viernes, 29 de enero de 2016

Sesión con Javi, iniciación, compartirlo, pinzas, spank, lamer, pies


Javi tiene 32 años, cuerpo sin vello y más pequeño que yo. El mes pasado me quedé con ganas de ir a la fiesta que organiza Organic de Amos y esclavos, asique este mes tenía planificado ir. Yo iba todo guapo, pantalones de cuero, camiseta blanca, chaqueta de cuero y las botas nuevas. Y me había metido una serie pequeña de instrumentales (pinzas, regla de metal, flogger, collar, correa, un pintalabios, bridas, y alguna cosilla mas), lo justo para que no abulte mucho, pero poder jugar un poco, nunca sabes lo que se puede presentar. 

Avisé a un sumiso que se que le gustan las fiestas, le puse como requisito que me enviase el cuestionario si quería quedar. Realmente tenía muchas ganas de verle, es muy guarrete y buen tío, lo malo es que es muy indisciplinado, y a veces se cree que el Amo es un juguete para el sumiso, cuando es todo lo contra-rio. Tal es así que eran las 21h y todavía no había tenido respuesta por parte del sumiso. Total, que me presenté allí con la sorpresa de que en el local éramos 4 personas. Me puse con el móvil, a contestar wa-sap, correos y actualizar cosas de Facebook. Hora y pico más tarde se empieza animar, en lugar de 4 personas éramos 6. Hay que decir a su favor que hace frío y además estaba lloviendo tema que no fa-vorece para nada cualquier tipo de eventos. Entra un tío que llama la atención, pero que a mi juicio había venido buscando sexo fácil, asique pasé de él. Al rato subí al baño, ya lo he dicho en algún lado del blog, pero lo repito, me encanta el sistema de mampara del baño, se puede orinar y desde el otro lado pueden ver cómo sale el chorro y como discurre por el cristal, además de estético me parece morboso. Allí estaba el chaval que había entrado, nos acercamos y le pregunto “¿Te gusta lamer los pies?”. Mi intención con esa pregunta no era otra que me dijese que no, y decirle yo que había venido a una fiesta de Amos y esclavos y que pasaba de follar en plan vainilla. Pero en lugar de un no, me dice mirándome con unos ojos tiernos “yo hago todo lo que quieras”. ¿Quién puede resistirse a una proposición así?

Entré al baño, oriné y le dije que me siguiera. Me puse en un banco, y le dije que se colocase delante mía y me quitase una bota. Con el pie le acaricié todo el cuerpo, piernas, torso y zonas genitales. Él ya estaba empalmado. Fue a quítame la otra bota, y jugué con el y mis dos pies. Estaba calentito y era muy agra-dable. El chaval estaba siendo muy servicial y tierno. Le llevé a un sitio nuevo que han colocado que es como una minicolchoneta encerrada dentro de una especie de biombo, y allí le quité la camiseta, mien-tras le agarraba fuertemente. Le rocé de nuevo su cuerpo con mis pies e hice que de nuevo me los comie-se. Ya estábamos siendo centro de atención de varias personas. 

Hice una pequeña pausa, le abracé y le dije que me había encantado como me estaba comiendo los pies. Mi idea era saber si realmente le molaban los juegos BDSM. Y efectivamente tal y como pensaba era novato. Se pasó hace unos días por el Organic, unos 10 min y se piró. Hoy habíamos tenido la suerte de que se había vuelto a pasar. Asique por decirlo de alguna forma era un chico virgen en lo que a prác-ticas se refiere. Le estuve explicando lo de sano, seguro y consensuado, así como la palabra de seguri-dad. Le pregunté si quería seguir jugando, el jadeó y me dijo que si, tenía el rabo duro, asique imaginaba ya la respuesta. Le traté más fuerte que antes, forcejeé con el contra las paredes, sujetándolo de los bra-zos, del cuello. Le puse un par de pinzas en los pezones a ver cuánto aguantaba. Le di una serie de 10 azotes. Cada nueva práctica que iba haciendo le iba gustando. Y yo iba saboreando poco a poco de su lengua en mi cuerpo. En algunas prácticas le puse antifaz, incluso dije a otro tío que le tocase, a lo que el pegó un salto. Quería que el viese lo diferente que se sienten las cosas con los ojos tapados. Empecé a masturbarle mientras hacía le controlaba la respiración. Y al rato empecé a tocarle el culo, dilataba muy bien, asique decidí hacer como que lo follaba, con el puño cerrado poniéndolo la altura de la cadera y embistiéndole con mi dedo.  Y cuando estaba a punto de correrse le dije, ale vistámonos y nos bajamos.

Mientras estábamos arriba jugando, apareció el sumiso, pero tres horas más tarde, serían las 00. Le saludé, le presenté a Javi, pero seguí jugando con Javi. Pasó varias veces a verme, supongo que con la inten-ción de que jugase con él. Le expliqué que yo le puse una condición y él no la había cumplido, asique tenía que enseñarle a cumplir órdenes, aunque a mí me encantaría tenerlos a los dos de sumisos. Dio tres vueltas más y se marchó. Me despedí de él, y le dije que para otra vez que me envíe el cuestionario y quedamos, que me había quedado con ganas de jugar con él. 

Abajo le felicité por su decisión, le pregunté cómo iba, si tenía alguna fantasía. Estuvimos hablando sobre nuestras respectivas parejas. Nos pusimos en un columpio que han construido como en una rueda, y estuvimos sacando el niño que llevamos dentro, ejerciendo yo el rol de dominante moviendo el colum-pio y parándolo cuando quería. Al rato fuimos a la barra a pedir algo. Yo le di su bebida metiéndolo en mi boca y echándoselo en la suya. Puso su cabeza sobre mis piernas. En ese momento éramos la atrac-ción del bar, había más clientes como unas 30 personas, pero la gente hablando y sin jugar. Le pregunté que, si me quería servir durante el resto de la noche, como me dijo que si, le puse el collar, haciéndole saber que era un premio por cómo se había portado antes.

Se acercó un camarero del bar y se puso hablar con nosotros. Sin duda mis felicitaciones o bien a la dirección de Organic, o bien a los camareros, porque realmente los camareros ahora sí que incentivan el juego. De hecho, eran prácticamente los únicos que estaban jugando con los clientes. Clientes que de otra forma estoy seguro que se hubiesen quedado sin jugar viendo el ambiente. Supongo que porque son muy tímidos o algo similar. Me pidió de forma educada que si podía jugar con mi esclavo. Le dije que era novato, y le miré a Javi para ver si le parecía bien, asique le di la correa y se lo subió a la parte de arriba. Mientras había una persona al lado mía, para mi gusto muy atractivo, hablamos sobre diversas cosas, pero vi que su intención era tírame los trastos, como ya lo habían intentado algunas personas. Nos dimos un beso, y cuando bajó el sumiso, empecé a calentarlo. Mi idea era lo que luego sucedió, cogí al sumiso e hice que nos comiese las poyas a los dos, las dos de un tamaño muy bueno y así estuvimos un rato intercambiándolo delante de la barra. El chaval se corrió, y decidimos volver a jugar arriba. 

Jugamos más soft. Intente organizarle algún juego, y con la intención de hacer después que se corriese pues ya eran las 2:00 de la mañana y el sitio iba a cerrar en una hora. Le metí el dedo en el culete, y estuve masajeándole la próstata mientras con la otra mano le golpeaba el cuerpo, se lo metía en la boca o le masturbaba. Terminó corriéndose y yo le ayudé a limpiarse. Hicimos una revisión lingual de mi cuerpo, y ya encendieron las luces del local. Nos teníamos que ir. Se vistió y fuimos andando por la calle un rato, hablando sobre la experiencia y sobre el hecho de que tendríamos que ver para quedar más veces. De hecho tiene una taladradora y una pistola de silicona que es lo que me hace falta para poder poner ya el sling. Le acompañé a su casa y ya yo me fui para Lavapiés. Sin duda creo que ayer me encontré un buen regalo que espero cuidar, enseñar y disfrutar mucho.


