miércoles, 3 de agosto de 2016

Sesiones con Nacho en Málaga, playa, entrega de anillo, piss, bondage

Primer día que nos vimos

Esta vez comencé a sentirle cerca incluso antes de llegar, vía whatsapp comenzó a preguntarme que juguetes podía traer, que me apetecía hacer a mi y me confesó que tenía muchas ganas de verme. También me mandó un mensaje de voz donde podía oír su masculina y profunda voz dándome las gracias por mi entrega total hacia él. Pasada una hora me dijo que ya estaba en el bus camino de Málaga. Llegaría a las 3 de la madrugada. Aunque parezca increíble, desperté a las 6 a.m. y supe que ya estaba en mi misma ciudad, podía percibir su olor el cual me hacia desear salir corriendo en su busca como perra en celo. Quedamos para la noche, a la salida de mi trabajo, fui con el uniforme. Me abrió la puerta completamente desnudo, algo increíblemente sensual por su parte. Nos dimos un bonito y tierno beso y nos tumbamos uno junto al otro abrazándonos él desnudo y yo vestido. Hablamos un poco de lo que nos había ocurrido en este tiempo sin
vernos. Sólo de tenerlo entre mis brazos, desnudo me empalme con una dureza no muy común en mí. Al día siguiente tenia yo que madrugar mucho, por lo que me dijo que me debía ir. Yo no tenía ganas de irme ni él de dejarme marchar. Me ordenó comerle el rabo y luego comerle el culo. Me gustan las cosas que me dice cuando se lo hago, sé que lo estoy haciendo bien. Luego me ordenó bajarme los pantalones y en mi erecto rabo escribió DJ iniciales de Dominus Jaime. Luego me pidió que me vistiera, me acompañó a la  puerta y mientras esperaba el ascensor me ordenó arrodillarme y besarle el rabo. Ya en la planta baja, al salir del ascensor un perro me mira con ojillos golosones apoyándose con sus dos patitas delanteras sobre mis muslos para olisquear mi sexo, aun estaba duro como el acero y se notaba bastante la erección, el dueño del perro se percató de mi bulto, le dije buenas noches sin levantar la vista del suelo. De camino al coche, caminaba lento y encorvado. Seguía empalmadisimo.


Segundo día que nos vimos

Día siguiente, tras mí trabajo, quedamos para ir a la playa, me pide que antes le acerque a una gran tienda de bricolaje. Comenzamos a buscar tablas, cierres etc... me confiesa que su intención es fabricar unos juguetes para mi. Un gran honor para mi que mi Amo cree juguetes para su juguete. Tras varias horas... ya tenemos casi todo lo necesario. Vamos a la playa a un sitio escondido y apartado, ya que quiere ensayar unas prácticas para fiesta conmigo. Y comenzamos a fabricar el artefacto juntos. Atravesando dos cilindros de bambú con unos clavos acabados en circulo hueco para poder pasar por ahí unas cuerdas. Me pide que me tumbe sobre la toalla y comienza a aprisionarme las piernas con cuerda y nudos. Supongo que seria del morbo de que me estuviese inmovilizando, el tacto de sus manos o que aquello sin yo saberlo me encanta... el caso es que mi rabo se puso increíblemente duro otra vez. Coloco mi polla entre las dos cañas de bambú aprisionándolo. Las cañas quedaban detrás de mis muslos. Él podría haber hecho lo que quisiera conmigo en ese momento.

Me liberó y luego quiso recrear conmigo la cruz
de San Andrés. Luego antes de irnos a bañar me ordenó arrodillarme delante de él y me lleno de su liquido dorado todo el cuerpo una sensación maravillosa ser usado así por mi Amo. En el agua nos abrazamos, nos besamos, nos miramos, me sentía muy compenetrado con él y creo que él conmigo. Nos tumbamos en la toalla para secarnos, abrazados y charlando. De pronto me pide que cierre los ojos y lo escucho buscando algo en su bolsa. Noto como me pone algo en mi dedo anular de la mano derecha. Estoy nervioso.
 
