martes, 26 de abril de 2016

El macho cabrío, cabrero empotrador sometido

Una de las cosas que mas me gustan de Málaga es que te encuentras personas y personajes “vírgenes”. Acabo de tener una sesión con un cabrero, había leído mi blog y bueno quería probar cosas nuevas. El tiene 38 años y un mostrenco, brazos grandes, estatura grande, unas manos tremendas. Y con pinta de persona de campo, brazos muy morenos, peludo, cara “de campo”, ojos que transmiten mucho, sencillo y buena gente. Pues bien me comentó que en su vida había estado con un tío, que a el lo que le gustaban son las mujeres a rabiar, pero que quería probar a jugar con un tío, y la forma que mejor lo veía era “obligandole”. ¿Como podía yo negarme a semejante acto heróico?. Asique le di cita para hoy. 

Entra por la puerta, con un poco de temblor en las manos y con la mirada para abajo. Me comenta que viene de fuera de Málaga, concretamente desde otra comunidad autónoma. Le pongo un café en casa y mientras le intento ir relajando y explicándole algunas “reglas del juego”. El mientras me cuenta sus peripecias sexuales desde los 13 años. Dignas de contarlas por aquí, puesto que tengo su permiso. Desde niño ha trabajado con las cosas del campo, viene de una familia que siempre ha echo eso y en diversas ramas, asique les iba acompañando para las cosas de trabajar.

Le desvirgó una niña de 17 entre unos majuelos de vid, los ojos se le iluminaban al recordarlo. La niña cogió las uvas y se las iba metiendo por el chocho delante del niño para mostrarle como se podían meter cosas, hasta que le dijo al chaval que viniese y se metiese el. De ahí en adelante sería un enamorado de la vendimia y de las parras. Cuando no era época de vendimia se dedicaba a recoger leche con un burrito en unos cantaros de hierro. Pues bien, algunas veces cuando el marido de las cabreras no estaban, las mujeres le seducían para “que las reventase” según sus palabras “aquello si era sudar”. A mi me estaba poniendo a mil, con cada una de las aventuras que me iba relatando. Dignas de cualquier libro de “amor” del siglo de oro, pero en pleno siglo XXI. 

Le hago que se desnude, y comienzo acariciarlo para que vaya cogiendo confianza. Su olor de hombre de campo empieza aromatizar, un olor viril, fuerte y penetrante, pero intensamente erótico. Empieza de nuevo a ponerse nervioso. Le ato las manos a la espalda con una cuerda de yute, y yo me encargo de quitarle los pantalones. Y para sorpresa mía no solo era los brazos lo que tenia grande, y le suelto “claro no me extraña que las cabreras pidiesen leche”, sus ojos brillaron y una sonrisa morbosa brotó de sus labios. Quería una sesión suave. Le ate sus extremidades a las patas de la cama (en Málaga apenas tengo material) y empece a torturar su cuerpo con un tenedor, a la vez que le decía que el lo que necesitaba era una “poya que lo domesticase”. Su rabo empezó a crecer, y yo a sorprenderme, aquello creo que muy fácilmente llegaba a los 25cm incluso los pasaba, y una mano mía no daba para cubrir su grosor. Estuve jugando mas con su cuerpo y lo solté.

Me dijo que mirase en su mochila, y me encontré una campana atada a una cuerda. “Si no te importa me gustaría ser una cabra”. Y yo como si fuese la cosa mas natural del mundo. Le cogí la campana, se la acerque a la cabeza y le dije “a ver brama como una cabra, para saber que te mereces el collar”. Y como es lógico empezó hacer ruidos de cabra. Le puse el “collar”, y lo estuve paseando por todo el cuarto. El empezó a comerse una sábana, asi que me acerque a el y se la intenté sacar de la boca, y el me mochó con la cabeza. Asique me quité el cinturón, y le dije suelta esa sabana o usaré el cinto. Hizo con un “brrsshhff” y siguió con la sábana. Así que le di dos cinturontazos en el culo. Su rabo comenzó a ponerse duro de nuevo, asique yo seguí dándole con el cinto. Suponía que el dejaría la sabana cuando ya no quisiese mas cinturonzazos. Su rabo empezaba a babear. Y en un momento soltó la sabana, y se vino hacia mi a rozarse, con gestos cariñosos. Fui a la cocina, piqué un poco de lechuga, y se lo traje. Le fui dando lechuga con una mano mientras con la otra le masturbaba. La experiencia estaba siendo única. 