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Para las fotos como para este relato he pedido permiso a la persona que participa en él. Nunca publico nada sin el consentimiento de los que participan en las sesiones. Los datos están modificados para que la persona permanezca en el anonimato, por eso mismo tampoco muestro las caras.

Reto carnavales: dogtraining en la calle, incluso con varios perros


Los que leéis mi blog y aquellos que me conocéis ya sabéis que me gustan los retos. Así que aquí propongo uno. En unos días se celebran los carnavales, la gente se disfraza y disfruta. El resto es vestirnos de perro y Amo en la calle, si si en un parque o en una plaza. Así que propongo dos opciones, la mas suave, es ir dando una vuelta, la mas compleja es montar un espectáculo en la calle, pero se entiende que no de índole sexual, sino lanzando un “hueso” y el perro oliéndole y corriendo hacia el; oliendo a las personas que pasan, teniendo un comportamiento como el que tendría un perro. Estoy seguro que se arremolina-ría un círculo, así que se podría ver si hacemos un tipo de sketch suave. Repito nunca se hará nada de índole sexual y siempre actuando con respeto hacia las demás personas. 

La idea es ir yo vestido de cuero (pantalones, cazadora) y con una máscara. Y el perro con una mascara de perro, y aquello que le haga parecer como tal, por lo tanto andará siempre a cuatro patas. Nunca irá desnudo. Quizás pueda llevar algo en favor de la adopción de los perros o contra el maltrato animal. Por supuesto si os animáis pueden ser mas de un perro. 

Creo que puede quedar una cosa simpática, y las dos personas nos podemos divertir, así como la gente con la que se interactúe. ¿Te atreves?


jueves, 28 de enero de 2016

Sesión Luis, rasurado anal y genital


Luis 43 años y estatura media. Cuando lo conocí yo tenía 23 y el 34, fue mi primer sumiso estable en ir a locales. Recuerdo que una de las prácticas que más me gustaba era ponerme en un sling y que el me comiese los pies, era una auténtica delicia. Desde aquel entonces nos hemos estado apoyando mutua-mente, y a veces más cercanos y otras más en la distancia como todas las amistades. 

El otro día me comentó que quería ir al Organic con el culo sin pelos. Que se lo había intentado quitar el y no pudo, asique se lo comentó a su pareja, recibiendo una negativa. Esta se produjo porque no le apetecía a su novio que el estuviese follando por ahí, pues como bien le dijo “que quieres que te afeite el culo para ir a follar por ahí no… pues que te follen”. 

Afeitar no es uno de mis fuertes. Creo si mal no recuerdo que nunca he afeitado a un esclavo. Lo más que he hecho es pasarles la máquina de afeitar por todo el cuerpo. Y es que a mí me gustan los hombres con vello, por un lado, estéticamente es más hermoso y por otro es símbolo de virilidad y que mejor que dominar a un hombre, en lugar de a una anguila. Lo que, sí que he hecho y muchas veces es rasurar el pelo de la cabeza, de echo me parece mucho más humillante que raparse la zona genital y el culo. De hecho, es una cosa que hacían en la mili y en los campos de concentración, y su idea era quitarles sus rasgos personales y conseguir alienarles.

Nada más llegar nos abrazamos, hablamos de nuestras cosas, y le pregunte si le apetecía meter morbo a la hora del afeitado, así como una serie de fotos para ponerlas en su perfil (como me consta que ha he-cho). Asi que lo primero que hizo fue como no comernos los pies míos un 43 y los de mi pareja un
49. Nosotros dos levantados y el agachado, disfrutando los tres. Mi pareja y yo besándonos acariciándonos, y sintiendo como esa lengua estaba disponible para nosotros. Después de un rato, le dije que se quitase los pantalones. Cogí su cuchilla de afeitar y le fui depilando los genitales. Le comenté lo mismo, que a mi unos genitales, si hay posibilidad que tengan vello me gustan con él, y que no me parecían una sumisión. Mientras le afeitaba estuvimos debatiendo la idea. Solo hay una idea que medio me convenciese, que es que en el antiguo Egipto y Grecia a las prostitutas se las rasuraba para diferenciarlas del resto de mujeres. Y esto claro más que de un gesto de humillación, seguramente se trataba de una práctica higiénica. Además solo es un tema cultural, en la amazonia el pelo es un vínculo con la pachamama (madre tierra).  Se le puso morcillona un par de veces, pero vaya lo fui solucionando con golpes en los huevos o un “uis lo siento te he cortado, es que claro como el rabo se te está poniendo duro, no me deja ver”. 

Le llevé a la ducha para limpiarle la espuma que pudiese quedar. Le sequé el cuerpo y le di un lapazo en su pecho extendiéndoselo por encima mientras le miraba a los ojos. Le puse tumbado en la camilla con las patas hacia arriba para poder ver mejor el culo. Realmente en esa zona lo único que quería quita era alrededor del ojete, asi que fue muy fácil y rápido. Le estuve dando después un masajito en el culete, mirando que no quedase ningún pelo. Y después le dije que se diese la vuelta, me eché espuma en la mano y se lo estampé en el culo, “ahora vas y te lo limpias”. Algo de humillación le tenía que meter a Luis, sino sé que no se iría igual de feliz, y puede que a mí también me gustase menos. Después le hice una marca con la cuchilla de afeitar quitándole un poco de vello a la altura del final del sacro. Una especie de marca para que recuerde que una vez fue mío. 

Por supuesto rapar forma parte no solo del morbo “shave” sino puede ser una práctica de modificación corporal. Si a un Amo, un sumis@ le gusta afeitado o cree que así va a ser un símbolo de sumisión, ya está tardando en hacérselo desde luego. Es interesante no solo como juego mientras se le está afeitando, sino que también después. Se le puede humillar diciéndole que tú has conseguido arrebatarle el pelo. O incluso como juego mental de posesión, haciendo que cada x días se rape por orden tuya. 

A mí por ejemplo me gusta que un esclavo me rape la cabeza, sentir la sensación de la máquina, agarrar al sumiso de los huevos, darle golpes, tirarle de sus pelos, o prepararle un castigo si por lo que sea me deja mal afeitado o me hace daño. Después ellos se encargan de limpiarlo, me acuerdo la primera vez que lo hice con un sumiso, le pedí que limpiase todos los pelos de mi cuerpo con su lengua y después se enjuagase con agua, fue una pasada, que algún día tendré que repetir. Generalmente he ido rapado desde los 18 años, asique para mí es un “servicio” que me facilitan los sumisos. Cuando he tenido pareja, siempre les pido que me lo corten ellos, y entonces se convierte todo más vainilla, con caricias, miradas tocamientos, y bueno puede que sexo si se portan bien.


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Para las fotos como para este relato he pedido permiso a la persona que participa en él. Nunca publico nada sin el consentimiento de los que participan en las sesiones. Los datos están modificados para que la persona permanezca en el anonimato, por eso mismo tampoco muestro las caras.

miércoles, 27 de enero de 2016

Sesión Pantaleón, pinzas, iniciación al dogtraining, spank y deseos de su Ama


En el anterior relato, ya he citado como es Pantaleón. Lo cierto es que cada vez le voy conociendo mas. Entre esta sesión y la otra que relato, hubo otra. Lo cierto es que poco a poco vamos encajando, en su mirada encuentro la mía. Tiene las cosas muy claras, satisfacer al Amo, su único deseo es darle placer. Y mi deseo es recibir placer de él, hacer que experimente cosas nuevas. Con lo que entramos en una espiral muy interesante. 