Me pide que abra los ojos y veo un anillo plateado en forma de collar de perro, un regalo precioso que no me esperaba en absoluto símbolo de nuestra unión como Amo y sumiso que luciré con gran orgullo. Me puso rojo. Le agradecí con un beso. Nos teníamos que marchar ya. Antes, pasamos por la zona de cruising de la otra vez... me prometió que solo íbamos a buscar unas hojas para hacerme cosquillas en la fiesta mientras estaba atado. Le acompañé. Me preguntaba como me sentía, de momento tranquilo, para mí estar a su lado es estar seguro. Pero al llegar al sitio de la otra vez... un pellizco se me cogió un pellizco en el estómago. Nos fuimos. Me explicó que para él es muy difícil ir allí y no hacer nada, es un cazador y estaba en zona de caza... imagino lo difícil que sería para él y aprovecho para agradecerle su comportamiento conmigo, que sea un hombre de palabra lo que me hace quererle y admirarle más aún si cabe. Yo también tenía preparado un regalo para él. Ya que yo había recibido uno sin esperarlo, quise darle el suyo. Le entregué un bolero de cuero ( camisa de fuerza que deja parte del torso, vientre y espalda al descubierto) guardado en un cofre de madera decorado por mí, hice un falso repujado plateado envejecido con su símbolo de DJ. El interior estaba forrado de goma eva color
granate y con una dedicatoria especial para él. Decidió probarlo conmigo, bajamos del coche y comenzó a inmovilizarme, aunque alejados del epicentro del cruising...esa zona sigue siendo de cruising, pero mucho más tranquila. Vi como un coche se paraba junto a nosotros, pero yo daba la espalda. Noto como mi Amo comienza a quitar las correas, me pareció raro, una vez liberado me dice no te has esterado de nada ¿verdad? No, le digo. Pues un chico se ha bajado del coche, se ha sentado en el tuyo y ha sacado un bote y esnifado de el. Así que decidí soltarte por si había que defenderse. Te agradezco que cuides tanto de mi Amo. Nos fuimos. Mientras conducía, sacó mi rabo y me fue masturbando durante el camino a su casa. A veces me hacía perder la concentración, pero me encantaba... llegados al portal me guardo el rabo para ayudarle a descargar las tablas etc... me dice... ¿ Quién te ha dicho que lo guardes? Se bajó y me dijo anda... bájate. Le ayudé a meter las cosas en el ascensor y me dió un beso de despedida.