Le acaricié como a una buena cabra, y cuando llegué al culo, empecé a trabajarselo con mis dedos, el se abrió de patas y levantó el trasero. Pero poco se pudo hacer, entré solo con un dedo y le acaricié la próstata, entre gemidos y sollozos de dolor. Me levanté e hice como si le estubiese follando “no te muevas cabrita, que vas a disfrutar”. Empecé a embestirlo, y el empezó a decir “breee breeee” sus gemidos se transformaron en sonidos de cabra. Y le dije que se masturbase mientras. Estuve un rato así jugando, hasta que note que se iba a correr. Le dije que parase. Me puse en la cama, me bajé los calzoncillos, y le dije que me comiese la piel de los huevos como si fuese una cabra. Los rabos de los dos estaban “mirando al cielo”. Después de un rato se corrió y mancho todo en un radio de dos metros, y yo me quedé con los ojos perplejos. Me corri e hice que lo lamiese, con una lengua de cabra. 

El había tenido su primer contacto con un hombre y había sido mas que satisfactorio. Estuvimos hablando después de la experiencia, mientras se iba poniendo rojo. Para ver que le había parecido, si estaba bien o no, y como se encontraba. Su respuesta “pues es una pena que solo estés en Málaga una vez al mes, porque no me importaría bajar mas a menudo”. Era la primera vez que jugaba con alguien haciendo el de cabra, pero lo había echo de fábula. Los dos nos divertimos y nos exploramos mutuamente. ¡Genial!

Por discreción me dijo que mejor no hiciese fotos, así que he subido unas fotos alusivas al tema. Incluso buscando me he encontrado un juego que es un “simulador de una cabra”. Asi que no es el primero que se le ha ocurrido hacerse pasar por una cabra. Ante todo le felicité por dar rienda suelta a sus fantasías. 

10 comentarios:

  1. Que curioso lo de hacer de cabra, sé de gente que ha hecho de perro o caballo e incluso yo mismo hice una vez de gato. Y si encima la herramienta le funcionaba bien al cabrero (hace unos años que por lo que dices tenía la polla igual de enorme pero le costaba empalmarse) mejor que mejor.

    Abrazotes.

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    1. Que va, le funciona muy bien y no se ha quejado de eso. Si es mucho mas común los animales que tu has comentado, pero oye imaginación al poder jeje

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  2. hace años alguien me pidió disfrazarse de vaca y que le ordeñase, ahora que empiezo a leeros y a informarme voy entendiendo qué tipo de prácticas eran.

    Yo pensaba que las/os vírgenes eran como los diplodocus: se ven en los libros de historia pero no existe. Luego he entendido las comillas

    ea, agur.

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    1. Pues supongo que lamentablemente hay vírgenes y bastantes, aunque quizás muchos se quedan en pinochos y no pasarían la prueba del pañuelo. Pero siempre es un placer ayudar a alguien a pasar esa frontera. Abrazo!

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  3. Huy,me encanto la historia,lástima que aquí en Argentina no conozco a nadie que me haga cumplir mis fantasías mas intimas que solo yo las se y que no puedo decir por la mentalidad cerrada que hay en la gente.Besos.

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    1. Bueno Yafferson, aquí esa práctica también se vería muy exótica. Y si es difícil encontrar a alguien que cumpla las fantasías del otro, y que sobre todo disfrute cumpliéndolas. Te deseo suerte en tu búsqueda. Un abrazo!

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  4. Simpática y curiosa experiencia de Goat training por decirlo en plan que suene cool.
    Hasta donde llega la imaginación del hombre en su camino por experimentar !!
    Estaría bien la próxima con perro pastor incluido :-)

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    1. Si no se que pasa que todo cuando se pone en ingles suena mas cool. Mira el fist, o el ballbusting, por ejemplo. Hubiese estado bien añadir a un perro pastor jeje

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  5. Lo que cuentas (en su conjunto) me ha resultado curioso y muy excitante... he llegado incluso a percibir ese olor inconfundible de las glándulas masculinas. Me ha puesto muchísimo.
    Yo sí he hecho bastante a menudo de perro (tengo varios collares, correas y arneses) pero siento una predilección por los grandes felinos (leones, tigres..) me erotiza muchísimo que haya un juego previo, una pelea entre los dos, una lucha cuerpo a cuerpo cada vez más acalorada hasta que él toma el mando y me obliga, me vence, me somete y domina para siempre. El momento definitivo es cuando teniéndome inmovilizado con sus brazos y piernas... me muerde el cuello. Ese mordisco me provoca un acto reflejo de "ofrecimiento" total, arqueo la espalda y le ofrezco el culo,ya puede hacer conmigo lo que quiera, estoy alzado (receptivo)..
    un abrazo

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    1. Me encanta! Si desde luego a mi también me ha resultado una mezcla de curioso y morboso. Y bueno tu forma de doblegarte es sensacional, muy... animal, pero a la vez tan natural. Otro abrazo

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