Cuando faltaban 30 minutos para la sesión le pido que traiga jamón york. Lo cierto es que estaba rendido, el día anterior había tenido un viaje duro. Los dos días anteriores había dormido 4 y 6 horas, y hoy apenas si había dormido una, y en estos días haciendo esfuerzo físico. De hecho, estuve a punto de decirle que cancelábamos la cita, yo quiero mantener siempre una altura, y hoy no la podía dar. Pero fue entrar por la puerta, y me contagio de su energía, vampiricé su vitalidad. Me trajo un regalo que ya me había comentado en la segunda sesión, pero sin decirme exactamente lo que era. Y me lo da con ilusión, lo abro y con más ilusión aun veo que es un flogger echo a mano por él. Me sentí como un padre que recibe un dibujo de sus hijos. Mi agradecimiento también desde aquí por el flogger. 

Me habló de nuevo de su Ama, me encanta porque habla de ella con una mezcla de respeto, vicio y cariño. Y eso es ni más ni menos lo que me tengo que ganar de él. Y bueno, “temíamos” que el Ama, viendo los 80 fustazos y un culo morado, quisiese superar eso y dar 90, a lo que yo respondería con 100, y ella con 110. Pero lejos de eso, se dedicó a “perfeccionar” las marcas que yo le había dejado igualándolas. Y pidiéndole que la sintiese cuando estaba conmigo, por el pequeño detalle de meterse en su boca sus braguitas cuando yo le penetraba con el strapon. Lo cierto es que no la conozco, pero la tengo cariño y por supuesto respeto. Ella lo conoció primero, y le dio permiso para buscar un Amo, se puede decir que es posesión compartida. Pero por respeto, al tiempo que han pasado juntos (Casi una década) creo que tiene más derecho sobre él que yo. 

Iniciamos la sesión abrazándonos, el estado desnudo, únicamente con su collar. Le ato las manos y me dedico a ponerle unas cuantas pinzas de forma paralela por el torso. Mi idea era seguir la línea mamaria y que después de quitar las pinzas, quedasen marcas como si fuese una cerdita. Empecé a jugar de diversas formas con las pinzas. Después usamos el flogger que había fabricado él. A un ritmo muy suave. Le puse su máscara y le lancé unas fotos, su Ama quería ver fotos de la sesión. 

Después como uno de las cosas que quería proba era el dogtraining, quise iniciarle un poco en este tema. Le puse un collar de púas, un arnés, y una correa de la que tiraba. Empecé enseñándole a ladrar, cosa que fue mejorando a lo largo de la sesión. Le hice un juego, tirarle una pelota con forma de corazón por la sala. Yo tenía que contar hasta diez para que el la cogiese y me la diese, todo lo que superase de esa cuenta, se transformaría en fustazos. La primera fue más sencilla, se lo tiré al lado de él. La segunda estuve jugando con él para que no lo pudiese coger, quitándoselo de la boca con mi pie. Jugando como se juega con un perro y la pelota. Y la tercera se lo tiré más lejos, incluso le tiré de la correa para que le costase llegar. Realmente me sorprendió, ya que solo se ganó 6 fustazos. Tengo un perro que es un campeón. Saqué la fusta que me había regalado el otro día, y empecé a repartírselos por todo el cuerpo, pero con una intensidad media. 

Después del juego tocaba comer. Me senté en una silla, y tal y como me pasa a veces con el dogtraining, empecé a darle las ordenes y hablarle en inglés. Sit, down, para que se vaya familiarizando con las posturas. Entrenamos un poco más los ladridos. Y ya fui por fin dándole su premio, trozos de jamón de York. Se los tiraba al aire para que los cogiese, se los dejaba en mi mano, o se lo ponía alto para que estirase el cuello. Creo que él lo estaba disfrutando. Le puse una máscara de perro de cuero, y seguimos el adiestramiento. Si confirmo que es una cosa con la que ha disfrutado, estudiaré nuevas estrategias de juego y entrenamiento para “perros”. 

Después juego con su culo, para terminar, penetrándolo con el strap on. Se metió las braguitas de su Ama tal y como había acordado con ella. Le daba embestidas fuertes y aprovechaba que estaba el arnés para tirar de él y que sintiese mi presión por todo su cuerpo. Se retorcía entre gemidos, mientras yo le trabajaba los pezones. Después de un buen rato, decido darle la vuelta al strapon, y meterle el dildo por el culo, de manera que le quedaba sujeto. Le di una sesión de spank. Y le dije que se sentase en una silla, para que sintiese toda la profundidad del dildo. Jugué con su cuerpo acariciándolo, con sus pezones y con sus genitales. Para después hacerle que lamiese todo mi cuerpo, que me quitase los calcetines con su boca, me lamiese el culo como un buen perrito, y una parte que especialmente me encanta, la parte trasera de las rodillas. Desde luego tiene una lengua maravillosa que me hacía retorcerme de placer. Eso era el pos-tre un buen postre para ambos. 

Terminé jugando con sus genitales. Quise hacer una especie de coño con unas pinzas, poniendo una arriba y otra abajo. Ya que su Ama le había pedido fotos, que mejor que hacerle un coño en su honor. Los genitales estaban con aceite, asique las pinzas no agarraban muy bien. Le saque esta foto que veis aquí. Falta mucho para ser un buen coño, de echo es una cosa que he quedado con él en que me gusta-ría trabajar. La sesión se me fue en un plis plas y eso que estuvimos dos horas.


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Para las fotos como para este relato he pedido permiso a la persona que participa en él. Nunca publico nada sin el consentimiento de los que participan en las sesiones. Los datos están modificados para que la persona permanezca en el anonimato, por eso mismo tampoco muestro las caras.

Cilicios y disciplinas

Si si has leído bien, por medio de unos amigos he conseguido unos cilicios y una disciplina. He subido la foto de dos cilicios, creo que lo ideal es tener tres, dos para poner en cualquier parte del cuerpo y un tercero para la zona genital. Asique he pedido un tercero y me falta la disciplina, que seguramente estarán ya para uso en Marzo. 

Se pueden usar tanto para sesiones en casa como para salidas a fuera y llevarlo puesto. Puede regularse la intensidad del dolor. Generalmente se usa atándolo a una parte del cuerpo, pero también se puede usar a modo de látigo de metal para los masocas extremos. No se distingue en la foto, pero esta lleno de pequeños pinchos afilados que se clavan. 

Sin duda es el elemento BDSM mas antiguo. En divesas formas se ha usado casi desde los inicios del cristianismo para domar al cuerpo frente a las pasiones. Instrumentos similares se han usado en otras religiones y corrientes filosoficas, mas o menos con el mismo fin. 

Juguetes diversos para role play de bebe

Hay diversos materiales, todos ellos muy sencillos. Quiero ir ampliando poco a poco esta colección. Chupete y baberos del mismo diseño pero en los colores rosa y azul, depende si es niña o niño, o si se quiere hacer un proceso de travestido. Globos tanto circulares como alargados. Biberón, polvos de talco, esponja para bebe, esponja natural, chupete de fantasía con forma de pene, caja neceser para meter todas las cositas. Por supuesto falta un elemento esencial que es el pañal. Pero eso los compro bajo demanda de las sesiones para poder elegir la talla. 

Mascara de perro desmontable.

