el dogtraining, pero con Jaime descubrí que me gusta y excita tanto como el bondage.

Luego estuvimos como media hora follando, de nuevo con el strap. Me gustó especialmente un momento que lo juntó con azotes con uno de los latigos cortos (de los que menos duelen). Porque usó una grasa vegetal muy usada en fist que le comente quería conocer. No me gusto mucho la grasa esa en sí, prefiero un lubricante de base externa acuosa.

Finalmente le dije que quería un poco de electro.  Y ahí puso cara de pícaro diablo que no presagia nada bueno: cogió un aparato nuevo que pegaba unos chispazos… Por Gea! Que dolor! incluso en las zonas donde menos duele. Al segundo chispazo en el mismo sitio ya estaba diciendo amarillo y al tercero rojo al cuadrado, por lo que solo cambiaba de sitio. ¨¡Pero si esto es lo que me has pedido!¨ me decía en tono burlon. Me estuvo torturando en varias partes de mi cuerpo, y mi cara tuvo que ser de autentico terror cuando me mira y dice ¨¿Sábes donde toca ahora, verdad?¨ Bajando el aparato a mi cola… Instintivamente lo escondía, pero su mirada me lo decía todo ¨muestralo, no lo escondas¨. Me hizo contar 3 hacia atrás... Al ppo, lo hacía después de que dijera 1... Pero luego o bien esperaba mucho tiempo tras el 1 o me lo daba en el 2 (cuando no estaba "preparado" para que me lo hiciese).

Aunque estaba muy excitado y tenía muchas ganas de correrme por el dolor de huevos, ayer no pude… Quizás fue por la experiencia tan intensa con electro, no lo sé… Espero poder seguir mejorando mis umbrales y descubriendo más cosas con Dominus Jaime.






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2 comentarios:

  1. Una sesión variada y bastante completita.
    Aunque un poco demasiado a medida, Quiero esto, quiero lo otro.
    Mmm... no sé, no sé ;-)

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    Respuestas
    1. Claro muchas de mis sesiones son a medida. Para que la gente experimente lo que ellos quieren

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