sábado, 13 de febrero de 2016

Sesión adult babe, con humillación, feminización y tema pañales


Marcos 34años, complexión media tirando a gordito. Me escribió una persona solicitándome una sesión de Adult Baby. En principio me resultó curioso, me parecía que no había hecho nada parecido, asique era un reto para mí. Si es cierto que había tenido sesiones de infantilización, pero, aunque para los pro-fanos nos parezca igual no es lo mismo. En su día subí un artículo sobre os diferentes juegos de este tipo. Pues bien, estuvimos intercambiando mensajes de como quería la sesión, en medio de eso fue formán-dose un vínculo. Y por supuesto ambos teníamos más deseos no solamente de hacer la sesión sino de conocernos. 

Era en una ciudad a la que suelo ir de paso. Asique en lugar de ser en mi gabinete fue en un apartamento alquilado. Acababa de llegar de Madrid y estaba cansado, y además llovía. Pero tenía muchas ganas de conocerlo. Puse la dirección en google maps y toque al timbre. Me abre subo, y me había recibido tal y como le dije, vestido de una forma elegante. Le fui desnudando, y le mostré parte de las cosas que había traído. Jugué con el como si fuese un bebe y otras veces como si fuese un niño de dos años. Mientras el me iba contando su experiencia con este apasionante mundo. 

Decidí que era hora de la ducha. Me encantó ese momento. Lo metí en la ducha y lo enjabone. Mientras le estaba cantando canciones de nana e infantiles. Recuerdo que el cristal se había llenado de vaho, y en ese momento le hice un dibujo con los dedos en el cristal, una figura grande “este es papa” y con un brazo hacia una figura chica “y este quien es” “este es el neneeeee”. En ese momento algo dentro de mi hizo click. Brotó una ternura indescriptible. Le dije que saliese del baño, le seque, y “ahora papa se tiene que duchar, porque los adultos nos duchamos solos”. Al rato salgo, y como el espejo del baño estaba empañado le dije ahora haz un dibujo tú, y dibujó una casa, cualquiera que tenga conocimientos de psicología sabría leer ese dibujo, y a mí me encantó. 

Una vez seco, le llevé de la mano al cuarto.  Me dispuse a limpiarlo con talco, a cuidarlo y por fin a ponerle el pañal. Era la primera vez que ponía un pañal a alguien, y claro me tubo que ayudar. Pero la sensación me encantó. Pase de entender el ABDL en la teoría a la práctica. Estuve jugando un rato con el mientras estábamos en la cama y la cosa se encendió. Le estuve dando “el bibe de machos”, sentía su cuerpo, le comí los pies como si fuese un bebe. Para al final hacer que se levantase y orinarle dentro del pañal. Fue un momento casi orgásmico para los dos. Después procedí a vaciar al niño. Su corrida fue indescriptible. Después le regañé por haberse meado y le duché de nuevo para ponerle un nuevo pañal. 

Nos tumbamos rendidos en la cama. Y vi que él se quitaba el chupete y se metía el dedo. Indague sobre esa práctica y por lo visto lo suele hacer muy a menudo, de echo desde entonces, me envía fotos con el dedo metido en la boca y a mí me derriten. Realmente se le pone una cara mucho más tiernos. Para mi es una revolución desde la ternura, si nuestro instinto de pequeños nos dice eso, ¿Por qué no hacerlo? Solamente porque un “convenio de adultos” ha dicho que está mal… pues hay que romper las reglas y hacerlo. 

Después me dijo que quería una transformación en nenita. Así que le puse el chupete azul, pero al rato se lo cambié por uno rosa. Y le decía, que él no era un niño era una nenita, y fui diciéndole diversos motivos para mostrarle que lo era. A lo que el refunfuñaba en plan niño. Se suponía que era una cosa forzada. Asique para terminar de demostrarle que era niña, le llevé al baño, y le quité hasta el último pelo de su cuerpo. Diciéndole que lo estaba convirtiendo en lo que realmente era, una nenita. Le hice que se mirase al espejo, y lo duche de nuevo para quitar todo resto de pelos. Una vez secado seguí mi proceso de fem-nicación, con un pintalabios le puse dos mofletes rojos, le puse unas medias y un sujetador rojo. Le enfoqué hacia el espejo y le hice decir que era una nenaza, convenciéndolo por las buenas. En ese momen-to, algo hizo crack dentro de él, y vio que no le gustaba, que abortábamos la operación de feminización, porque era demasiado humillante para él y no le estaba dando morbo. Esto a veces pasa, uno piensa que deternimadas prácticas nos dan morbo, y luego cuando las llevamos a lo real no es así, aunque después de experimentarlas sigamos masturbándonos con ellas. 

Le puse de nuevo unos pañales y el chupete azul. Pedimos que nos trajesen una pizza al apartamento los dos estábamos hambrientos. Mientras venia nos pusimos a jugar. Y bueno yo le dije que tenía que recibir al pizzero con el pañal. Y así fue, solo que se puso unos pantalones para disimular. Pero el chupete solo se lo quitó para hablar con el. Nos pusimos en un sofá y le estuve dando de comer pizza al niño. Al rato estábamos como colegas, el con el pañal y comiendo pizza. Para mi eran sensaciones nuevas que desde luego merecía la pena vivirlas. 

Desde entonces nos hemos escrito varias veces, tenemos ganas los dos de quedar de nuevo. El pilló un bono, lo cual me confirma que seguiremos viéndonos. Pero lo que le dije a él antes de la sesión, me en-cantaría vernos más allá del bono y seguir profundizando en estos temas ABDL, y en nuestro vinculo. Lo cierto es que se me ha generado hacia la una actitud paternal. Hablamos todas las noches, me intereso por sus proyectos y por supuesto le ánimo. Es mi niño, que otra cosa podría hacer!!

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Para las fotos como para este relato he pedido permiso a la persona que participa en él. Nunca publico nada sin el consentimiento de los que participan en las sesiones. Los datos están modificados para que la persona permanezca en el anonimato, por eso mismo tampoco muestro las caras. 

2 comentarios:

  1. Una parafilia muy curiosa, que particularmente no me dice nada, ni me excita, pero que no por ello no deja de parecerme curioso que haya gente que a la que si.
    Interesante el punto cuando Ud. toma la iniciativa a feminizarlo y el acaba negándose. Evidentemente se trata de otro morbo, que no tiene que porque ser compatible con el anterior.

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    Respuestas
    1. Desde luego es curiosa, y muy diferente a lo que yo suelo hacer o he echo, pero desde luego me ha resultado interesante y repetible.

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