Es una máscara doble, por un lado puede ser una mascara de perro, y por otro se puede quitar la zona del morro y las orejas y se queda en una mascara tipo verdugo. Es muy cómoda. Y realmente creo que es bastante estética. Especialmente para jugar a dogtraining o bien si uno no quiere que se le reconozca tanto en fotos como en sesiones en el exterior.

Jaula grande

Realmente no es una nueva adquisición. La compré hace ocho años para juegos de dogtraining con Braco. La llevé después a otra ciudad y allí se ha quedado hasta que he podido rescatarla hace unos días. Ademas de para juegos de dogtraining, sirve para que los esclavos puedan dormir. Es muy espaciosa. Si se pone una manta por encima de la jaula y otra dentro realmente no se tiene frío porque se crea un sistema estanco. 

Cinturón con tirantes y cartuchera de cuero

Es material del ejército. Lo he comprado en el rastro. Es de cuero, y se puede adaptar tanto para hacer arneses, como para llevarlo tal cual. Tiene dos bolsos donde se pueden meter diversas historias para juegos (pinzas, velas, etc). Creo que puede ser de utilidad. 

Botas de cuero y de rubber


Botas de cuero y botas de rubber. Tienen un olor exquisito. En cuanto

las vi me encantaron. Fuí a comprarlas con un sumiso que conozco desde hace tiempo, y nos lo pasamos muy bien mirando modelos, tiendas y jugando los dos. Y también cogimos un "quitabotas" que será de mucha utilidad especialmente para las botas de rubber. 

Cadena para colgar los floggers y látigos

Cadena para colocar los látigos, floguers y demas arreos similares. Es útil y estético. Es mucho mas rápido para montar y desmontar. Creo que cogeré otras dos para colocar otras cosas. 

Cuerdas, enganches, candado y varios

Material pequeño. Cuerda de dos grosores, con ella quiero ver si puedo hacer juguetes para BDSM con fuego. Un cortapuros, que puede tener mil usos. Un collar de metal, de los de tipo castigo. Enganches varios. Una correa muy fina. Y aros de goma, con la intención de usarlos en prácticas de CBT. No salen en la foto pero también fueron unos 10 mosquetones pequeños. Materiales sencillos pero útiles. 

Dildo para el strap-on

Es un dildo articulado, se puede poner en una postura y se queda fijo hasta que se vuelva a retocar. Me gustó sobre todo por el tacto, es casi como si fuese un pene real. De la misma marca existen unos que expulsan liquido como si fuesen semen, y otro que tiene efecto vibración y rotación en los primeros cinco centímetros. Sin duda mis próximas incorporaciones en cuanto a dildos. 

Calzoncillo de Pull & Bear, regalo de Marcos

Regalo de Marcos. Ya los he usado, pero como no tenía la tela que suelo poner para los juguetes que subo al blog, pues decidí ponérmelo y ya sacaría la foto después. Son muy cómodos y con un diseño original. Se agradece mucho el regalo. Seguro que los usaré con mucho gusto y me acordaré de ti cuando los lleve. Gracias Marcos!

Tijeras curvas doradas, regalo de Federico

Regalo de Federico. Son unas tijeras de color dorado con una funda de cuero. En realidad la idea para lo que esta confeccionado es para cortar los puros. Me encantan las dos uñas de gato que tiene para cortar. Así como la funda para meterse. Desde luego es un bonito detalle. Se podrá usar en bondage o en temas medical. Muchas gracias Federico!

Flogger de 80cm, regalo de Pantaleón

Regalo de Pantaleón. Un flogger de cinco colas, echo con cuerda de unos 80cm. Tiene hasta el detalle de las puntas selladas para que no se deshilache. Ya lo he estrenado con él y desde luego es "efectivo". Pese a lo grande que es, se maneja muy bien. Me gusta que lo haya echo el, me siento como un padre al que su hijo le da un dibujo. Muchas gracias Pantaleón!

sábado, 23 de enero de 2016

Locales BDSM y Fetish gay en Madrid

Me han hecho varias veces la pregunta de a qué locales les puedo llevar de sesión. Siempre que he lleva-do a alguien a un local he intentado que se adapte a lo que el sumiso busca, para que ambos podamos disfrutar del juego. Ante todo, voy a describir como es la tónica general de un local gay/bdsm en Madrid, que es lo que se puede hacer y encontrar, y después pasaré a describir algunos de los que conozco. En ningún momento es una crítica, sino una exposición de lo que yo he visto en los locales. Sinceramente si me gustaría que fuese diferente, pero no sé si eso depende de los locales, de los camareros, de los que asistimos, o de uno mismo. Yo desde luego siempre pongo de mi parte para pasármelo bien y hacérselo pasar bien con los que juego. 

En los locales BDSM gay de Madrid, tienen muy poco de BDSM en cuanto a las prácticas, aunque en decoración y espacio superan a algunos locales llamémosle heteros. La gente suele ir a estos locales con la intención clara de follar de forma fácil, más que a entrar en juegos. Por eso es interesante siempre ir con un Amo, para que incite a los demás a que lo usen, o para defender sus límites si no quiere ser folla-do. El 80% de la gente, siendo generosos, está charlando, paseando o tomándose algo. De hecho, cuando estos locales funcionan las dinámicas de juego es porque el camarero incita a ellos, sino la timidez o tabúes de la gente no se anima. Coincidir por ejemplo dos Amos con un esclavo cada uno para hacer intercambios (como si pasa en locales BDSM heteros), es prácticamente imposible. Por eso lo más fácil es saber cómo quieres que te usen, e incitar a los demás hacerlo. 

Generalmente para la entrada suele pedirse una etiqueta, lo cierto es que cada vez la piden menos. De-pende el tipo de evento o de día, puede ser temática rubber, leather, deportiva, uniformes. Posiblemente para dejar entrar más gente y así poder tener más consumiciones y/o entradas. Las prácticas que se pueden hacer son casi las mismas que podría hacer en el gabinete, salvo que allí no hay material, a veces suelo llevar algo, pero otras veces la gente del local se mosquea y te dicen que no puedes usarlo (hablo por ejemplo de flogger, o de una correa con cadena de perros, si es insólito pero cierto). En alguna ocasión he visto que se prestaban algunos de los juguetes que tenían en los locales, pero en un 90% suelen estar de decoración. Seguramente por miedo a que se lo roben, ya que estos juguetes suelen ser caros. Por lo tanto allí puedes ser atado en algún sitio del local, puedes beber la cerveza en el suelo o incluso en un bol, puedes ir desnudo con un collar puesto (o con otra ropa que te guste y que coincida con el local), puedes lamer las botas/zapas de los asistentes, más difícil aún pero también puedes lamer los pies, algunos locales tienen cruz de san Andrés o potro, la gran mayoría tienen sling para hacer fist (aunque suelen usarse para follar), puedes ir travestido en plan humillación (porque no se van a tomar enserio el que estés así), en definitiva se pueden hacer diversas prácticas. Si es cierto que es más fácil hacer ciertas prácticas si coinciden con los eventos que se hacen en los locales.  Aconsejo el blog Días de vicio (http://diasdevicio.blogspot.com.es/) para conocer más sobre las fiestas de los locales y otras opiniones alternativas sobre los mismos y los ambientes BDSM fetish gay de Madrid. 


LOCALES BDSM FETISH GAY DE MADRID

Pongo los locales a los que he ido, otros a los que iba han cerrado y no tiene sentido ponerlos aquí. Al igual que pongo locales que no son propiamente BDSM, pero sí que tienen elementos BDSM en sus instalaciones. 