Tercer día que nos vimos

Deseaba verlo con todas mis fuerzas hoy tocaba playa otra vez, después de la maravillosa sesión en Guadalmar solo cabía esperar cosas buenas. Fuimos hablando por el camino de cosas que esperamos el uno del otro y me dejó claro que tengo que participar más en planear las sesiones, que le diga lo que me gustaría y lo que no y decirle siempre « lo que tu quieras Amo». Hoy tocaba Belnatura... unos recuerdos preciosos de nuestra primera vez allí... ¿Podríamos superar aquello? Por el camino me dijo si era necesario tapar mis ojos con las gafas de sol... a lo que le respondí que sí, que apreciaba mucho su vida y no me podía permitir que el sol pudiera impedirme la visión de la carretera. Al tener los ojos claros, el sol me molesta muchísimo. El me respondió que era una pena privarlo de la visión de mis ojos, pero que si no quedaba más remedio habría que aceptarlo. Me acariciaba la pierna mientras conducía, me encanta que lo haga, tiene unas manos sensacionales. Yo también acariciaba su pierna a la mínima ocasión que me permitía la conducción. Al llegar buscamos un sitio tranquilo. Me puso un trabajo, escribir quince prácticas que hayamos realizado y enumerarlas de la que más a menos me haya gustado. Le dije que no habíamos realizado tantas... empezó a decir algunas y llegó hasta veinte... me sorprendí. Entre mis favoritas sin duda se encuentran el bondage y el pis. Estábamos sentados uno frente al otro. No se como puede tener tanto control, pero orino en mis pies, mi polla al sentir el húmedo fuego de su interior se pudo duro como una roca. Me
miró como sólo él sabe hacerlo y me dijo «te gusta esto ¿no?» no hizo falta responder, mis ojos y mi sonrisa lo decían todo. Me besó. Notaba su ágil lengua luchando por abrirse paso entre mis gruesos labios para ir a fundirse en una lucha con la mía y convertirse sólo en una.  Volvió a mirarme de esa forma... me hizo bajar la cabeza para comerle el rabo. La gente nos miraba, pero me daba igual, estaba disfrutando ese momento, lo que ocurriese fuera entre él y yo me daba igual. Me hizo subir la cabeza. Volvió a mirarme, me deja desarmado, hipnotizado, ejerce un gran poder sobre mí. Logré decirle que también me encantaba adorar todo su cuerpo. Pues ven aquí me dijo mientras se tumbaba en una roca, me acerqué ...demuéstramelo. Comencé a acariciarle su precioso y peludo cuerpo, estaba muy sexy tumbado ofreciéndome su exterior para ser recorrido por mis manos. No pude evitar besarle,  unos besos suaves, dulces, sin legua y rozar con mis labios su barba. Le dije que podría estar así toda la eternidad, yo también, respondió. Mientras hablábamos, me dijo que me ve como una geisha, que soy muy complaciente, muy delicado, que despierto ternura. Curiosamente siempre me han atraído mucho estas cortesanas, de echo uno de mis libros de cabecera es «Memorias de una geisha» y la película también se encuentra entre mis favoritas. Siento fascinación por esas mujeres pálidas de labios en forma de corazón rojo, elegantes gestos y la sumisión de éstas. Me dijo que seguramente me de un nombre que tenga que ver con alguna geisha. También me dijo que yo mismo debía hacerme mi collar y dijo como debía ser. Las olas nos mojaban, era extraño, nosotros nos estábamos calentando y las olas enfriandonos, una sensación curiosa en la que pudo más el deseo del uno al otro. Me ordenó tumbarme en la roca rodeó mi cintura con sus poderosas piernas, me miró fijamente y puso su media sonrisa traviesa, acarició mi pecho con su pie, mi cara, mi sexo mi sexo... rozando con su dedo mi alma para luego regarme con su cálida agua, marcando así su territorio y decir que yo soy su perra enamorada y le pertenezco. Luego se puso en pose de flexiones y fue bajando su cara, hasta quedar a escasos tres milímetros me mi boca, le deseaba con ansia, con todo mi ser, fueron eternos los dos segundos que tardó en fundir nuestros
labios. Luego echó todo su peso sobre mi, pude sentir su respiración, una sublime sensación. Fuimos al agua a lavarnos, me pidió que me quedase en la orilla y comenzó a arrojarme agua para quitarme el pis. Luego me ordenó darme la vuelta e hizo lo mismo con mi trasero. Se acercó hacia mí. Me rodeó con sus brazos. Mis piernas comenzaron a fallarme, me temblaban, creí caerme pero pude controlar la caída. Mis temblorosas piernas apenas podían sostener mi cuerpo. ¿Tienes frío?, me pregunto, le dije que no. ¿Entonces? Es lo que ejerces sobre mi, aún no se ha dado cuenta de lo indefenso que estoy ante él, que sus caricias se me clavan en el alma, que traspasa todo mi ser, me abandono ante él  y me hace estremecer. Me besó el cuello y ahí una lágrima brotó de mis ojos mientras pensaba que si el cielo existe, no podía ser mejor que aquello. Nos trasladamos hacia otra parte con menos espectadores. Sacó la camisa de fuerza que le regalé, me la puso, ató las correas e inmovilizo mis manos en la espalda tiró del cuello y me metió su rabo en la boca. Manjar de dioses es poco para describir ese gran trozo de carne. Tirando del cuello de la camisa me indicaba la velocidad que debía llevar y la profundidad a la que debía llegar. Empezó a pasar y a rodearnos mucha gente, así que me quitó la camisa. Me hizo besar el collar que me puso y fuimos a buscar un sitio más escondido.    