ATTACK

Zona: Lavapiés. Calle Olivar 22
Descripción: Tiene dos plantas, en una hay como unas duchas donde se puede orinar, tiene un sling. Y con imaginación es un sitio bastante usable. Programan bastantes eventos, aunque muy pocos de temática BDSM. 
Horario: De 22 a 2h (depende del día)
Entrada: 10€


THE CAGE

Zona: Chueca. Calle San Bartolomé 4
Descripción: Cuando estaba en otro sitio era uno de mis locales de referencia, se hacían fiestas temáticas, practicaba bondage. Es un sitio tranquilo, y estéticamente está bastante bien, junto con Organic son los que mejor guardan la estética. Hay una zona de barra, un espacio de relax, un sling, y al final del pasillo unos glorihole. Es muy fácil que te encuentres a alguien haciendo fist, de echo creo que sería un local de referencia para eso. 
Horario: De 18:00h a 2:00h
Entrada: 6€
Web: http://thecagemadrid.com/





COOPER

Zona: Tribunal. Calle San Vicente Ferrer 34
Descripción: (Facilitada por Spiculus) Sling en un apartado donde sobre todo se hace fist ya que es la práctica preferida de Domingo (el dueño). Tiene buena mano para el fist y cuando te lo hace en la barra es muy morboso. Las veces que he ido no he visto nada BDSM y sinceramente no creo que sea su rollo.
Horario: 14:00h a 2:00h
Entrada: 10€
Web: https://www.facebook.com/copper.madrid.5


DESPOILER

Zona: Plaza España. Calle Luisa Fernanda 17
Descripción: Es un local abierto a fantasías. En el tienen cabida gay, heteros, bisex. Suelen realizar fiestas temáticas. El sitio esta muy cuidado, de echo me sorprendió muy gratamente. Los camareros son muy agradables. Tiene una pista de baile, zona de relax, zona de camas, dos zonas de duchas, cuarto oscuro, una zona BDSM con una cruz de san Andrés, una cama a la que uno puede ser atado y un sling. La luz y la música son estupendas, al menos cuando estuve tipo chill out.. Creo que es ideal para exhibicionistas y para aquellos que tengan tendencias bi, o les de morbo estar expuestos ante bi o heteros. 
Horario: 20:00h a 3:00h
Entrada: 15€ y 25€ si vas en pareja. Diversos precios según fiestas. 

LAVAPIES SAUNA

Zona: Lavapiés. Calle Zurita 3
Descripción: No es un sitio BDSM, pero no te ponen ninguna pega si las haces en el local. Es que es un sitio muy higiénico, me pilla al lado de casa. Generalmente no suele haber mucha gente. Es un local interesante para quienes quieran iniciarse en prácticas exhibicionistas.
Horario: Abre las 24h
Entrada: 7€ Lunes y el resto 10€
Web: http://saunalavapies.com/

MAD-NESS

Zona: Lavapies. Calle Tres peces 30
Descripción: (Descripción de spiculus). Slings y zona para meos si te apetece. Varios apartados lo suficientemente grandes como para dar rienda suelta a tus ideas BDSM. Es fácil ser atado allí porque tienen muchas posibilidades de enganches. Aunque no es nuestro rollo es una buena opción para una sesión con público pero tranquila a la vez. El local es de tamaño mediano. 
Horario: 16:00h a 00:00h
Entrada: 6€ Lunes y resto 10€ con dos cervezas o copa

OCTOPUS SAUNA

Zona: Chueca. Calle Churruca 10
Descripción: Es una sauna especialmente orientada al público oso. Pero lo cierto es que en la zona de cuarto oscuro hay dos zonas con sling. Nunca he hecho una sesión aquí, pero sí que he ido alguna vez en plan sauna, y creo que se pueden hacer diversos juegos. Creo que sería interesante para aquellos sumisos que sean gorditos, ya que aquí va haber mucha más gente que juegue con ellos. No sé si permiten o no collares, o ropa fetish. 
Horario: De 13:00h a 00:00h
Entrada: 12 a 15€


ORGANIC

Zona: Chueca. Calle Pelayo 30
Descripción: Es un local con una zona de barra, detrás hay una zona de relax, y en una planta de arriba hay un sling (que suele estar desmontado) y una zona en penumbra con algún mobiliario que si se le echa imaginación y se llevan cuerdas puede servir para atar. Junto con The Cage son los que más guardan la estética. Sinceramente me encantan una cristalera que tienen en la zona de orinar, donde se puede ver desde el otro lado como orina la gente. Todas las semanas tiene fiestas temáticas. 
Horario: De 17:00h a 2:00H
Entrada: Desde 7€ depende de fiestas

PARAÍSO SAUNA

Zona: Noviciado. Calle Norte 13
Descripción: Es una de las saunas mas grandes de Madrid. En una de las salas tienen una zona sado, con una celda, un potro y un sling. Desde luego son usables, aunque nunca cuando he ido han estado usadas. 
Horario: 11:00h a 00:00h entre semana, y el fin de semana abierto las 24h. 
Entrada: 12 a 14€

THE RING

Zona: Lavapiés. Calle Amparo 78
Descripción: Sin duda es el local más grande. No obstante, a más de uno le sorprendería que lo citase como local BDSM. La gente de echo esta más en la zona de un laberinto, cuarto oscuro y glorihole. No he visto nunca hacer prácticas de BDSM en ese local, más que cuando he ido yo. Aun asi es un sitio sensacional para hacerlos, tiene varios sling, una cruz de san Andrés, una especie de zona deportiva para poder atar, una jaula, algunas cadenas para perros, un potro, un ring para hacer peleas, dos cabinas con rejas a modo de cárcel y una zona estupenda para orinar con posibilidad de ducha después. En el local hay que ir desnudo, aunque no ponen pegas si se lleva algún elemento fetish tipo máscara, arneses, colla-res, etc. 
Horario: De 23:00h a 6:00h (Jueves a Domingo). De hecho muchas personas lo suelen usar como after. 
Entrada: 10€ con una consumición
OTROS SITIOS

Ademas de estos hay otros dos locales, pero que los conozco por referencias, At-Substation (Calle Montserrat 30, Noviciado, ahora se llama The Meat Rack, antes lo gestionaban lo mismos que Odarco (local mítico, que realmente llegó a ser un club BDSM gracias a Manuel Carranco entre otros). No se si The Meat, siguen llevándolo ellos o no. Igualmente en las diversas webs hay desorientación en cuanto a precios, en unas web ponen a 12 en otras a 17, en otras que hay un descuento a parados) y Leather Club (Calle pelayo 42, Chueca), que apesar del nombre, es un sitio de cruising, sin leather. Por supuesto hay otros sitios válidos para hacer una sesión ademas de los locales que son BDSM, tal como se puede ver en mis relatos de las sesiones (restaurantes, teatros, parques, y un largo etc), pero solamente en esos sitios se puede tener sexo explicito y hay mas posibilidades de encontrar personas que nos sigan el juego. Pero desde luego los escenarios para jugar pueden ser infinitos. 

Si quires hacer alguna sesión en público, escribeme y la planificamos. 

Sesión con Pantaleón, su visión

Hoy, jueves 21, me he despertado a mitad de noche. He tenido que quitarme el pantalón del pijama y el slip con los que me había acostado pocas horas antes.. Tenia un impulso a caricias mis nalgas desnudas que seguían ardiéndome y producían un permanente picor, derivado de la soberbia azotaina ( ochenta golpes) recibida. Solo sentían alivio con las caricias de la palma de mi mano.

Otras partes de mi cuerpo pedían un tratamiento análogo. He tenido, también, que acariciar mi bolsa escrotal y mi pequeño pene, en torno al frenillo y a la apertura del meato, doloridos aun por  algunos conatos de  CBT practicada anoche. Pero, sobre todo, mis tetillas, erectas aun, ultrasensibles tras verse repetidamente estrujadas a lo largo de las dos horas y media que duro la sesión sadomasoquista  vivida anoche, pedían también algunas suaves caricias.

Esa sesión BDSM es la primera que he tenido con Dominus Jaime, y la primera, también, con un Amo. He tenido y tengo relaciones regulares con un Ama, y también con otras Amas a las que he sido cedido por ella para usarme, en sesiones FemDom, pero por ello, esta iba a ser - como así fue - diferente.

Dada mi condición de bisexual, que se tratase de un Amo -y no de mi Ama o de otras Amas- esta sesión  tenia un morbo especial. Me imaginaba que ademas de practicas sadomasoquistas, como esa azotaina  que señalaba al principio o las dos tandas de flogging, por delante y por detrás, de veinte vergajos cada una; de la cera caliente derramada en abundancia sobre mi torso y mis tetillas; o de ese continuo estrujar estas ultimas,...también tendrían lugar - como asi fue -,  como actos de sumisión y humillación, algunas practicas homosexuales, como lamer el culo peludo del Amo, tan distinto a ese anilingus que suelo practicar con el agujero depilado de mi Ama, o la felación y la introducción repetida de su hermosa verga en mi cavidad bucal. Ademas, también resultaba distinto ser penetrado con diversos dildos manejados por las manos de una persona de mi mismo sexo y esa sodomización final con el mas grande de ellos, utilizando un strap-on, con esos impulsos mas fuertes de un varón  detrás del arnés. Pero, en todo caso, fue también un hombre, y no una mujer, quien se ocupo de excitar mis partes pubendas con una de sus manos, mientras que con la otra me procuraba dolor, fundamentalmente actuando sobre mis tetillas.
Fue una sesión auténticamente inolvidable porque Dominus Jaime practica también eso que he leído no hace muchos días  en su blog. Que el Amo debe cuidar a su esclavo y que debe procurarle compensaciones tras cualquier humillación o dolor que le provoque. Debe acariciarle, besarle, mimarle,.. Así lo hizo anoche conmigo. Resulta así mucho mas fácil para el sumiso superar cualquier trauma que pudiera producirle haber sido utilizado por el Amo.

Han pasado tan solo unas horas y mis nalgas siguen enrojecidas y hay también en mi cuerpo alguna señal pasajera de los golpes recibidos con fusca o con látigo, pero sueño ya con una próxima cita, que aunque sea difícil admitir que sea mejor que la de anoche, es posible que aun me produzca mayor satisfacción, ya que Dominus Jaime conoce mejor lo que me gusta y mis limites.

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Para las fotos como para este relato he pedido permiso a la persona que participa en él. Nunca publico nada sin el consentimiento de los que participan en las sesiones. Los datos están modificados para que la persona permanezca en el anonimato, por eso mismo tampoco muestro las caras.

Sesión con Panataleon, pinzas, cera, spank pero sobre todo “magia”


Sesión con Pantaleón, 65 años. Estuvimos intercambiando varios emails, donde me comentaba un poco su experiencia, de la cual pensaba que exageraba. Al igual que cuando me comentó que era hetero y nunca había estado con un hombre. Era la primera sesión que tenía conmigo, quería conocerle, y que todo saliese bien. De hecho estaba muy ilusionado con la sesión, compré un dildo especial, porque su deseo era sentirse sodomizado por un hombre. Me mosqueó porque en lugar de enviarme el cuestionario relleno lo copió y me lo envió por el email. Solo después de la sesión entendería que es un hombre que se queda con lo esencial. Una maravilla de sumiso, muy bien educado por su Ama, y en sus correos con sus experiencias no solo no exageraba, sino que derramaba modestia quedándose muy corto. 

Es la hora, todavía no ha llegado. Si ya mis pensamientos sobre el era que era un exagerado, ahora con su retraso, me confirmaba que simplemente podía haber estado escribiéndose conmigo y morboseando, sin la menor intención de venir. Me pongo a preparar la cena, cuando de repente llama al timbre “Soy Pantaleón”. Le abro y veo entrar una persona mucho más mayor de lo que me había pensado. “Hola, soy Pantaleon, perdona por el retraso, pero es que me había perdido”. Fue verle y ya me daba igual que hubiese llegado tarde, se le veía un tipo especial. Mis ojos se enfocaron en su cuello, venía con un collar y no con un collar cualquiera. Ahí fue el primer momento donde pensé que realmente si tenía tanta experiencia como me dijo. En sus gestos, forma de hablar, en su forma de desvestirse, se intuía que no era un hombre normal, sino que era un hombre con clase.

Estuvimos hablando un rato para conocernos mutuamente. Una vez desnudo le empecé acariciar, le mostré todos los instrumentos que había sobre la mesa y colgados por si alguno de ellos lo eliminábamos. Me encontré descuadrado porque una de las primeras cosas que hago para indicar que inicia una sesión, es poner un collar. Y el ya traía el suyo, y es que claro en ese momento, no era mi esclavo, simplemente le había pedido a su Ama una experiencia con un Amo hombre. Y eso me lo dejó bien claro desde un principio, había estado con dóminas, le habían entrenado y compartido, pero nunca había tenido la experiencia con otro hombre. ¡Todo un reto!

Como uno de los temas que intuía por sus correos que más le gustaban era el spank. Hablamos del sistema del semáforo (rojo, amarillo y naranja). Le puse unas muñequeras, y le suspendí los brazos. Para poderle irle azotando con los diversos flogers. Recuerdo que le dije “¿Sabes contar no?... pues cuenta del 1 al 20”. Fui dándole 20 azotes con cada uno de los flogers. Con el suave ya hacía gestos, y yo me asusté… si con este que es suave ha hecho esto, que hará con los otros, tengo que tener más cuidado. El me lo intuyó y me dijo “estoy bien, solo que me gusta expresar lo que siento, pero estoy bien, yo tengo un límite de aguante alto”. Poco a poco, me iba conectando más con él, y sintiendo con él, más allá de los sonidos que emitía. Me encantó agacharme y ver las caras de dolor que ponía. Entre azotes y azotes le iba trabajando los pezones. Así como acariciándole, sentía como el se estaba fundiendo conmigo. 

Pantaleón es un hombre muy tierno, que se hace querer enseguida. Eso me hacía difícil humillarle, pero no me hacía nada difícil disfrutar con las sensaciones que yo le provocaba, ya fuese de descontrol, “deshumanización” o de dolor. Le puse unas pinzas en los pezones con una cadena en la que enganché el rabo, disfrutaba realmente con las caras que estaba poniendo al “torturarlo”. Después fui pasándole el pinwheel por el cuerpo, de echo era lo que menos aguantaba, quizás por eso se lo pase en varias ocasiones durante la sesión, para irle entrenando. Es aquí donde empecé a notar una conexión más fuerte, en el mundo BDSM se habla del “subespace”, yo siempre he dicho que el Amo cuando está a gusto con un sumiso o un esclavo, también se le produce una sensación similar. Pues bien, con Pantaleón lo tuve, no sé si lo volveré a tener o no, ojalá que lo trabajemos y vuelva a salir, solo sé que si lo tuve. De hecho, la manera en la que recuerdo esta sesión es diferente, me producen unas sensaciones que la mejor manera de decirlo sería de conexión. 