El se quedó en pie y a mí me hizo arrodillarme, volvió a meter su rabo en mi boca, esta vez fláccido. Notaba como iba creciendo. Estando de rodillas comenzó a mearme en los labios, abrí mi boca dejando entrar aquel líquido. Era una sensación nueva, no me desagradaba el sabor, metió su polla en mi boca aún meando comencé a beberme su orina. De pronto me dio una arcada y la sacó corriendo. Pase mis labios por el chorro sin abrirlos hasta que terminó de mear. Llegó el primer mirón. Yo seguía a lo mío, no pensaba dejar que nadie estropeara aquel momento. Jaime se sentó en una roca y yo seguía jugando con su rabo. El mirón se puso detrás de mi de forma que yo no pudiese verlo. Notaba como mi Amo lo miraba. Hasta que vi en su rostro algo raro, entonces pude ver como con una mano le hacía una señal de negación. Era obvio que aquel tipo quería participar y mi Amo lo paró. Amo comenzó a masturbarse violentamente mientras yo le chupaba los huevos, hasta que vi en su cara la expresión inequívoca de que había llegado el momento de premiarme con una gran lefada. Abrí mi boca y ante mis ojos comenzó a brotar de su capullo su espesa leche, que saboree relamiendome.  Llego mi turno. Él me masturbaba y
besaba. Yo mismo cogí mi rabo para seguir masturbandome. Note como orinaba sobre mi rabo y mano, fue notar ese liquido calentito y me corrí como un animal con un grito sordo de placer. Volvió a mirarme de esa forma... y me besó. Volvió a lavarme y fuimos a buscar la ropa. Bebió agua de una botella, me miró fijamente y acercó su boca a la mía, dejando pasar el agua de su interior hacia mi boca. Mi Amo me estaba dando de beber. Nada podía ser mas perfecto. ¿Sigues teniendo sed? Por supuesto le dije. Volvió a repetirlo. Nos pusimos en marcha. El pobre se dió con una roca en la cabeza haciéndose una herida con sangre, por protegerme de una caída en las rocas. Casi cuando estábamos a punto de irnos se puso apoyado contra una roca que daba al mar. ¿Que hace? Pensé... ven aquí y desnúdate. Me ató todo el cuerpo contra la roca, las olas me mojaban, cada vez eran más fuertes. Volvió a acariciarme y mis piernas volvieron a fallar... mal momento, pensé. Entonces subió a lo alto de una roca y me gritó algo que me hizo flaquear del todo, porque estaba atado, de otra forma hubiese caído. Me desató  y entonces lamí su herida como un buen perrito, probando el sabor a hierro de su sangre y nos fuimos. Por el camino me fue hablando de que espera que con el tiempo tengamos una relación estable. Fue escuchar eso de sus labio y ponerme erecto, solo con unas palabras... me tuve que poner rojo. Dude si contárselo, lo hice al rato, cuando ya se había bajado, lo quiso comprobar, pero ya no tocó mucha
dureza. Le pedí que mirase debajo de su asiento. Sacó un papel con un lazo rojo. ¿Lo abro?, claro que sí, es para ti. El aquel papel no decía nada que ya no supiese, pero quería que tuviese mi promesa de ser sólo de él escrito de mi puño y letra. También firmado. Me dió un beso para agradecerme tan bonito regalo. Una vez en casa le pedí me pasase las fotos de la tarde. Recibí algo que no esperaba... un vídeo, que será... al reproducirlo comprobé que era justo el momento que  casi me hace desfallecer atado a la roca. Se me veía a mí, atado de espaldas y mirando al mar. Entonces su voz me llama, me dice mira aquí giro la cabeza y le vi a él, me dijo « eres mio, lo sabes no?» comienzo a sonreír de una forma que nunca habría imaginado, mis pupilas se dilatan, mis ojos brillan y se me pone cara de «gilipollas» entonces digo algo inaudible pero se lee en mis labios «lo sé». La cara que tengo al ver el vídeo es más de «gilipollas» aún que en el vídeo. Algo muy hermoso se está creando, con un vínculo muy especial que nos unirá hasta el infinito. Gracias por inmortalizar el momento más feliz de mi vida Amo. Espero crecer y ser tan fuerte como tu.


4 comentarios:

  1. Primero lo anecdótico y luego lo realmente importante en plan "fin de fiesta":

    A Nacho le encantará su rabo pero tampoco se puede dejar de como calza él mismo...

    Me encanta esto que se está fraguando entre vosotros porque eres un tío muy especial, Jaime, pero Nacho también parece un chaval muy especial.

    Abrazotes.

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    Respuestas
    1. No que va, no se puede quejar, ademas tiene un rabo bombeado por un gran corazón y eso es muy importante.
      Si a mi también me encanta, poco a poco se va perfilando un camino

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  2. Realmente no hay nada que añadir.
    Muchas gracias Nacho por compartir con todos nosotros esta bonita experiencia :-)

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