Al rato le pregunté si tenía sed. Cogí un vaso grande y fui dándole agua de mi boca. Suena raro, pero
quería transmitirle como parte de mi esencia a él. Creo que él lo disfrutó. Después ya le dije, que su lugar normal para beber era el bebedero de perros, asique le dije que lamiese de allí el agua. Me encantó ver como lo hacía. Me sentía como su tuviese un perrito de verdad, de echo en futuras sesiones es una cosa que quiero ir practicando con él. Después le eché la bronca por tirar el agua. Asiqué como “castigo” le di unos 50 azotes en el culo. Me senté y le hice ponerse a mis pies, y puse su cabeza en mi pelvis. ¡Que ternura!, empezó a lamerme el pantalón de cuero, ¡y casi me lo como vivo! Después me cambié de posturas y poniéndole las botas encima hice que me las desabrochase. Para posteriormente atarle las manos a la espalda con las muñequeras y que me quitase los calcetines con la boca. Como ví que le costaba, le propuse un reto, que me quitase el otro calcetín en menos de un minuto, los segundos que pasasen de ese minuto, equivaldrían a un fustazo. Pantaleón puso mucho empeño, quería ganar el reto, servirme fiel mente, ahí fue la segunda vez que vi en los ojos su deseo de satisfacerme, de estar a la altura. Pero lamentablemente el calcetín se resistía, y tardó 87 segundos más en quitarlos. Le puse en la camilla, en ángulo de 90º y que fuese nuevamente contando los fustazos. Como había visto que en los latigazos aguantaba bien, aquí ya no me corté y le daba con todas mis fuerzas, él iba diciendo los números, y ya al final, se veía que los decía con alivio y dolor, ¡me encantaba! Pero aun así decidí que era demasiado para él. Le perdoné esos siete finales. Le acaricié el culo, incluso no me acuerdo si llegué a besárselo y lamerlo o solamente besarlo, tenía el culo ardiendo, enrojecido y por supuesto mucho más bonito que al principio. 

Después decidí que se sentase en la camilla, respaldándose en la pared. La camilla suele estar fresca y así se relajaba la zona del culo. Y fui jugando con su torso y ceras. Tengo tres clases de velas, y cada una da una intensidad de calor y de picor diferentes. Asique estuve jugando con él y su torso, mientras hablábamos, y me comentaba que una vez regaló a xxx velas con picor. Sobre todo, me encantaba echarle la cera en los pezones, que era la zona más sensible y se veía que el hacía más esfuerzo por aguantar. Des-pués de un rato, le limpie la cera.

Me había hablado de lo que le gustaba a xxxx que ella lamiese el culo, y como había ido perfeccionan-do la técnica. Así que me propuse comprobar si era verdad. Me puse en la camilla y le dije que me de-mostrase sus conocimientos. Le miraba a la cara, y por humillarle le dije, que “¿te sientes más maricón lamiendo el culo de un tío que el de una tía no?”, a lo que el me dijo “no”. Y tiempo antes habíamos estado hablando, que ni la edad ni el sexo importan, sino el feeleng que haya entre dos personas, entre el Amo y el sumiso, da igual si es hombre mujer, mujer mujer, u hombre, aunque las tendencias de los mismos sean claramente de un tipo, las relaciones BDSM pueden ir en cualquier sentido saltándose esas barreras. Y cuan cierto es. Una vez comprobado sus habilidades “culi-narias”, quise ayudarle en una de sus fantasías, el ser sometido analmente por un dominante. Fui acariciándole el culo, trabajándolo con lubricante, con mi dedo, con un dildo pequeño, y después con un dildo más grande. Que sintiese como su culo se iba abriendo, que sintiese como mi dedo tocaba su próstata. Él me dijo que el consolador que yo había comprado para el arnés no iba a servir para esta sesión, pero yo me encargué de entrenarle el culo hasta que sí que sirviese. Me puse el dildo en el arnés, y poco a poco fui penetrándole. Era una gozada ver sus espasmos. A mí me daba tanto placer casi como follarle, ya que el roce de mi polla con el arnés me daba placer, y a la vez estaba teniendo el placer aun mayor de someterle a mis embestidas. Le ro-deaba con mis brazos y sin dejarle opción a moverse, iba metiendo desde la punta hasta el último de los 21 cm del dildo. 

Terminamos la sesión, nos abrazamos. Y continuamos hablando. Ahora ya no le veía como “alguien que venía a por una sesión”, sino como un sumiso con una larga experiencia, del cual podía aprender mucho. Nos abrazamos y nos despedimos hasta mañana, pues se le había olvidado traerme un regalo que me había comprado. Fue marcharse, y desear beber agua. Mi pareja me preguntó “¿estás bien mi vida?”, y realmente estaba como flotando. Es una sensación muy parecida a la que tengo en algunas sesiones, pero exponenciada. Hasta el punto que se lo comenté a Pantaleón y pensó que exageré. 

Al día siguiente estábamos teniendo un trio con mi pareja y un amigo. Cuando Pantaleón llamó al timbre, sabía que llegaría por la mañana, pero no sabía a qué hora por que tenía que atender unas cuestiones personales. Me vestí con alegría de verlo. El regalo no me importaba más que como una excusa de volverlo a ver. Quería volver a sentir mis manos sobre su cuerpo, su mirada sumisa, sus gemidos de dolor y de placer. Pero solo hubo un abrazo y un intercambio de palabras agradables. En ese momento hubiese abandonado el trío y le hubiese metido en mi habitación. Desde luego es todo un placer encontrarse a sumisos como Pantaleón, sumisos amantes de los ritos, del protocolo BDSM, sumisos a la antigua usanza.

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Puedes leer la visión de la sesión por parte de Pantaleón aquí: http://dominusjaime.blogspot.com.es/2016/01/sesion-con-pantaleon-su-vision.html

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Para las fotos como para este relato he pedido permiso a la persona que participa en él. Nunca publico nada sin el consentimiento de los que participan en las sesiones. Los datos están modificados para que la persona permanezca en el anonimato, por eso mismo tampoco muestro las caras.

Sesión-comida con Erika en el Burguer, humillación, exhibicionismo, masturbación, alimentación


Sesión con Erika, 34 años, de estatura media y con un precioso pelo. Amiga de un sumiso de hace tiempo. Me comenta que por medio de él ha sabido de mi blog, que le ha parecido interesante y que le gusta-ría conocerme. Tiene experiencia en la sumisión, pero no quiere tener una sesión fuerte conmigo. Y como había visto que en el Facebook había publicado una sesión en un Burger, le gustaría hacerlo ahí porque allí ella se siente más segura, ya que está en un lugar neutral. Lo cual me extrañó porque está casada y siempre sería más discreto mi doungeon que en un local público. Por discreción también no he podido poner fotos de ella, a pesar de mi insistencia de que si no se la veía nada no se la reconocería. Pero me dijo que sí que quería aparecer en las sombras. 

Llama al timbre y aparece por la puerta. Ella venía vestida de calle, y yo también vestí casual cazadora cuero, camiseta blanca, pantalones vaqueros y botas. Hacía muy buen día, pero le presté mi pañuelo rojo. “Y esto para que”. “No te preocupes, póntelo en el cuello, te favorece y más te va a favorecer después” y la guiño un ojo. Me da lo que habíamos acordado en un precioso sobre rojo y nos ponemos en marcha hacia el Burger. 

Una vez llegados allí elegimos lo que queríamos tomar, se fue adelantar a pedir, y la dije “Yo voy a pedir lo que te vayas a meter por esa boquita”. No fue muy llamativo porque se lo dije mirándola a los ojos, pero con tono dominante. Pedimos, y cuando nos traen la comida le doy a ella las bandejas “Ahora esto si llévalo tú”. Una vez que llegamos a la mesa la dije, “Te he traído esto” y puse encima de la mesa un collar negro. Cuando quieras que empiece la sesión te lo pongo, pero no empezaremos a comer hasta que no te hayas puesto el collar. Empezamos hablar sobre lo humano y lo divino, principalmente sobre nuestras experiencias BDSM, terminamos las bebidas y ella bajó a por más. 

Subía las escaleras con una cara cambiada, tenía una mirada más felina aún. Se sienta, me dice “Cuan-do quieras dóminus, me has dado la suficiente confianza como para poner mi voluntad en tus manos”. Mi adrenalina recorrió mi columna vertebral e hizo que aflorase en mí una sonrisa. Cogí el collar, me levanté, y se lo puse. ¡Quedaba mucho más sensual! Aun así, por discreción la dije “Si quieres puedes ponerte el pañuelo, para que solamente tú y yo sepamos que eres mía”. Y efectivamente se puso el pañuelo con mucho estilo. Cogí una de sus hamburguesas, la abrí y la puse en el suelo. Con mi bota la pisé suavemente, ella no dejaba de mirar la bota y la hamburguesa, con cara de deseo y satisfacción. “Ahora cógela, ya podemos comenzar a comer”. Ella se levantó, y se puso de rodillas delante de mía, cogió la hamburguesa y se volvió a sentar en su sitio. Con una discreción, elegancia y sumisión, a cada cual mayor. Los dos estábamos disfrutando de la experiencia. 

Como gesto sencillo de sumisión, yo la echaba ketchup en las hamburguesas. En las patatas volvimos a repetir el mismo “ritual que en la hamburguesa”. Pero en la segunda hamburguesa la dije que solo iba a morder cuando yo se lo dijese. Desde luego fue muy sensual, yo estaba controlando la comida de Erika. Cuando le faltaba la mitad de la hamburguesa, me levanté y me puse al lado de ella. Con la intención de partirle trozos, y dárselos con mi mano. Ella masticaba, pero se veía que estaba disfrutando más con las sensaciones que con la comida. Eso es que íbamos bien. Al segundo bocado, saca su lengua y acaricia mi dedo con ella, y así lo hicimos hasta terminar esa hamburguesa a un ritmo lento. Me volví a levantar, y claro se tuvo que levantar ella para ponerme yo, y… “Erika y eso… tienes el asiento mojado, ¿se te ha caído agua?” yo sabía perfectamente que no se debía a eso. Ella se puso roja, supongo que sabía que estaba excitada pero no se había dado cuenta de ese pequeño detalle. “Lo siento señor, sé que soy una guarra, pero es que… mientras que usted no me veía… me he estado tocando y… lo siento señor, imagino que debía haberle pedido permiso”. Yo estaba alucinando, aquella mujer se había masturbado delante de mí, moviendo solamente los dedos y sin mover el brazo. La pedí que me lo mostrases para cerciorarme de que había sido realmente así. “Desde luego, tendré que castigarte”. 

La dije que si conocía algunos de los que estaban en el Burger, eran como otras cuatro mesas. No cono-cía a nadie de allí. Asique la dije que se bajase el escote, y que preguntase mesa por mesa, si querían que les rellenase los vasos o que les fuese a tirar algo. El reto no tuvo mucho éxito. En una mesa estaban una parejita homosexual, que sonrieron y pasaron del tema. En la otra había un señor con un periódico que estaba enfrascado en su periódico, y supongo que se pensaría hasta que era parte de los camareros del local. Y en la tercera mesa, había unos cuatro chavales de unos 20 años. No se veía desde el ángulo donde estábamos sentados, asique tuve que levantarme. Los chavales igualmente no la pidieron nada, pero ella al darse la vuelta uno se estaba tocando el paquete. Yo le hice un gesto con el dedo en mi ojo, en plan te estoy viendo y se quitó la mano, mientras estaban riéndose y hablando por lo bajo. “Ven aquí gatita. Felicidades lo has intentado, aunque no haya salido bien. ¿Tienes sed?”, “si dominus”, “pues da-me el vaso que ahora te traeré yo la bebida y ni se te ocurra coquetear con esos chavales”. 

Bajé las escaleras, me fui al baño y enjuagué su vaso con agua. Me bajé la cremallera y oriné dentro del vaso. Me miré al espejo y me sonreí. Todo estaba siendo perfecto yo estaba más que satisfecho y ella estaba disfrutando. Cogí una tapa de plástico y una pajita y se lo puse en su vaso. Subiendo la escalera, y la pillé ojeando el móvil. Me senté y la dije, “no, no, no, ¿habíamos acordado que nada de móviles no?”, “si, pero es que estaba tan emocionada que se lo estaba contando a una amiga sumisa”, “pues eso lo dejas de postre, a no ser que de postre prefieras que los tres chavales y yo te follemos encima de esta mesa”, la dije poniéndola mi bota entre sus piernas y moviéndola de adelante atrás. Ella se puso colora-da, y me dijo “¿no serás capaz no?”, “entiendo que es que te gustaría eso, pero tu uno de los límites que me pusiste es que querías seguir siendo fiel a tu marido y no tener penetración. Y yo siempre, siempre respeto los límites”. Ella tragó saliva, y “gracias Señor”. La puse de castigo el tener mi bota encima de sus zapatos. “Te he traído esta bebida especial, espero que te guste”. De nuevo ella con cara de circunstancias, se que ella sabía lo que era, porque no me lo puso como límite. Lo arrimó a sus labios, pero no se atrevía a beber. Yo la dije “Adelante”. Ví como ascendía mi orín por la pajita hasta la boca de ella, y de nuevo saltó una cara de perplejidad, pero me soltó “ah pues esta bueno, yo no lo había probado nunca”, “claro es que es receta especial”. Seguimos hablando, y sobre todo ella esperando a que yo terminase de comer. Mientras no la quitaba ojo de encima y la iba proponiendo juegos sencillos. “Lo terminé! ¡y quiero más!”. Vaya pues si te ha gustado, pues ahora bajas conmigo, coge tu bolso para que no te lo roben o algo, y me vas hacer una foto mientras te relleno el vaso”. Bajamos, y los empleados nos miraron con una cara de “a donde vais que no se puede tener sexo en los baños”, supongo que en estos sitios hay cámaras de seguridad y algo nos habrían visto hacer. Metemos el código para entrar al baño y procedemos a rellenar el vaso y hacer las fotos. 

Una vez arriba me pregunta, “dominus Jaime, me gustaría hacerle una pregunta si me deja”, “claro”, “me ha extrañado que no se empalmase cuando orinaba, ya que supongo que estará usted excitado”. Y la respondí lo que suelo decir en alguna ocasión, que, a mí, las prácticas BDSM es raro que me produzcan erecciones, que es un disfrute diferente, desde el interior, que para mí el aspecto genital pasa a un segundo grado, y solo se acciona sí sé que va a servir para algo (felaciones o penetraciones). Le pareció normal y me dijo que eso era señal de que era un buen Amo, que ella con el que estuvo casi una década le pasaba igual. 

Terminamos de comer. Voy hacia ella y le quito el collar, diciéndole después “ha terminado la sesión”, a lo que me contesta, “lo echaré de menos, es muy placentero tener el collar en mi cuello”, “es donde debe de estar en alguien como tú”. Fuimos caminando por Madrid, hablando sobre la sesión. Nos dimos un abrazo esta vez fraternal. Y después nos estuvimos intercambiando varios wasaps, donde ella me volvía a decir que estaba agradecida por la sesión y que gracias por haberla tratado tan bien. Que estaba deseando encontrar un hueco para una segunda, aunque lo tiene difícil por su marido.

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